Desigualdad

La nueva Asamblea Nacional de Francia, menos paritaria que la anterior

Se reduce el número de diputadas francesas en comparación con la legislatura anterior. Solo un 36% de los escaños del Parlamento los ocuparán mujeres

paridad

Son 208 mujeres contra 369 hombres. Este es el balance de la nueva Asamblea francesa, todavía menos paritaria que la anterior, en la que 215 asientos -un 37,3% del total- fueron ocupados por mujeres tras las legislativas de 2022. Con un poco más de un tercio de diputadas en el hemiciclo, la falta de representación femenina no ha sido una sorpresa, una vez que no hubo paridad ni siquiera en las candidaturas.

Los Ecologistas son los que más mujeres eligieron: 16 entre sus 33 diputados –un 48,4%. La organización es parte de la coalición de izquierda Nuevo Frente Popular (NFP), a la vez la fuerza que más escaños obtuvo (182 de 577) y la mejor situada en la representación femenina, con un 41% de diputadas elegidas. A continuación viene la coalición presidencial, segunda en la disputa electoral (168 escaños): un 39,3% de sus parlamentarios son mujeres.

La Agrupación Nacional (RN) logró elegir un 32,2% de mujeres para la Asamblea. Los Republicanos llegan en el último lugar: solo un 30% de sus escaños serán ocupados por mujeres. El partido ya había dado mal ejemplo al designar pocas candidatas para la disputa (un 31% del total), por debajo de casi todos los otros partidos.

Mujeres de relumbre

Entre las figuras más destacadas que han descorchado un escaño, está la ex primera ministra Elisabeth Borne (la primera mujer a ocupar este puesto), elegida con un 56% contra su rival de la extrema derecha. Borne, cuya popularidad estuvo en caída tras la aprobación de la reforma de pensiones sin la aprobación de la Asamblea (con recurso al artículo 49.3 de la Constitución, que permite prescindir del voto de los parlamentarios para adoptar una ley), se benefició de la desistencia del candidato NFP que ocupaba el tercer puesto.

Francia

Marine Tondelier (EELV) celebra los resultados de las elecciones

Del campo macronista, 19 ministros o secretarios de Estado se mantuvieron en el poder. Entre ellos, 6 mujeres. Es el caso de la ministra de la Igualdad Aurore Bergè. Tras una contienda triangular en Yvelines en la que se enfrentó a candidatos de la extrema derecha RN y del NFP, la ministra obtuvo un 49% de los votos el domingo. Asimismo, la portavoz del gobierno, Prisca Thevenot, las ministras Olivia Grégoire (Comercio, Turismo y Consumo) y Marie Lebec (Relaciones con el Parlamento), además de la ministra adjunta Agnès Pannier-Runacher (Agricultura) y la secretaria de Estado Marina Ferrari (Economía digital), también salieron vencedoras.

En la izquierda, Clémentine Autain (elegida en la primera vuelta) y Danielle Simonnet son nombres fuertes que van a componer la nueva Asamblea. Simonnet venció en el este de París a la candidata designada como su adversaria por su propio partido, la Francia Insumisa (LFI). Como otras figuras que se habían opuesto al centralismo de Jean-Luc Mélenchon, la dirección del LFI no apoyó su candidatura y impuso otro nombre para su circunscripción. Clémentine Autain, que sí que fue respaldada por el LFI y que ya había declarado apoyo a los “disidentes”, terminó por romper con el partido, al que acusa de purgar a los que buscan más democracia interna.

Si el RN no logró la mayoría que esperaba, Marine Le Pen, su patrona, ya había sido reelegida en la primera vuelta del 30 de junio con un 58% de votos en Pas-de-Calais, muy por delante de sus adversarios. Es la primera vez que la líder del partido es elegida en la primera vuelta. En cambio, su hermana mayor, Marie-Caroline, que se presentó por la Sarthe, ha perdido la batalla contra la candidata del Frente Popular, Elise Leboucher.

Luchando por una plaza

Las mujeres ya salieron en desventaja en esta disputa electoral. Solo un 41% de las candidaturas eran de mujeres. Se trata de la participación más baja desde 2007 para unas elecciones legislativas. Pero el periplo no se quedó ahí: cuatro de cada diez candidatas se presentaron en circunscripciones con baja posibilidad de éxito, una práctica común de los partidos para “maquillar” la paridad. El escenario hace de las elegidas unas verdaderas atletas políticas.

Marine Le Pen se dirige a los periodistas en la sede del partido tras los resultados preliminares de la segunda vuelta de las elecciones parlamentarias francesas, en París.

De acuerdo con la politóloga Catherine Achin, profesora las bajas cifras de este año fueron el resultado de la precipitación generada por la disolución de la Asamblea el pasado 9 de junio: “Los partidos, que apenas tuvieron una semana para presentar sus candidaturas, volvieron a sus antiguos reflejos”, declaró en una entrevista a Le Monde.

Francia y la paridad en la política

En materia de paridad, todavía queda camino por recorrer en Francia. El país de Simone de Beauvoir y de Simone Veil, en donde el derecho al voto femenino data de 1944, asistió a un cambio importante en pro de la paridad tras la ley de junio de 2000. A partir de entonces, se impusieron medidas vinculantes de igualdad entre candidatas mujeres y hombres para las elecciones de listas proporcionales, como es el caso de las europeas y las regionales.

Pero en las legislativas, que cuentan no con una lista, sino que con un solo candidato por partido en cada circunscripción, la paridad es más compleja, y la ley es más incitativa que coercitiva. Los partidos que no respetan la paridad están sujetos a sanciones financieras, que se traducen concretamente por una reducción de las ayudas públicas al partido, basándose en unos cálculos de la diferencia porcentual entre candidatos hombres y mujeres.