España no ha solicitado hasta el momento la activación del Mecanismo Europeo de Protección Civil, la herramienta de asistencia que ofrece la Unión Europea para afrontar catástrofes como la DANA en la Comunidad Valenciana, demoledora tanto a nivel humano como material.
Este mecanismo, creado en 2001, tiene como propósito fortalecer la cooperación en temas de protección civil entre los Estados miembros de la Unión Europea y otros países participantes, con el fin de mejorar la prevención, preparación y respuesta ante desastres. Pero, según ha confirmado la Comisión Europea, “España sigue sin solicitar la activación del Mecanismo Europeo de Protección Civil para que se puedan enviar equipos de emergencia”.
Mecanismos de protección
El Mecanismo Europeo de Protección Civil no se activa automáticamente; requiere una solicitud oficial del país afectado. Una vez activado, permite coordinar la asistencia de otros Estados miembros y poner a disposición equipos de emergencia, así como otros recursos necesarios para apoyar en la gestión de la crisis.
La Comisión Europea juega un papel fundamental en la coordinación de esta respuesta y asume al menos el 75% de los costes operativos y de transporte de los despliegues. Este mecanismo permite que los países soliciten ayuda cuando la magnitud de la emergencia excede sus capacidades nacionales de respuesta.
También está el Fondo de Solidaridad de la Unión Europea (FSUE), que ofrece asistencia financiera directa para contribuir a la reconstrucción de las infraestructuras públicas dañadas y apoyar la recuperación económica de las regiones afectadas. Este fondo puede cubrir los gastos de emergencia inmediatos, incluyendo el restablecimiento de infraestructuras clave, la limpieza de las zonas afectadas y la financiación de servicios de asistencia para la población local. La activación del FSUE también depende de una solicitud formal del Estado afectado y está sujeta a ciertos umbrales de daños financieros, generalmente basados en un porcentaje de la Renta Nacional Bruta (RNB) o en una cifra mínima de pérdidas estimadas.
Otro recurso es el sistema de satélites Copérnico, que la Unión Europea pone a disposición para la observación y monitoreo de desastres. Lo que hace Copérnico es utilizar imágenes de satélite para evaluar el impacto de las catástrofes naturales. Así se facilita una respuesta mejor coordinada y más eficiente, al proporcionar mapas e imágenes detalladas a las autoridades locales y a los equipos de rescate. Este sistema permite un seguimiento en tiempo real de los daños, algo clave para planificar la intervención y evaluar la evolución de la situación en las zonas afectadas.
Aparte, la Unión Europea también puede coordinar con otras agencias y fondos internacionales para proveer asistencia adicional en casos de emergencia, especialmente en situaciones de gran escala o crisis humanitarias prolongadas. Este apoyo suele incluir colaboraciones con el Banco Europeo de Inversiones (BEI) o con organizaciones no gubernamentales que trabajan en el terreno, ampliando así el alcance de la respuesta y asegurando que se cubran las necesidades básicas de las poblaciones afectadas de forma integral y sostenible.
Recurrir a la ayuda
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirmó la semana pasada que “Europa está lista para ayudar a España”, y el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, recalcó que “Europa puede ayudar a través del Mecanismo Europeo de Protección Civil y el Fondo Europeo de Solidaridad frente a las catástrofes naturales”.
Pero el Gobierno todavía no ha solicitado activar el Mecanismo Europeo de Protección Civil; solo se ha activado el sistema de satélites Copérnico, algo muy polémico a nivel regional. El eurodiputado de Compromís, Vicent Marzà, describió como “inadmisible” que el presidente de la Generalitat Valenciana no haya instado al Gobierno central a activar el mecanismo, añadiendo que “la gente está limpiando y ayudando como puede; faltan efectivos y medios”. La delegación de Vox en el Parlamento Europeo ha acusado “a los gobiernos de Mazón y Sánchez de negligencia y falta de previsión, subrayando cómo sus políticas ideológicas han puesto en riesgo y sacrificado la vida y seguridad de los ciudadanos”.
Los precedentes de Italia, Portugal, Grecia y Suecia
Es incomprensible que España no haya solicitado esta ayuda que tan útil resultó a muchos otros países europeos. En 2009, Italia activó el Mecanismo Europeo de Protección Civil tras el devastador terremoto de L’Aquila, que dejó muchísimos daños y necesitaba una respuesta inmediata. En 2017, Portugal solicitó asistencia para combatir incendios forestales que afectaron vastas áreas y causaron un gran número de víctimas. Grecia y Suecia también han recurrido a esta herramienta en años recientes: Grecia en 2021, durante los incendios que devastaron varias de sus islas y regiones, y Suecia en 2018, al enfrentar una de las peores temporadas de incendios forestales en su historia, donde la ayuda europea fue completamente clave.
Desde fuera de la Unión Europea, Turquía activó el Mecanismo en 2020 tras un fuerte terremoto en la región de Esmirna, y Ucrania en 2022, al necesitar apoyo humanitario tras la invasión de Rusia a su territorio.