Por fin llegó el gran día. México tendrá este domingo las elecciones más grandes de su historia. Más de 98 millones de personas están llamadas a las urnas para elegir a su futuro jefe del Estado entre otros cargos políticos.
Además, de acuerdo con las últimas encuestas, lo más probable es que la próxima presidenta de México sea una mujer. Las principales candidatas presidenciales son la oficialista Claudia Sheinbaum (56,9% de apoyos), exjefa de Gobierno de Ciudad de México, y la exsenadora Xóchitl Gálvez (31,2% de los votos).
La inseguridad sigue siendo uno de los principales retos para la futura presidenta. A menos de 48 horas de los comicios en México, Jorge Hurta Cabrera, candidato a regidor en Izúcar de Matamoros, en Puebla, fue asesinado cerca de su casa. El político se convierte así en el candidato oficial número 24 asesinado durante la campaña.
En este contexto, preguntamos a la experta Adriana Báez Carlos por las claves de estas elecciones que pasarán a las historia de México. La académica e investigadora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México y directora de consultoría de Buró Parlamentario A. C., explica a Artículo14 que romper el techo de cristal en la presidencia de México tendrá un efecto positivo en la igualdad. Asimismo, Báez Carlos expone que “la inseguridad causada por la expansión del narcotráfico y el crimen organizado es el principal problema nacional, que no han podido resolver los presidentes hombres de 2000 hasta la fecha”.
-¿Está México preparado para su primera mujer presidenta?
-¡Claro! La presencia de mujeres en espacios antes exclusivos de hombres, se ha venido normalizando con su llegada desde hace algunas décadas a profesiones y actividades consideradas por estereotipos masculinas. La presencia de mujeres en espacios de toma de decisiones públicas se ha intensificado, particularmente a partir de la adopción de la paridad constitucional, en 2014 y 2019. Hoy todos los congresos del país, el congreso de la Unión, y los de cada entidad federativa son paritarios o tienen una representación de mujeres, tenemos nueve jefas de gobierno a nivel estatal, buena parte de los gabinetes son paritarios, se avanza en la paridad en las magistraturas, en los liderazgos locales partidistas. En donde se observa mayor resistencia es en las presidencias municipales, particularmente en comunidades indígenas y también en espacios controlados por el crimen organizado. Este proceso no ha sido sencillo, por supuesto que ha enfrentado resistencias masculinas, pero la firmeza de las autoridades para aplicar la ley ha sido determinante en este avance. Puedo señalar que, pese a todo, los hombres siguen controlando los liderazgos partidistas o dentro de las estructuras institucionales, y las agendas políticas, pero el avance de las mujeres persiste. Me parece que falta avanzar más en los liderazgos de las empresas, de los medios de comunicación, en los planes y programas de estudio, pero sí, tenemos una sociedad más “igualitaria, tolerante, respetuosa de las diferencias”, aunque aún queda un largo trecho para lograr la igualdad sustantiva y su normalización.
-¿Cómo va a cambiar la presidencia femenina del país?
-Ello dependerá de quién gane la elección, y del estilo de su liderazgo. Lo sabremos cuando esté ejerciendo el máximo cargo público una mujer. Será deseable que se le reconozca su liderazgo, tal vez ello ayude a remover los liderazgos masculinos en los partidos políticos.
-¿Tendrá efectos positivos para la igualdad en México?
-¡Por supuesto! Las principales contendientes tienen visiones distintas de la política, pero ambas se han desarrollado en el contexto del “empoderamiento” de las mujeres. Pienso que ello nos garantiza que habrá avances en las políticas públicas con perspectiva de género, además, para atender las legítimas demandas de un feminismo muy activo en el país.
-¿Cuáles son los principales retos de la futura presidenta?
-Desde luego que ello dependerá de quien gane la elección, justo porque visualizan un país con estructuras institucionales distintas, pero en términos generales, la inseguridad causada por la expansión del narcotráfico y el crimen organizado es el principal problema nacional, que no han podido resolver los presidentes hombres de 2000 a la fecha. Y bueno, creo que es un reto demostrar su compromiso con el movimiento de las mujeres, que seguimos siendo objeto de distintos tipos de violencias y brechas, por ejemplo en materia laboral. Hoy el feminismo impulsa el establecimiento de un sistema nacional de cuidados… y transversalidad de género en todas las políticas públicas. ¿Qué tanto se avanzará en ello? Dependerá de la visión de quien gane, de la fuerza política que le otorgue la ciudadanía a ella y a su partido o coalición, y -por supuesto- del presupuesto, pues también tenemos pendientes en salud, educación, empleos.