En junio de 1963, la astronauta soviética Valentina V. Tereshkova se convirtió en la primera mujer en viajar al espacio. A sus 26 años, Tereshkova hacía historia a bordo de la nave Vostok 6. Tras 70 horas de vuelo y 48 vueltas alrededor de la Tierra, la cosmonauta rompía el techo de cristal en las misiones espaciales. Tuvieron que pasar 19 años hasta que otra mujer volara al espacio exterior. Svetlana Savitskaya, la segunda mujer en abandonar la Tierra, fue la primera que se dio un paseo por el espacio.
En junio de 1983, la estadounidense Sally K. Ride visitó el espacio exterior, convirtiéndose en la tercera en viajar al espacio y la primera de Estados Unidos. Desde entonces, ya son 100 las astronautas que han volado al espacio. Un hito que se ha alcanzado este fin de semana a bordo del noveno vuelo espacial tripulado de la compañía Blue Origin.
La astronauta número 100
Así, la ingeniera Emily Calandrelli tiene el honor de ser la “número 100”, un logro que ha quedado ensombrecido, pues ha sufrido una oleada de comentarios machistas en redes sociales.
A pesar de que hayan pasado más de 61 años desde que la primera astronauta viajara al espacio con éxito, el machismo sigue presente en la sociedad. La propia Calandrelli ha reconocido que lloró al volver de la expedición y recibir todos esos comentarios machitas.
“Dios mío, esto es el espacio”
Calandrelli que es autora de best-sellers, presentadora y una gran divulgadora científica tiene casi tres millones de seguidores en sus redes sociales.
Durante el viaje, tanto Blue Origin -la empresa aeroespacial de Jeff Bezos– como ella, compartieron una imagen de Calandrelli abordo del NS-28 junto a sus declaraciones. “Llegamos a la ingravidez, inmediatamente me puse boca abajo y miré al planeta y entonces había tanta negrura. Había mucho espacio. No esperaba ver tanto espacio, y no paraba de decir ¡ese es nuestro planeta! ¡Es nuestro planeta! Fue la misma sensación que tuve cuando nacieron mis hijos: ‘¡Es mi bebé! Es mi bebé’. Tuve la misma sensación de verlo por primera vez, y fue precioso“.
Asimismo, Blue Origin compartió un vídeo con sus reacciones, en las que se la veía maravillada diciendo: “Dios mío, esto es el espacio“. Fue cuando centenares de hombres comenzaron a criticarla y a sexualizar su reacción.
Mientras Calandrelli cumplía su sueño, los trolls afloraron en las redes sociales y la cosificaban.
Al volver a Tierra este domingo (hora española), Calandrelli compartió imágenes del viaje espacial y un texto sobre su experiencia. “El regreso a la Tierra fue de lo más dulce. Estábamos llenos de emoción porque conocíamos el riesgo. Sabíamos que existía la posibilidad de una anomalía. Tom (su pareja) estaba más nervioso que nunca y por eso ese primer abrazo fue la celebración de que seguimos aquí. Nuestro amor, nuestra vida, nuestra familia está a salvo y segura. ‘¡No he muerto!’, le susurré mientras me abrazaba con fuerza”.
“Qué suerte tengo en esta vida de celebrar hitos con estos seres humanos a los que quiero tanto“, reconocía.
“Llorando en mi asiento”
Pero este lunes, Calandrelli ha querido denunciar lo sucedido a través de una dura publicación. “Todo ocurrió mientras volaba (en avión) de vuelta a casa después de vivir la experiencia más perfecta y maravillosa de mi vida. Y en lugar de estar en las nubes, estoy llorando en mi asiento mirando por la ventana. Porque claro que ha pasado esto. Por supuesto que debería haberlo esperado”, escribió la ingeniera del MIT en su perfil de Instagram.
“Me pasé el vuelo enviando mensajes de texto a mis hermanas del espacio para pedirles consejo. Para compartir rabia y tristeza y para recibir la validación de que no tengo nada de lo que avergonzarme. Tuve que tomarme un momento para feminizarme, si he de ser sincera”, ha compartido Calandrelli.
“Hombrecillos de Internet”
“Pero me niego a dedicar mucho tiempo a los hombrecillos de Internet. Siento experiencias en el alma. Es un rasgo que heredé de mi padre. Sentimos profundamente cada emoción y qué manera tan hermosa de experimentar la vida. Esta alegría está tatuada en mi corazón”.
Así, la astronauta reconoce que “no voy a disculparme ni a sentirme rara por mi reacción. Es totalmente mía y me encanta”. Calandrelli añade que cuando pueda, volverá a compartir esa reacción que provocó un sinfín de comentarios machistas y sexualizados con sus seguidores.
También ha reconocido que la auxiliar de vuelo de la compañía en la que volaba la reconoció, y al ver que había estado llorando le susurró al bajar del avión: ‘No dejes que apaguen tu brillo’. Y sentí una inmediata sensación de camaradería con ella, con todas las mujeres”, concluye Calandrelli, tras este agridulce episodio.