Los votantes de Florida no solo tendrán que elegir entre Kamala Harris y Donald Trump como el próximo presidente de Estados Unidos, sino sobre una cuestión decisiva para las mujeres: el fin de la prohibición de abortar después de las seis semanas de embarazo aprobada por el gobernador Ron DeSantis el año pasado.
La Coalición para la Libertad de las Mujeres de Florida, un colectivo femenino, logró que en la jornada electoral del 5 de noviembre se lleve a cabo también un referéndum sobre la denominada Enmienda 4, una modificación a la Constitución del Estado para que, según reza la propuesta, “ninguna ley prohíba, penalice, retrase o restrinja el aborto antes de la viabilidad (del feto) o cuando sea necesario para proteger la salud de la paciente según lo determine su proveedor de atención sanitaria”.
Limitación al aborto
Florida fue uno de los estados de mayoría republicana que ha sufrido un endurecimiento del acceso al aborto tras la histórica decisión del Tribunal Supremo que tumbó la doctrina de Roe Vs Wade y con ella el derecho de las mujeres en Estados Unidos a poner fin a su embarazo.
La imposibilidad de hacerlo después de la sexta semana, cuando muchas ni siquiera se han dado cuenta de que están encinta, convirtió a Florida en uno de los estados con las leyes más duras, y provocó las protestas de organizaciones de mujeres y profesionales de la salud, hasta el punto de que el propio Trump dijo que “se necesitan más de seis semanas” para tomar una decisión.
¿Qué votará Trump?
Trump insinuó que, como residente de Florida, votaría a favor de la Enmienda 4, pero la furibunda reacción de grupos ultraconservadores locales le obligaron rápidamente a rectificar, en una nueva muestra de cómo el tema del aborto se ha convertido en uno de los más incómodos para el candidato republicano.
Las encuestas demuestran que, incluso en un bastión trumpista como Florida, el derecho al aborto suscita un apoyo mayoritario. Una encuesta de la cadena CBS y la firma demoscópica YouGov arrojó que un 65% está a favor “en la mayoría o todos los casos”.
La batalla por el “no”
Pero eso no ha impedido que el gobernador DeSantis se lance con todo a promover el triunfo del “no” en el referéndum. DeSantis forzó la introducción de unos párrafos que señalan que el cambio legal tendría costes y otras consecuencias negativas para los floridianos, lo que ha motivado una denuncia ante los tribunales de las promotoras de la Enmienda 4.
DeSantis llegó a enviar funcionarios del Estado a las casas de las promotoras de la iniciativa, lo que estas denunciaron como una forma de hostigamiento, y lleva días volcado en reuniones y actos con líderes religiosos en un esfuerzo de movilización que ha obtenido millones de dólares y adhesiones a la causa del “no” en las últimas semanas. Autopistas, calles y espacios de radio y televisión se han llenado de anuncios alertando de los supuestos peligros de la Enmienda 4.
Lauren Brenzell, directora de la campaña del “sí”, dijo en un comunicado que “está claro que el Estado está empeñado en mantener el impopular y cruel veto al aborto en Florida”.
Qué dicen las encuestas
A juzgar por los sondeos más recientes, el esfuerzo de DeSantis podría estar dando resultado. El último del New York Times y el Siena College rebajó el apoyo al sí al 46% de los votantes, lejos del 60% que se requiere para que la enmienda sea aprobada.
El gobernador no ha dudado en presionar incluso a otros políticos republicanos locales para que se posicionen sobre un tema que muchos perciben como potencialmente dañino para su imagen. “Todos nuestros cargos electos deben decir cuál es su posición en esto” reclamó DeSantis, que se quejó de que “algunos no están diciendo nada ni ofreciendo su ayuda” para derrotar la propuesta de las feministas.
No pocos analistas creen que la beligerancia antiabortista de DeSantis se debe a su intención de consolidar su imagen entre los votantes conservadores estadounidenses con vistas a un nuevo intento de alcanzar la Casa Blanca.
El gobernador perdió frente a Trump en las primarias republicanas de este año, pero, al contrario que él, seguirá siendo un político joven en 2028.