Es una gran incógnita que ya ha alimentado todo tipo de teorías conspirativas en Alemania: ¿cuál ha sido la motivación de Taleb al Abdulmohsen para atropellar a decenas de personas en un mercadillo navideño?
El Gobierno de Alemania ha prometido investigar qué sabían las autoridades sobre él, el psiquiatra de origen saudí que ha matado a cinco personas (cuatro mujeres y un niño) y ha herido a otras 200 en Magdeburgo. Al parecer, los servicios secretos de Arabia Saudí habían advertido en 2023 a Alemania sobre Abdulmohsen.
Esclarecer los hechos
La ministra del Interior germana, Nancy Faeser, se ha comprometido este domingo a averiguar qué se conocía sobre él y qué medidas se llevaron a cabo en respuesta a los avisos. “Las autoridades federales pondrán toda la carne en el asador” para esclarecer los hechos, ha prometido Faeser.
Desde Mecklemburgo-Pomerania Occidental, al norte de Alemania, donde Abdulmohsen vivió alrededor de cinco años, su ministro del Interior indicó que el sospechoso del atentado en el mercadillo navideño había sido multado por “alteración del orden público”, tras una riña en una asociación médica local.
Con repercusión internacional
En 2013, el Colegio de Médicos de Mecklenburgo-Pomerania no le reconoció parte de su formación. Indignado, Abdulmohsen amenazó en una llamada telefónica con una acción que que atraería la atención internacional. Como dos días antes se había cometido el atentado yihadista en la maratón de Boston, Estados Unidos, mencionó este ataque, en el que fallecieron tres personas, y decenas resultaron heridas, muchas de ellas mutiladas por la metralla de las bombas caseras que fabricaron los terroristas.
El ministerio del Interior del estado explicó que, tras esa amenaza, registraron la vivienda de Abdulmohsen pero no hallaron indicios de que planeara un atentado, al contrario. Tampoco encontraron vínculos islamistas. Al final, todo quedó en una multa por perturbar el orden público con amenazas. Fue condenado por el tribunal de distrito de Rostock a 90 tasas diarias por perturbar la paz pública amenazando con cometer delitos penales.
Suicidio y amenazas
En enero de 2014, Abdulmohsen fue sospechoso de coacción. El ciudadano saudí quería solicitar ayuda a una autoridad de Stralsund y amenazó (una vez más) con cometer actos que atraerían la atención internacional si no recibía la ayuda. También amenazó con suicidarse en la oficina si rechazaban su solicitud.
En septiembre de 2015, también se quejó en una línea directa de peticiones de una autoridad federal de que los jueces de Rostock eran racistas. Amenazó con conseguir una pistola y vengarse de los jueces. Asimismo, la Oficina de Migración y Refugiados de Alemania confirmó que había recibido un aviso sobre Abdulmohsen y que lo transmitieron a las autoridades competentes.
Este domingo, la Policía acusó a Abdulmohsen, de 50 años, de varios cargos de asesinato e intento de asesinato. Pero lo cierto es que el perfil de Abdulmohsen no encaja con el de un terrorista típico y tiene confundidas a las autoridades.
Amenaza MUU (mixta, inestable o poco clara)
Ante la confusión, el experto en terrorismo, Peter Neumann, ha explicado que en Reino Unido se había creado una nueva categoría de amenaza durante el coronavirus: “Mixta, inestable o poco clara” (MUU, por sus siglas en inglés). “Se trata de personas que no tienen una ideología clara y se inventan sus propios sistemas de ideas, a menudo idiosincrásicos, a partir de piezas fijas en internet”, indica Neumann.
#Magdeburg: In GB hat man während Corona eine neue Gefährder-Kategorie geschaffen: „gemischt, instabil oder unklar". Dies betrifft Leute, die keine klare Ideologie haben und sich aus Versatzstücken im Internet ihre eigenen, oft idiosynkratischen Ideensysteme zusammenbasteln.1/ pic.twitter.com/OkNydJdohr
— Peter R. Neumann (@PeterRNeumann) December 22, 2024
“Esta categoría también incluye muy a menudo a personas cuyo extremismo se caracteriza por delirios y conspiraciones y que tienen un trasfondo psicológico. Es una expresión de la creciente zona gris entre extremismo político y enfermedad mental“, añade el experto.
“A menudo se critica la categoría, sobre todo como cajón de sastre conceptual para todo lo que es difícil de categorizar. Pero creo que podría encajar bastante bien con el atacante de Magdeburgo”, reconoce Neumann. “Al mismo tiempo, Alemania decidió crear una categoría diferente: ‘Deslegitimación del Estado’. Esto puede sonar más específico, pero en la práctica es tan vago como la categorización británica. ¿No deslegitiman todos los extremistas al Estado?”.
Respuestas
Por su parte, la diputada opositora Andrea Lindholz, de la CSU, exigió respuestas a las autoridades alemanas, pues había “preguntas sobre lo que sabían las autoridades acerca de las advertencias procedentes del país y del extranjero”.
Lo cierto es que Abdulmohsen, disidente saudí, se describía a sí mismo como un ex musulmán, e incluso pidió asilo en Alemania precisamente por la persecución que sufrió en su país por no creer en el islam. Llegó a Alemania en 2006 y desde que se creó el partido ha expresado simpatía por Alternativa para Alemania (AfD) y ha acusado a Alemania (y a Angela Merkel) de promover la islamización de Europa.
¿Anti-musulmán?
En sus redes sociales había escrito en varias ocasiones que “algo grande ocurrirá en Alemania”, sin embargo no estaba en el radar de los servicios de inteligencia alemanes. En una entrevista que se publicó hace 11 días por RAIR, una organización estadounidense anti-musulmana, acusó a la Policía germana de destruir deliberadamente la vida de los solicitantes de asilo saudíes que habían renunciado al islam.
Así, desde la Fiscalía piensan que el atentado ha podido estar motivado por la frustración ante el modo que algunos refugiados son tratados en Alemania. Pero lo que domina 48 horas después del atroz atropello múltiple es la cautela.
Cerveza 24 horas antes
Mientras, este domingo se han filtrado imágenes de Abdulmohsen 24 horas antes de perpetrar el atentado. En el vídeo se puede ver al saudí de 50 años cogiendo una cerveza en una tienda de comida para llevar el jueves por la noche en Bernburg, a 50 kilómetros del mercadillo navideño.
El propietario de la tienda, Yaser al Alo, ha indicado al Daily Mail que Abdulmohsen entró a las ocho de la tarde. Parecía relajado y feliz, aunque estaba muy distraído con su teléfono móvil. Era un cliente habitual, que acudía unas cuatro veces a la semana.
“Venía a comer a nuestra casa muy a menudo. Reconocía su cara, pero no tenía contacto personal con él. Siempre venía a comer, quería quedarse solo y no hablaba mucho”, ha declarado al diario británico Alo, quien le reconoció al instante.