“Tenemos que dar un paso adelante en Europa. Necesitamos una Europa más fuerte y decidida”. Con este aviso a navegantes comenzó la jornada la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen. La líder socialdemócrata se embarcó en la mañana del martes una gira europea exprés para recabar apoyos con los que contener las ambiciones expansionistas de Donald Trump sobre Groenlandia, isla autónoma bajo soberanía danesa desde 1953.
El domingo, Frederiksen invitó a una cena frugal en su residencia privada de Copenhague a los primeros ministros de Suecia y Noruega, Ulf Kristersson y Jonas Gahr Støre, y el presidente de Finlandia, Alexander Stubb. Una muestra de unidad nórdica para hacer frente a las amenazas de la nueva Administración de Estados Unidos. El martes, la primera ministra danesa fue un paso más allá.
Frederiksen consiguió el mismo respaldo en Berlín, París y Bruselas en una jornada de diplomacia frenética. Se reunió a lo largo del día con el canciller alemán, Olaf Scholz, con el presidente francés, Emmanuel Macron, y con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte. Señal de que las amenazas de Trump van en serio.
“Dinamarca es un país pequeño con fuertes alianzas. Y parte de una comunidad europea fuerte, en la que juntos podemos hacer frente a los retos que se nos plantean. Ya nos hemos enfrentado antes a grandes pruebas. La cooperación europea ha demostrado su valía a la hora de hacer frente a varias crisis en los últimos años”, declaró Frederiksen antes de partir en helicóptero a Berlín.
Prime ministers of Denmark, Sweden, Norway and president of Finland dining together last night.
The message they want to send is clear: Scandinavia stands together pic.twitter.com/Wuy6lLtZ7g— Hans Redder (@hansersej) January 27, 2025
“Europa se encuentra en una situación grave. Con guerras en el continente y cambios en la realidad geopolítica. En un momento así, la unidad es crucial. Por eso es importante para mí mantener constantemente un estrecho diálogo con mis colegas y aliados europeos. Para cuidar los intereses de Dinamarca y reforzar nuestra posición común. Porque aunque hayamos avanzado algo, Europa debe ser capaz de hacer mucho más por sí sola”, apuntó.
Una llamada “espantosa”
La primera ministra danesa mantuvo hace dos semanas una conversación telefónica “espantosa” con el entonces presidente electo de Estados Unidos, según la descripción del Financial Times. Durante los 45 minutos que duró la llamada, Trump reafirmó sus intenciones sobre Groenlandia y llegó a amenazar a Frederiksen con imponer aranceles a los productos daneses, algo que a priori no podría hacer dado que Dinamarca forma parte de la unión aduanera de la UE. La medida afectaría a los Veintisiete estados miembros. “Fue muy firme. Fue una ducha de agua fría. Antes era difícil tomárselo en serio. Pero creo que es serio y potencialmente muy peligroso”, resumió un miembro del Gabinete de Frederiksen al rotativo británico.
El mandatario republicano ambiciona Groenlandia para hacer frente a los avances de China y Rusia en el Ártico. Por eso alega motivos de “seguridad nacional” para anexionar el territorio a Estados Unidos. Trump ha cargado de forma insistente contra Copenhague por no hacer lo suficiente por mantener la seguridad de la región.
El pasado fin de semana, el presidente de Estados Unidos afirmó a bordo del Air Force One que la defensa danesa de Groenlandia consiste en “dos trineos tirados por perros”. Una crítica especialmente dura que el Gobierno de Frederiksen ha hecho suya. Tanto es así que el ministro danés de Defensa, Troels Lund Poulsen, asumió el lunes en rueda de prensa que “hay que hacer mucho más en relación con el Ártico y el Atlántico Norte y también que hemos hecho demasiado poco a través de los sucesivos gobiernos”.
En esta línea, Poulsen subrayó la importancia de “cooperar” con otros aliados en el Ártico, en alusión a Noruega, a Canadá… y también a Estados Unidos. El Ejecutivo de Frederiksen, de hecho, anunció ese mismo día un nuevo desembolso de 2.000 millones de euros para la adquisición de buques, drones y satélites para el Ártico.
