Son solo 12 inmigrantes desde que, en la noche de este miércoles, cuatro fueron enviados de forma urgente a Italia desde el centro de identificación construido por el Gobierno de la primera ministra Giorgia Meloni en Albania. Dos de ellos, en los primeros controles médicos en Shengjin, en la costa albanesa, declararon ser menores de edad y otros fueron considerados en grave estado de vulnerabilidad. El ministerio de Interior italiano confirmó esta información sin dar más datos sobre el estado de estos cuatro jóvenes.
Mientras tanto, los demás fueron trasladados al centro de Gjader, a 20 km desde el puerto, en el interior de Albania, en el centro de 70.000 metros cuadrados construido por Italia. Sus primeras horas en unas estructuras inmensas en las que cabrían centenares de personas (880) y están apenas una docena han sido una incógnita hasta que varios parlamentarios de la oposición de izquierdas han podido acceder al interior y pasar varias horas conociendo las instalaciones y hablando con los solicitantes de asilo.
“Sin papeles”
Así, han explicado a la prensa que se encontraba a las puertas del centro de Gjader, que todos los inmigrantes se encontraban sin papeles y que ese parecía haber sido el filtro que habría determinado que ellos, y no otros, fueran considerados para entrar en el sistema de externalización migratoria de Giorgia Meloni. Papeles que, según el propio relato de los protagonistas, les habían robado en su viaje por diferentes países hasta haber sido trasladados a Albania.
La odisea
A los miles de euros que ya habían pagado por el viaje, varios inmigrantes tuvieron que pedir 20.000 más a sus familias, un dinero que tuvieron que dar a las mafias para que pudiesen ser liberados en países como Libia. Allí, algunos se quedaron atrapados durante casi dos años.
Los diputados de izquierdas, del Partido Democratico y de +Europa, han comparado este centro con un lager nazi y han expresado sus dudas sobre la selección que Italia realiza en alta mar para determinar qué inmigrantes pueden venir a Italia, debido a las condiciones de vulnerabilidad evidentes de estos 12 hombres, y al lugar donde fueron rescatados entre la noche del domingo y el lunes, que el ministerio de Interior nunca concretó públicamente.
La decisión final
Las solicitudes de asilo de estas doce personas han sido presentadas en la noche del miércoles y deben ser resueltas antes de 48 horas, lo que hace prever que en la mañana de este viernes se conocerá su destino. Si el juez de Roma encargado del caso considera que todos o la gran mayoría tienen derecho a asilo tendrán que ser enviados a Italia, por lo tanto, a territorio europeo, y todo este periplo no habrá servido a nivel práctico para nada.
Si por el contrario, alguno de ellos recibe el mandato de deportación a su país de origen se abrirán 28 días para que el Gobierno italiano establezca un acuerdo con sus estados, algo que parece muy ambicioso teniendo en cuenta que Italia ha conseguido solo repatriar a un 20% de inmigrantes en los últimos años.