Aunque el Parlamento Europeo ha logrado alcanzar una decisión histórica en la lucha contra la violencia de género, los países del bloque se han dejado un tema pendiente: la violación y sus definiciones legales a lo largo del bloque.
Los negociadores del Parlamento Europeo y del Consejo alcanzaron un acuerdo sobre la primera ley de la UE para combatir la violencia contra las mujeres. Esta normativa abordará de manera integral la prevención, protección, persecución y acceso a la justicia en casos de violencia de género, e incluirá disposiciones contra la violencia cibernética, como el acoso y el “cyber-flashing”. También criminalizará la mutilación genital femenina y los matrimonios forzados a nivel de la UE. Además, los niños que hayan presenciado violencia doméstica serán considerados víctimas en la mayoría de los casos.
Sin embargo, durante las negociaciones surgieron desacuerdos clave respecto a la inclusión del delito de sexo no consensuado como violación. El Consejo, que representa a los Estados miembros, rechazó la petición de los eurodiputados de incluir la violación en la directiva, con el apoyo de países como Francia, Alemania, Polonia y Hungría. Algunos Estados miembros argumentaron la falta de base legal para ello, cuando en realidad lo que faltaba era voluntad política, según líderes como el presidente francés Macron y el ministro de Justicia alemán Buschmann.
Una perspectiva variada
Cada estados miembro de la UE tienen su propia normativa sobre cómo se define la violación en sus códigos penales, y esto seguirá siendo así por el futuro previsible. Francia y Alemania, que suelen considerarse progresistas en temas de género, votaron en contra de incluir la violación en la directiva, al igual que Polonia, Hungría, Malta, República Checa, Estonia, Bulgaria y Eslovaquia.
Según un análisis de octubre de 2023 realizado por el Lobby Europeo de Mujeres, en 14 Estados miembros, incluyendo Suecia, España, Croacia y Grecia, se aplica el enfoque de "solo sí es sí", que requiere un consentimiento claro para el contacto sexual. En Alemania y Austria, todavía se aplica el principio de "no significa no", que exige a las víctimas demostrar que se negaron verbalmente a participar en actos sexuales.
Pero en otros 11 países de la UE, que incluyen a la mayoría de los Estados miembros de Europa del Este, así como a Francia e Italia, todavía se consideran elementos esenciales la resistencia a la violencia o una situación amenazante.
La Comisión Europea presentó su propuesta para una ley uniforme de la UE el 8 de marzo de 2022, con el objetivo de alcanzar los objetivos del Convenio de Estambul, que entró en vigor en los Estados miembros desde 2014 hasta 2018. La mayoría de los Estados miembros de la UE han ratificado este acuerdo, que tiene como objetivo prevenir y combatir la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica. La propia UE se unió al acuerdo el 1 de junio de 2023.
Cada una de las tres instituciones de la UE desarrolló sus propias opiniones legales, y solo el Consejo expresó preocupaciones de que incluir la criminalización de los actos sexuales no consensuados sería una extralimitación de las competencias legales de la UE. La violación no está incluida en la lista de eurdelitosenumerados en el artículo 83 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE), para los cuales la UE tiene competencia legal, como la corrupción, el terrorismo o la explotación sexual. Para la mayoría de los países que formaron la posición inicial del Consejo, la violación legalmente no cae dentro del ámbito de la explotación sexual.
Francia teme que si la violación se incorpora en la legislación europea, países como Hungría podrían usarlo para hacer que la directiva completa sea anulada por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), sobre la base de que la UE no tiene jurisdicción. Además, Francia discrepa con la definición de violación propuesta por el Parlamento Europeo y la Comisión, que considera que el acto sexual sin consentimiento es violación. En Francia, la violación se define como un acto sexual cometido contra una persona bajo amenaza, coacción, sorpresa o violencia.
En Alemania también se opusieron a la inclusión de la violación en la directiva. Por lo tanto, el desafío principal sigue siendo la divergencia en las definiciones legales de la violación y la resistencia de algunos países a armonizar esta legislación a nivel de la UE, lo cual refleja una falta de voluntad política para abordar este problema delicado y complejo a nivel comunitario.