Venezuela

El silencio de Edmundo González Urrutia frente a la voz de María Corina Machado

El Centro Carter certifica la victoria de Edmundo González en Venezuela el 28-J y el chavismo contraataca con la máquina del fango

Edmundo González Urrutia y María Corina Machado Kiloycuarto

El 23 de septiembre, el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Jorge Rodríguez, afirmó que Edmundo González Urrutia (EGU) había asistido a una reunión en la residencia del editor del diario ‘El Nacional’, Miguel Henrique Otero, donde habría manifestado su deseo de “independizarse” de María Corina Machado (MCM) para “captar recursos propios” y para que esta “dejara de gritarle”.

Más mentiras que líneas contenía la declaración del hermano de Delcy Rodríguez. Devoto del lujo, Rodríguez dijo que el encuentro había tenido lugar “en la mansión de Miguel Henrique Otero”, desvirtuando lo que en realidad es un piso alquilado en Madrid. Al referirse a González Urrutia, el portavoz de la dictadura de Nicolás Maduro lo aludió como “excandidato presidencial de la ultraderecha venezolana”, en franco desconocimiento del hecho de que si González Urrutia ahora es excandidato es porque devino presidente electo con más del 70% de los votos en las elecciones del 28 de julio, en las que, por cierto, no abanderó ninguna ultraderecha, inexistente en Venezuela, sino a una Plataforma Democrática adherente de un amplio espectro de la política de ese país.

La imagen de Delcy Rodríguez junto a su hermano Jorge, el embajador de España y el opositor Edmundo González Urrutia

Con ser flagrantes, estos no fueron los embustes más descarados de Rodríguez. La patraña mayor es decir que González Urrutia habló. Y, claro, de ahí se desprenden los embelecos según los cuales González Urrutia habría dicho esto o aquello, ¡y que habría expresado el deseo de romper la dupla con Machado!

Al preguntarle cómo se había conducido González en la cena ofrecida en su casa el domingo 22 de septiembre, Antonieta Jurado, esposa de Otero, es parca y concluyente: «Mudo».

Ni una palabra

—¿Mudo?

—No dijo una palabra. Varios invitados le hicieron comentarios, incluso preguntas, a los que “contestó” con monosílabos.

Esta actitud quedó confirmada el sábado 28 de septiembre, en la manifestación de la Puerta del Sol, en Madrid, para conmemorar los dos meses de las elecciones; denunciar la represión, las detenciones ilegales y las torturas, incluso a menores de edad; y exigir el reconocimiento de González como presidente electo de Venezuela. En el evento, el más concurrido entre las quinientas ciudades de todo el mundo que se sumaron a la protesta, se presentó el propio González, cuya llegada concitó un curioso silencio como de incredulidad o de sorpresa para la diáspora, que tenía entonces la primera ocasión de ver en persona al diplomático que por azares y sobresaltos de la política venezolana ha entrado de sopetón en la historia.

“Concentración por la Verdad de Venezuela” en la Puerta del Sol, en Madrid.

González subió al estrado con su paso mesurado y se limitó a saludar y a enarbolar una bandera de Venezuela que alguien le tendió. Más nada. No dijo una palabra. Sí que levantó el puño, gesto de triunfo en el lenguaje universal, y miró en derredor con la sonrisa de siempre, sin énfasis, sin aspavientos. Muy pronto afloraron las conjeturas. “No puede hablar porque el proceso de su asilo está en trámite”. “Las autoridades españolas le han pedido que mejor es que no diga nada por el momento”. Incluso una, muy candorosa y en contradicción con las anteriores: “Es que está afónico”.

La imagen de un héroe victorioso sobre una dictadura violadora de derechos humanos parado en un estrado en silencio es, por decir lo menos, extraña, anticlimática, en un mundo saturado de palabrería, consignas, proclamas y vituperios. ¿Qué habrá ocurrido? ¿Por qué González Urrutia optó por el mutismo en una circunstancia en la que casi cualquier frase le hubiera granjeado una ovación?

La soberanía popular en sus zapatos

Partamos de una premisa: González Urrutia no es político, no viene de la televisión, de los estrados tribunalicios, ni siquiera de la academia. Es un profesional, perfectamente bilingüe, dado, pues, a entablar, en inglés y español, susurrantes “small talk”, esas charlas triviales con gente a quien se acaba de conocer. A los 74 años, que es cuando González Urrutia se encontró en el centro de la atención mundial, es muy difícil que un individuo pase de un natural callado y apacible, como es su caso, a dominar la escena con discursos electrizantes. El carisma no nace, se hace.

El líder opositor venezolano Edmundo González

Lo relevante es que González encarna la soberanía popular, expresada en el voto mayoritario que lo eligió para suceder a Nicolás Maduro, aspirante a la eternización en el poder. Su mudez puede deberse a que todavía no sale de la perplejidad, ¡pero si es que, en abril de este año, González Urrutia no tenía más proyecto que pasear con sus nietos por el parque! O a que no le hace falta agregar nada más, puesto que ya cumplió con su misión con largueza, fue el candidato al que se apeló por las sucesivas “inhabilitaciones” -que el régimen aplicó a Machado y, luego, a Corina Yoris-, al que Machado le levantó la mano para transferirle su monumental liderazgo y a quien el país ungió en las urnas. Su persona es la voluntad popular, la soberanía del pueblo avanza en sus zapatos. No hay nada que él pueda glosar sobre semejante mandato.

Edmundo Machado

La líder opositora venezolana, María Corina Machado , y el candidato a la presidencia de Venezuela, Edmundo González Urrutia

¿Significa esto que la conducción democrática venezolana se ha quedado sin palabras? No. Significa dos cosas. En primer lugar, es la hora de los hechos, como ese, ocurrido el miércoles 2 de octubre, en que la asesora principal para América Latina del Centro Carter, Jennie Lincoln, mostró las actas emitidas por el Consejo Nacional Electoral (CNE) donde consta el triunfo de Edmundo González, en sesión del Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA), en Washington.

En segundo lugar, significa que la voz la tiene María Corina Machado, Premio Vaclav Havel de Derechos Humanos del Consejo de Europa, 2024. Se la ha ganado en décadas de lucha, de resistencia y de contacto permanente con las bases. Es ella quien le respondió de manera directa a recientes infundios de Maduro, quien afirmó, en acto público, que Machado había recibido “de Nueva York unas maletas marca Gucci para irse de Venezuela”.

Machado

La líder opositora de Venezuela María Corina Machado asiste a una protesta en rechazo a los resultados oficiales de las elecciones presidenciales -que dan la victoria a Nicolás Maduro-, en Caracas

—El día que yo tenga que cambiar algo de mi estrategia, los primeros que se van a enterar son ustedes -dijo Machado a sus seguidores, en entrevista televisiva por NTN24-. Panas, óiganme, el que se va de Venezuela es Nicolás Maduro. Aquí seguimos, de frente con los venezolanos, cerca, a pesar de estas circunstancias… Lo vamos a lograr.