Entrevista /Eugenia Olavarría

Eugenia Olavarría, la hija de Magalli Meda: “Cada minuto, la situación de mi mamá está más y más crítica”

Su madre lleva más de dos semanas sin agua ni luz en el asedio del régimen de Maduro a la embajada donde se asila junto a otros cinco opositores. Olavarría rememora a Artículo14 la última vez que se vieron

La última vez que Eugenia Olavarría vio a su madre, Magalli Meda, fue en las navidades de 2023 KiloyCuarto

“Les damos las gracias a los gobiernos de Argentina, Uruguay, Paraguay, Costa Rica, Panamá, República Dominicana, Estados Unidos y Canadá, que se han pronunciado a favor de los seis opositores venezolanos refugiados en la embajada de Argentina en Caracas, pero les recordamos que no es suficiente. Y no lo será hasta que veamos la justicia y la libertad para los miles de presos políticos del régimen de Maduro y para un país que también es rehén de la opresión. Necesitamos más apoyo de las democracias de América Latina, con más fuerza y más coraje”. Así se expresa Eugenia Olavarría Meda, quien está muy concernida por este asunto debido a que es hija de Magalli Meda, una de las seis personas asiladas en la sede diplomática.

A menos de un mes del 10 de enero, fecha en la que, por ley, debe posesionarse en la presidencia Edmundo González Urrutia, diplomático elegido en las pasadas elecciones del 28 de julio, por más del 70 por ciento de los votos, las múltiples tensiones que se agitan en Venezuela se han concentrado en el asedio policial que el régimen de Nicolás Maduro ha concentrado en torno a la sede consular de la representación argentina, bajo la protección del gobierno de Brasil, desde agosto pasado, tras la expulsión de los diplomáticos argentinos.

Magalli

Magalli Meda, asilada en la residencia del embajador de Argentina, saluda a los medios de comunicación en agosto

De hecho, este lunes, Naciones Unidas recordó a Maduro su deber de respetar “el principio de inviolabilidad de las sedes diplomáticas y consulares”; y le hizo saber al régimen que el secretario general, António Guterres, está muy bien informado respecto de las incursiones de personal de seguridad venezolano en edificios de los alrededores de la embajada de Argentina en Caracas“.

Igual que tantos, “de un día para otro debí escapar”

Entre los seis recluidos se encuentra Magalli Meda, jefa del comando nacional de campaña, Vente Venezuela, de María Corina Machado y por más de una década su mano derecha en asuntos de estrategia, organización y gerencia de las iniciativas políticas y de activismo electoral de la líder venezolana.

Su hija, Eugenia Olavarría, de paso en Madrid, conversó con Artículo14. “Tengo 25 años”, explica. “Me fui de Venezuela recién cumplidos los 18. Soy economista. Estudié en Bruselas, Economía y luego, Diseño de Modas y Textil. Ya tengo tiempo trabajando en Moda Sostenible (segunda mano)”.

Magalli Meda

Eugenia Olavarría, junto a su madre, la activista venezolana y colaboradora de María Corina Machado, Magalli Meda

“Tengo la fortuna de contar con padres que me apoyan y que han comprendido e impulsado mis necesidades creativas y de formación. Yo empecé en Diseño Gráfico, en Bruselas. Mi proyecto inicial era comenzar la carrera de Derecho, en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), en Caracas. Al terminar la secundaria, pensé que donde sería más útil, en el país que me había tocado, era como abogada, pero igual que tantos otros, de un día para otro tuve que escapar… Mi generación creció en un ambiente de ansiedad e inseguridad tal, que llegó un punto en el que lo que deseaba era vivir, simplemente vivir… Y ahí estaba mi madre diciéndome: ‘Mi amor, haz lo que te haga soñar, lo que te haga sonreír, lo que te haga sentir útil y orgullosa de lo que estás haciendo’. En fin, pasé de estar a punto de ingresar a Derecho, en la UCAB, a iniciarme en Diseño Gráfico, solo porque era lo que estaba disponible, dado que había llegado cuando ya las otras carreras estaban empezadas y, además, por entonces no hablaba francés.

Rencor a la izquierda

La joven dice que, pese a gozar de privilegios de los muchos carecen, se vio arrebatada por los avatares de la emigración, que han alcanzado a millones de venezolanos. “Y, como a ellos, no me quedó más que apretarme los pantalones y seguir adelante en un mundo desconocido, donde nadie te conoce”.

