La isla de Santorini, conocida por sus icónicas casas blancas con techos azules y su impresionante paisaje volcánico, vive uno de los momentos más tensos y alarmantes de los últimos tiempos. La actividad sísmica registrada en las últimas semanas ha generado una oleada de evacuaciones, dejando un panorama incierto para residentes y turistas.
La belleza de Santorini esconde una realidad inquietante: la isla es el resultado de una de las mayores erupciones volcánicas de la historia, y el suelo que pisan miles de visitantes cada año sigue siendo altamente inestable. Los sismos comenzaron el pasado 24 de enero y desde entonces más de 600 temblores han sacudido la región.
En los últimos días, la actividad sísmica ha alcanzado niveles preocupantes, con terremotos de hasta 4,9 de magnitud. Eso ha obligado a miles de personas a abandonar la isla. El gobierno griego ha tomado medidas de emergencia, enviando equipos de rescate y ordenando el cierre de escuelas y establecimientos públicos.
Un paraíso en crisis: el peligro sísmico de Santorini
Santorini es uno de los destinos turísticos más visitados de Europa. Sin embargo, pocos de sus visitantes son conscientes de que se encuentran en una de las zonas más activas del mundo en términos geológicos.
La isla forma parte del arco volcánico del Egeo, una zona de intensa actividad sísmica y volcánica. En su corazón yace un volcán que, aunque inactivo desde 1950, sigue siendo una amenaza latente. El archipiélago de Santorini está compuesto por varias islas, algunas habitadas y otras deshabitadas:
- Santorini y Thirasia (las principales islas habitadas)
- Nea Kameni y Palea Kameni (islotes volcánicos activos)
Aspronisi y Christiana (territorios deshabitados)
Los expertos han advertido que la actual actividad sísmica no está relacionada directamente con el volcán, sino con las fallas submarinas de la zona. Estas fallas, de más de 20 kilómetros de longitud, pueden generar terremotos de hasta 7,3 de magnitud, como ocurrió en 1956, cuando un sismo cerca de Amorgos provocó un tsunami de 30 metros que dejó 53 muertos.
La amenaza de la historia: la gran explosión de Santorini
El pasado de Santorini está marcado por una de las erupciones más catastróficas de la historia. Hace aproximadamente 3.500 años, una explosión volcánica destruyó gran parte de la isla y generó un tsunami devastador en todo el Mediterráneo Oriental.
Esta erupción, considerada de nivel 7 en el Índice de Explosividad Volcánica (VEI), provocó un impacto global:
- Oscureció la atmósfera con ceniza volcánica, llegando incluso a China y Canadá.
- Alteró el clima, afectando las temperaturas durante décadas.
- Destruyó la civilización minoica en la isla de Creta, a 110 kilómetros de distancia.
- Inspiró teorías sobre la Atlántida, ya que la desaparición de gran parte de la isla se asemeja a la narración de Platón sobre el mítico continente perdido.
Las cicatrices de esta tragedia aún se pueden ver en la caldera geológica que hoy da forma al archipiélago. La última erupción registrada en la isla ocurrió en 1950. No obstante, la actividad del volcán sigue presente en forma de fumarolas y movimientos sísmicos.
Éxodo turístico y miedo entre los residentes
El actual enjambre sísmico ha generado una crisis en Santorini, afectando tanto a los residentes como a la industria del turismo, el pilar económico de la isla. En los últimos días:
- 9.000 personas han abandonado Santorini, incluyendo turistas, trabajadores y locales.
- Los ferris y vuelos a Atenas están llenos, con miles de personas buscando salir de la isla.
- El gobierno griego ha enviado equipos de emergencia, con el objetivo de preparar una posible evacuación masiva.
- Las autoridades han cerrado escuelas y edificios públicos, en previsión de nuevos temblores.
Los expertos han advertido que los sismos podrían continuar durante varias semanas. A diferencia de los terremotos convencionales, la actividad sísmica en Santorini se presenta en forma de enjambres, una serie de temblores de diferentes magnitudes sin un epicentro claro.