La embajadora de Alemania Maria Margarete Gosse es una de las diplomáticas más activas en España. Nacida en Múnich en 1962, lleva al frente de la embajada alemana en Madrid desde agosto de 2022. Con infinidad de destinos a sus espaldas y experiencia en el ministerio de Asuntos Exteriores germano, Gosse ha roto varios “techos de cristal” a lo largo de su carrera profesional. La embajadora reconoce a Artículo14 que España y Alemania “comparten un europeísmo profundo”, que es precisamente “la mejor defensa contra el nacionalismo y la intolerancia”.
-¿Faltan mujeres en la diplomacia?
-Tradicionalmente, el mundo diplomático ha estado dominado por hombres. A lo largo de mi carrera diplomática, siempre he sido la primera mujer en los puestos que he ocupado, salvo en una ocasión. Por eso, cuando hablamos hoy de romper el “techo de cristal”, sé muy bien de qué se habla. Pero el mundo diplomático está cambiando y volviéndose más accesible para mujeres.
Estrategias como la política exterior feminista nos ayudan en este sentido, sobre todo cuando no solo se dirigen a la acción exterior, sino también incluyen medidas internas: este es el caso de la política exterior feminista de Alemania, adoptada en marzo 2023. Esta incluye medidas para fomentar la conciliación –uno de los temas que impide a muchas mujeres ocupar puestos de responsabilidad– o analizar y adaptar nuestros procesos de selección para garantizar la igualdad de oportunidades en la contratación.
La embajadora de Alemania en España, Maria Margarete Gosse
No obstante, queda mucho trabajo por hacer para lograr la paridad en el mundo diplomático. En el Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania, por ejemplo, hemos logrado que el 35% de los puestos directivos estén ocupados por mujeres frente al 25% en 2018, aunque sigue siendo sólo el 35% de los puestos directivos.
-En la crisis de Oriente Próximo no hay mujeres en las negociaciones, ¿sería necesario?
-Tristemente, como en tantos conflictos, en las noticias quienes aparecen como responsables de las decisiones son hombres, mientras que las víctimas son mujeres y niños. En la historia siempre ha sido así.
La situación actual en Oriente Próximo tiene numerosas causas. El hecho de que el conflicto siga sin resolverse hoy en día ciertamente no se debe solo a la ausencia de mujeres en la mesa de negociación. Pero en general y también en el ámbito de la política de paz y seguridad, cabe afirmar que ninguna sociedad puede tener éxito si excluye a la mitad de la población, precisamente en cuestiones tan importantes como la guerra y la paz. Es por ello que las mujeres deben ser implicadas en mucha mayor medida en la prevención y la solución de crisis y conflictos internacionales.
-¿Temen desde Alemania una guerra total en la región?
-La situación en la región, el sufrimiento humano, son terribles. Siempre defenderemos el derecho de Israel a existir y defender su existencia respetando el derecho internacional humanitario. Alemania apoya firmemente las propuestas para un alto al fuego, para mejorar la situación humanitaria y frenar el sufrimiento de todos partidos. Los civiles no pueden ser utilizada como escudo, como lo hace Hamás, y, por otro, lado el Ejército de Israel tiene el deber de proteger a esa población civil. El intenso compromiso de Alemania -la ministra de Exteriores alemana ha visitado la región en once ocasiones-, así como el de muchos socios europeos e internacionales tiene precisamente el propósito de romper la lógica de una espiral de violencia creciente y de una propagación a escala regional.
Como España, apoyamos el mismo fin de la solución de los dos estados como única vía sostenible para que israelíes y palestinos coexistan de manera digna, en paz y en buena vecindad.
-Con una guerra en las puertas de Europa, la invasión rusa de Ucrania, y viendo la situación en Oriente Próximo, ¿deberían los países de la UE aumentar el gasto en Defensa y rearmarse?
-Las guerras y las crisis actuales nos muestran claramente que debemos hacer más para defender nuestra seguridad y libertad. No nos quedaremos ni debemos quedarnos de brazos cruzados mientras las potencias hegemónicas de todo el mundo imponen su voluntad a Estados y pueblos soberanos y desafían su integridad territorial. Juntos, debemos garantizar que prevalezca la fuerza de la ley y no la ley del más fuerte.
Observamos que Rusia está avanzando en su agenda imperialista mediante el rearme y campañas de desestabilización; en la OTAN estamos realizando una importante contribución a una disuasión creíble y eficaz. Lo hacemos desarrollando y manteniendo las capacidades pertinentes, como todos los demás socios de la OTAN, y poniéndolas a disposición de ésta para cumplir los planes de defensa recientemente adoptados.
Por eso, el Gobierno alemán ha reafirmado la necesidad de equipar a las Fuerzas Armadas Federales, la Bundeswehr, lo antes posible y, por tanto, considera necesario un mayor gasto militar, posiblemente incluso por encima del objetivo del dos por ciento fijado por la OTAN. En este momento, Alemania gasta un 150% más que hace diez años. Pero no nos detendremos aquí, aumentaremos aún más.
–¿Es posible un Ejército común de la Unión Europea?
