Consejo de la UE

España rechaza la propuesta migratoria de Von der Leyen

El Gobierno español argumenta que estos centros de deportación fuera de la UE podrían violar los derechos humanos y generar costes demasiado elevados

Ursula
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen Efe

Ursula von der Leyen acaba de proponer a los países un plan migratorio muy parecido al que ya vimos en Reino Unido hace dos años — y que fue objeto de infinidad de críticas. Se trata de un pacto que busca reubicar a los inmigrantes que están solicitando asilo, para reforzar la gestión de las fronteras exteriores, aumentar las deportaciones de migrantes y luchar contra el tráfico de personas.

La idea central es la creación de “centros de retorno” fuera de la Unión Europea, muy similar al modelo implementado por Italia en Albania, donde se procesarían las solicitudes de asilo y se gestionarían las deportaciones de aquellos cuya solicitud haya sido rechazada. De hecho, en una carta dirigida a los líderes de la UE, Von der Leyen mencionó el acuerdo entre Italia y Albania como un posible modelo para reducir las llegadas irregulares a Europa.

Partidarios y críticos

Algunos países han rechazado rápidamente la medida, sin esperar a debatirla en la cumbre del Consejo de la Unión Europea de este 17 de octubre. El primero de ellos, España: el gobierno español argumenta que estos centros podrían violar los derechos humanos y generar costes demasiado elevados. Además, temen que los migrantes albergados en estos centros no sean aceptados por sus países de origen, lo que podría dejarlos en un limbo jurídico, ya que muchos estados se niegan a aceptar el retorno de sus ciudadanos. Asimismo, diversas organizaciones de derechos humanos han advertido que estos centros podrían violar el derecho internacional y socavar los principios fundamentales de protección de los refugiados.

Orban

El primer ministro húngaro, Viktor Orban, observa a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en el Parlamento Europeo, en Estrasburgo

Otros estados del bloque rechazan aspectos del pacto sin rechazar la idea al completo. Entre ellos están Países Bajos, que no están dispuestos a respaldar la normalización de relaciones con Siria, necesaria para garantizar el retorno de muchos solicitantes de asilo. El ministro neerlandés de Asuntos Exteriores, Caspar Veldkamp, ha afirmado que “Siria no es un país seguro para el retorno de solicitantes de asilo”. Existe una gran preocupación por las condiciones de seguridad en Siria y el riesgo de violaciones de derechos humanos si se llevan a cabo deportaciones forzosas.

Normalizar las relaciones con Siria

Pero otros países sí respaldan la idea, y se trata de un grupo que no suele posicionarse a favor de Von der Leyen. Italia, Austria y Hungría son los que más buscan endurecer las políticas migratorias y acelerar las deportaciones. Por eso Giorgia Meloni, la primera ministra de Italia, insiste en que es necesario revisar la estrategia de la UE respecto a Siria para facilitar el retorno de los refugiados sirios. El objetivo de estos países es normalizar las relaciones diplomáticas con Siria, a pesar de las circunstancias políticas y humanitarias en el país, para permitir la deportación de migrantes a su territorio.

Sin embargo, al igual que en el caso de Países Bajos, aceptar —o rechazar— aspectos de la idea de Von der Leyen no implica hacerlo en su totalidad. Por eso, de momento, Hungría y Polonia han declarado que no implementarán las nuevas normas de migración, que piden que los solicitantes de asilo se repartan entre los estados miembros para quitarle carga a los que se encuentran en primera línea, a pesar de que estas medidas fueron aprobadas en mayo y son vinculantes para todos los Estados miembros. Viktor Orbán, primer ministro de Hungría, ha sido uno de los principales críticos del pacto y ha amenazado con llevar a cabo acciones unilaterales si se ve obligado a aceptar migrantes — pero probablemente se mostrará más que dispuesto a reubicarlos.

El trasfondo político

¿Por qué han cambiado tanto las opiniones europeas respecto a la reubicación de inmigrantes, cuando se criticó tanto a Reino Unido? La respuesta se encuentra en el contexto geopolítico. La guerra en Ucrania y la escalada de violencia en Oriente Medio han provocado un cambio radical en la mentalidad, sobre todo por culpa del aumento de refugiados sirios y libaneses que han llegado a Europa en las últimas semanas.

Líbano

Personas desplazadas por los ataques militares israelíes en Líbano se reúnen en una calle de Beirut, Líbano

En su carta, Von der Leyen también propuso revisar las normativas para facilitar la detención y expulsión de personas que sean consideradas una amenaza para el orden público. Esta medida ha sido respaldada por países como Austria, cuyo ministro de Asuntos Exteriores, Alexander Schallenberg, señaló que “Europa ha acogido a más de 1,2 millones de ciudadanos sirios, y es necesario un cambio en la política para obtener mejores resultados”.

Endurecer la política migratoria de la UE

Esto se une a la carta firmada por 17 Gobiernos europeos del pasado 7 de octubre, entre los que se encontraba el Gobierno checo y el eslovaco, en la que pedían un “cambio de paradigma” en la política migratoria del bloque, fortalecer las fronteras externas y endurecer los procesos de retorno para los solicitantes de asilo a los que se les niegue.

Así que, de momento, el apoyo al pacto no es uniforme. Países como Alemania y Francia, que en el pasado adoptaron una postura más abierta respecto a la migración, han endurecido su discurso debido a la creciente presión política interna. En Alemania, el canciller Olaf Scholz ha reintroducido controles en las fronteras para frenar las llegadas irregulares, mientras que en Francia, el primer ministro Michel Barnier ha solicitado una revisión de las reglas de deportación para acelerar los procesos de expulsión. Dinamarca, Suecia, Austria, Italia y Eslovenia, recientemente han introducido controles en sus fronteras.

La votación sobre el pacto migratorio será uno de los temas principales en la próxima cumbre del Consejo Europeo, donde los 27 líderes discutirán las diferentes propuestas. Aunque países como España rechazan la idea de los centros de retorno, otros como Italia y Hungría presionarán para que se adopten medidas más estrictas en la gestión de la crisis migratoria. La aprobación del pacto dependerá, en gran medida, de las concesiones que se hagan a los países más reacios.