Dominique Pelicot, el principal acusado en el conocido caso de los violaciones de Mazan, ofreció ayer su último discurso antes del veredicto final, previsto para el jueves, en el juicio que se celebra en Avignon. En una declaración que buscaba conmover y asumir responsabilidades, el hombre de 72 años pidió perdón a su familia y reconoció el “valor” de su exmujer, Gisèle, a quien drogó y sometió durante más de una década a los abusos más atroces, entregándola a decenas de hombres contactados a través de Internet.
En un tono solemne, Dominique Pelicot expresó su arrepentimiento. “Lamento lo que hice. Provocar sufrimiento durante estos cuatro años [desde que los hechos salieron a la luz en 2020] es algo que me pesa profundamente. Les pido perdón”. Estas palabras iban dirigidas tanto a su familia como a su exesposa, quien ha sido un pilar fundamental en el proceso judicial al testificar contra él y los otros acusados.
Dominique Pelicot se encuentra entre los 18 acusados principales que han estado detenidos desde el inicio del juicio, que cuenta con un total de 51 implicados. Durante su declaración, reafirmó que ha dicho “toda la verdad” desde que comenzó el proceso judicial el pasado 2 de septiembre.
El reconocimiento al valor de Gisèle Pelicot por parte de su violador
Uno de los momentos más destacados de su intervención fue cuando aplaudió el “coraje” de su exesposa, Gisèle. Dominique Pelicot admitió que sus acciones habían causado un daño irreparable. No solo a ella, sino también a toda su familia. Gisèle, quien fue drogada de forma sistemática durante años para ser violada, se ha convertido en un símbolo de la lucha contra la violencia de género en todo el mundo tras afrontar el juicio con valentía. El caso ha conmocionado a Francia por la brutalidad de los hechos y por la red de complicidad y silencio que permitió que este tipo de crímenes se perpetuaran durante tanto tiempo.
Sentado en un box acristalado, Dominique Pelicot habló sobre el impacto psicológico que le ha dejado el caso. “Me han etiquetado con títulos que no quiero. Prefiero ser olvidado”, confesó. Además, explicó que vive con una “vergüenza interior” que le ha llevado a construir una coraza emocional para poder soportar el tiempo en prisión. “Si no te creas una armadura, te mueres en la cárcel”, señaló.
El acusado también describió cómo la imposibilidad de ver a su familia le afecta más que la propia pérdida de libertad. “La privación de no ver a los tuyos es peor que la privación de la libertad. A mi familia, quiero decirles que los amo. El resto de mi vida está ahora en sus manos”, declaró, dirigiéndose a los magistrados de la corte.
La defensa de Pelicot y la petición de clemencia
En su discurso, Dominique Pelicot también tuvo palabras de agradecimiento para su abogada, Béatrice Zavarro, quien, según él, le ayudó a “no rendirse”. “Habría sido una muestra de cobardía hacia los míos y un regalo para los acusados si les daba la razón”, afirmó. Su defensa ha intentado destacar su colaboración con el tribunal y su aparente arrepentimiento. Sin embargo, el Ministerio Público ya ha solicitado la pena máxima: 20 años de reclusión criminal por violaciones agravadas.
El contexto en el que se desarrollaron los crímenes, la vulnerabilidad de las víctimas y el tiempo que duraron los abusos son elementos clave que han llevado a la fiscalía a pedir la condena más severa posible.