-Sabemos que como Unión Europea debemos realizar una mayor inversión en nuestra propia seguridad y que lo más conveniente es realizarla conjuntamente. Por ello estamos intensificando la cooperación en política armamentística, estamos trabajando en estructuras de mando conjuntas, etc. Pero, además, en lo referente a seguridad y defensa, pronto surgen cuestiones de soberanía nacional. Así pues, iremos paso a paso.
-¿En las últimas elecciones regionales en Alemania, así como en las europeas de junio, hemos visto un aumento del voto de la extrema derecha. ¿A qué se debe este auge?
-Parece que, ante los enormes retos globales que afrontamos, muchos ciudadanos busquen retirarse más a un ámbito nacional o local. Y que busquen las soluciones simples que prometen estos partidos. Pero no hay respuestas simples a los retos complejos.
La embajadora de Alemania Maria Margarete Gosse
No hay duda alguna de que dichos partidos defienden posiciones políticas que no son compatibles con la idea que tenemos de libertad, democracia, Estado de derecho, economía social, Estado social y Estado educativo, y menos aún, con aquello que queremos desarrollar como perspectiva europea común. Una cosa está clara: una gran parte de nuestro bienestar, pero también de nuestra seguridad tiene su origen en la cooperación en el seno de la Unión Europea. Lo importante sigue siendo que la gran mayoría de los votantes opte por partidos democráticos.
-Están los derechos de las mujeres en peligro, ¿temen recortes de los derechos femeninos?
-Hay tendencias políticas preocupantes que cuestionan la igualdad. Sin duda alguna, en Alemania se ha alcanzado la paridad jurídica entre mujeres y hombres. Una base importante la pusieron las «madres de la Ley Fundamental», cuatro mujeres que participaron en la elaboración de la Constitución y a las que les debemos el compromiso manifiesto de la Ley Fundamental con la igualdad de derechos. Los derechos de las mujeres son parte integrante de nuestra Ley Fundamental desde hace 75 años y, por tanto, gozan de una gran protección. Así que, no, no veo que los derechos de las mujeres estén en peligro en Alemania.
-¿Por qué los partidos ultras atraen más al votante masculino, joven, que a las mujeres?
-El atractivo que la derecha extrema ejerce sobre los hombres quizá se deba a que transmite una imagen de masculinidad fuerte y dura, como, por ejemplo, hace la Alternativa para Alemania (AfD) en sus vídeos de TikTok. Otro factor, que no es específico de género, es que atiza los miedos ante el futuro, por ejemplo, ante el telón de fondo de los conflictos actuales y la situación económica.
-Con todo, ¿funcionan y son necesarios los cordones sanitarios frente a la extrema derecha? ¿Debería ser un modelo para España?
-Alemania es una democracia resiliente con una constitución fuerte y mecanismos jurídicos de seguridad. La democracia alemana está apuntalada por una sociedad civil activa, cuyo compromiso es esencial para la fortaleza de una sociedad democrática y plural, representada en los partidos democráticos. El llamado cortafuegos es una consecuencia lógica de nuestra cultura democrática.
-Esta semana han lanzado un programa de formación para mujeres jóvenes que participan en la política activa española. Lo cierto es que en España aún no hemos tenido una mujer presidenta, ¿qué nos queda por hacer?
-Es una gran satisfacción para mí poder realizar este programa junto con la Asociación Talento para el Futuro. Las tres jornadas del programa abarcaron clases magistrales, mesas redondas y actividades complementarias, en las que participaron mujeres jóvenes procedentes de la política, las ONGs y el activismo. Su objetivo es lo que aún falta en la senda hacia una primera presidenta española: la capacitación de mujeres jóvenes para su participación política activa. Debemos alentar más a las mujeres jóvenes a que participen activamente en la política y asuman responsabilidad política.
–¿Está la mujer discriminada en la sociedad actual?
-Visto de forma global, siguen existiendo las barreras que impiden la igualdad jurídica y real de las mujeres. Así lo demuestra el informe Panorama de género 2024 de ONU Mujeres y del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, según el cual en todos los ámbitos estudiados aún se tardará muchas generaciones en alcanzar la igualdad de derechos entre mujeres y hombres. De aquí se deriva el cometido de la sociedad de fortalecer los derechos, recursos y la representación de las mujeres a escala global; porque cuanto mayor es el grado de igualdad, más estables, pacíficas y económicamente exitosas son las sociedades.
–Tanto el presidente Sánchez como el canciller Scholz lideran los dos gobiernos socialdemócratas fuertes de la UE. Pero, ¿cómo son las relaciones bilaterales?
-Las relaciones entre nuestros países son excelentes. Pensamos de la misma manera sobre muchos temas. Esta proximidad en muchas posiciones facilita nuestra cooperación. Es independiente de los gobiernos actuales. Pero, naturalmente, también ayuda la muy buena relación entre el canciller Scholz y el presidente Sánchez.
Nuestros dos países comparten un europeísmo profundo, como la mejor defensa contra el nacionalismo y la intolerancia. También compartimos la convicción de que una Europa unida nos permite un mejor desarrollo económico y social frente a los desafíos geopolíticos y geoeconómicos. Y esto forma la base tan estable de nuestras excelentes y estrechas relaciones bilaterales.