Es poco probable que la inversión disuada a Trump de llevar a cabo sus planes en Groenlandia. Aunque el ministro danés de Asuntos Exteriores, Lars Løkke Rasmussen, no parece convencido de que el presidente de Estados Unidos tenga serias pretensiones sobre la isla de hielo.
“Él no quiere Groenlandia. Y por eso no voy a darle una receta de cómo conseguir algo que no quiere”, declaró este martes a la cadena DRTV desde Christiansborg, sede del poder ejecutivo, legislativo y judicial de Dinamarca. “Está absolutamente convencido de que los groenlandeses en general preferirían permanecer en el Reino de Dinamarca antes que convertirse en un Estado estadounidense”, zanjó quien fuera primer ministro hasta 2015.
Los detalles apuntan en otra dirección, sin embargo. Durante la rueda de prensa conjunta en Berlín entre Frederiksen y Scholz, el canciller alemán habló en su lengua materna, con la sola excepción de una frase. El líder socialdemócrata dijo en alemán que “estamos de acuerdo en que las fronteras son inviolables”. Y luego añadió en inglés: “to whom it may concern”. Es decir, “a quien corresponda”. Hello, Mr. Trump.
Francia, dispuesta a enviar tropas a Groenlandia
Después de reunirse con Scholz en Berlín, Frederiksen puso rumbo a París. En el Elíseo la esperaba Macron, en principio para discutir asuntos relacionados con competitividad europea, la descarbonización y la reducción de la dependencia industrial del bloque comunitario. Pero en la agenda también se coló el tema de la seguridad y la defensa europea con vistas a la preparación de la próxima cumbre de la UE.
Unas horas antes del aterrizaje en París de la primera ministra danesa, el jefe de la diplomacia gala, Jean-Noël Barrot, quiso dejar claro en los micrófonos de la emisora Sud Radio que “las fronteras de la Unión Europea no son negociables” y en que “si Dinamarca solicita la solidaridad de la UE, Francia responderá presente”. Cuestionado sobre la posibilidad de enviar tropas europeas a Groenlandia, Barrot respondió: “¿Por qué no?”, aunque matizó después que Copenhague no estaba barajando “por ahora” este escenario.
Bruselas, última parada
La gira relámpago de Frederiksen culminó en la tarde del martes con una visita a Bruselas. En el cuartel general de la OTAN aguardaba el secretario general de la Alianza Atlántica, Mark Rutte, un viejo conocido de la mandataria danesa. Frederiksen y Rutte, Rutte y Frederiksen compartieron espacio en el Consejo Europeo desde junio de 2019 hasta julio de 2024. Tres meses después de abandonar la jefatura del Gobierno de Países Bajos, el neerlandés tomó posesión de la secretaría general de la OTAN en sustitución del noruego Jens Stoltenberg.
Today PM Mette Frederiksen met with @SecGenNATO to discuss the current security situation. “Strong alliances are crucial in a time with major security challenges. NATO is the cornerstone for our common security.” pic.twitter.com/jbEI65Mkgw
— Statsministeriet (@Statsmin) January 28, 2025
La cuestión de Groenlandia –una disputa diplomática entre dos miembros de la OTAN– monopolizó la agenda, pero no trascendió el contenido de la conversación. Solo hubo fotos, abrazos y sonrisas. Nada más.
Desde la sede de la Alianza en Bruselas, Frederiksen trasladó a la prensa que “el diálogo” de su Gobierno con la Administración estadounidense “tiene lugar en varios canales y niveles diferentes”, aludiendo a la conversación telefónica que mantuvieron el pasado viernes su ministro de Exteriores, Rasmussen, y el recién nombrado secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio. Pero evitó revelar más detalles: “Esa estrategia está en pleno desarrollo, y la estamos practicando casi sin descanso en estos momentos”.