Este viernes, en la segunda sesión del G7, que se celebra en el lujoso complejo de Borgo Egnazia, a unos 50 km de Bari, en Apulia, Giorgia Meloni abrirá con el tema migratorio y las relaciones con África. Un tema que ya ha demostrado en numerosas ocasiones que sería central y que supone su gran ambición para esta cumbre, ya que pondría el foco de los otros seis países industrializados más importantes del mundo sobre el Mediterráneo y el fenómeno migratorio. Un argumento muy alejado geográficamente para muchos de ellos pero en que está en sintonía, en cuanto a estrategia, con su colega Rishi Sunak. Ambos apuestan por la externalización de la gestión migratoria. El primer ministro británico con el envío de inmigrantes a Ruanda y la líder Meloni con la apertura de centros de acogida en territorio extraeuropeo gracias a un acuerdo con Albania. De la misma manera, el presidente americano Joe Biden ha puesto en práctica duras políticas en sus fronteras.
Han llegado a Italia desde el inicio de este año 23.216 personas, según datos de este jueves del Ministerio del Interior, pero el año pasado se alcanzó el mayor récord de desembarcos de los últimos años con más de 55.550 migrantes en las costas italianas. Giorgia Meloni ha desarrollado una estrategia contra el trabajo de las Ong que rescatan en el Mediterráneo, como habitualmente denuncian las mismas, que las obliga a desembarcar a partir de la primera operación y en muchas ocasiones en el norte del país, lo que dificulta su trabajo. Por otro lado la líder ha establecido acuerdos con países como Egipto, Túnez y Libia, tres de los principales países de origen de los migrares que llegan a Italia a través de la ruta del Mediterráneo central.
Ese plan se ha enmarcado en una idea que la primera ministra ha repetido desde su primer discurso ante las Cámaras hasta hoy y que perseguirá en el trabajo de este G7. La importancia del llamado Plano Mattei, por acuerdos con los países cercanos a la frontera del Mediterráneo del norte del continente, algo que ya realiza, y por apostar por el desarrollo y fomentar el crecimiento de todo el continente africano para evitar, así, dice Meloni, que se impulse el flujo migratorio a Europa.
Un argumento que ya ha estado presente, de alguna forma, en los primeros acuerdos de la jornada de este jueves con la aprobación de una serie de ayudas G7 en el continente africano que, pretende, entre otras cosas, restar fuerzas a la ruta de la Seda que ve a China como principal agente comercial internacional. Un razonamiento, el de aumentar el desarrollo africano, que sería la primera pieza de un mayor desarrollo del Plano Mattei que Meloni espera culminar en esta cumbre bajo la presidencia italiana. Aunque este tema es uno de los que habitualmente trata el papa Francisco, la presencia este viernes del Pontífice estará centrada, sin embargo, en la Inteligencia Artificial y sus implicaciones éticas. Además, Bergoglio realizará hasta 10 bilaterales con líderes mundiales que generarán, sin duda, especial interés y entre los que no estará el presidente Milei, invitado de Meloni mañana.