“De Diseño Gráfico pasé a Relaciones Internacionales, donde topé con un discurso de izquierda que me despertó el rencor ante tanta demagogia y tanta ignorancia ante lo que viven muchos países oprimidos por esa misma izquierda. Motivada por una profesora, salí de allí y me refugié en Economía, donde me fue muy bien. Me enamoré del emprendimiento social, del emprendimiento en general y, al conocer el mundo de la moda, sentí que había encontrado un universo donde encauzar mi creatividad. Mi mamá fue de gran motivación para animarme a conseguir becas y otros apoyos. Ella siempre estuvo cerca, sin entrometerse, pero muy presente. Eso fue muy importante para mí. Mis padres han comprendido mi proceso y me han apoyado en todo. La verdad es que mi caso constituye una historia excepcionalmente afortunada por la cantidad de apoyo que conseguí en el exilio, la escucha (participé en eventos de Amnistía Internacional, siempre hablando de la situación de Venezuela).

Una Navidad juntas

Magalli Meda es uno de los enemigos más temidos del dictador Maduro, al menos eso se deduce de la crueldad y persistencia de su persecución, pero la hija de aquella no es política. “El sombrero de activista, de portavoz, me lo puse en el centro de estudiantes del Colegio San Ignacio de Loyola, en Caracas, cuando estudiaba el bachillerato. En el año 2017, cuando ni siquiera era mayor de edad, las circunstancias me pusieron en un rol político, animando protestas, asistiendo a entierros de jóvenes asesinados en las protestas de ese año… En fin, me corrijo, no es exactamente un rol político, pero sí ser consciente de mi responsabilidad ciudadana. Lo llevo en la sangre, no olvidar ese pequeño detalle”.

Magalli Meda

Eugenia Olavarría y su madre, Magalli Meda, preparando una campaña en Venezuela

Al preguntarle cuándo fue la última vez que vio a su madre, dice que fue en diciembre del año pasado (2023). “Gracias a Dios, porque ya entonces había amenazas y se sabía de una eventual orden de captura, de manera que eran muchas las voces que me advertían de la peligrosidad de una visita mía a Venezuela. Pero me alegro infinitamente de haberlo hecho, porque fue una Navidad muy importante para llenarnos de fuerzas ante lo que vendría y ni qué decir ante esta Navidad que nos ha tocado ahora”.

Pocas semanas después de despedirse en el aeropuerto, la vida de ambas daría un vuelco. “El 20 de marzo de este año”, dice Eugenia, “libraron órdenes de captura, llenas de falacias, como bien lo sabe el país y ahora el mundo. Ese día secuestraron a Henry Alviárez, coordinador nacional de Vente Venezuela y a Dinorah Hernández, secretaria política nacional del partido, y los llevaron a un centro de tortura. Mi mamá, con cinco colegas y amigos cercanos, consiguieron asilo en la Embajada de Argentina”.

“Cada minuto, la situación de mi mamá empeora”

—Desde que tengo memoria -dice Eugenia- hemos vivido en el sobresalto, pero desde ese día ha sido… digamos que de mucho trabajo para ellos. Todos los días, casi a todas las horas del día, con pocas horas de sueño, mi mamá ha estado conectada en llamadas, organizando los equipos de Vente Venezuela [el partido político de María Corina Machado] para que acompañen a la sociedad civil. Son un equipo formidable, que se ha desplegado en defensa de la soberanía popular y que, aún en las horas más difíciles de estas últimas semanas de asedio e intimidación por efectivos del régimen, armados y encapuchados, han persistido en su labor.

Venezuela

Eugenia Olavarría y su madre, Magalli Meda

“Mientras hablo contigo, mi mamá y sus compañeros llevan ya más de dos semanas sin luz (a causa del robo de fusibles eléctricos del inmueble por los agentes de Maduro) ni servicio de agua. Rodeada, además, de hombres con armas largas y embozados. No puedo expresar la angustia que se puede experimentar cuando tu mamá está en una situación semejante. Cada minuto, la situación de mi mamá está más y más crítica, con una plantita eléctrica que no alcanza a suministrar la energía necesaria para seis personas”.

Al referirse a María Corina Machado, Olavarría se emociona. “Es alguien que siempre tuvo mi respeto y que en los últimos tiempos se ha ganado, además, mi amor incondicional”.

Y, al preguntarle si regresaría a Venezuela: “Lo que más deseo es regresar a mi país y aplicar allí todos los conocimientos que he adquirido; y no solo yo tengo este anhelo, he conocido montones de venezolanos que han aprendido lenguas extranjeras en un año, para dominarlas y educarse en ellas, cuyo gran objetivo es regresar a Venezuela y contribuir a hacerlo grande“, concluye.