Tras más de una década de conflicto, Siria sigue siendo la mayor crisis de refugiados del mundo. Según datos de ACNUR, la agencia para los refugiados de la ONU, desde 2011, cuando comenzó la revolución, y se aplastó a la disidencia, lo que provocó una guerra civil, más de 14 millones de sirios huyeron de sus hogares en busca de seguridad. Más de 7,2 millones de sirios se desplazaron internamente en su propio país, mientras que aproximadamente 5,5 millones de refugiados sirios se marcharon a los países vecinos: Turquía, Líbano, Jordania, Irak y Egipto. También en la UE, Alemania acogió a alrededor de 850.000 refugiados sirios, el mayor país de acogida no vecino.
Este miércoles, muchos han emprendido su camino hacia Siria, el regreso a casa. Cientos de personas se agolpaban en los pasos fronterizos con sus pertenencias para volver a pisar su país natal. El propio primer ministro interino, Mohamed al Bashir, ha pedido a los sirios en el extranjero que vuelvan. Un sueño para muchos de los que tuvieron que dejar su casa, su ciudad y hasta a su familia. También lo ha recordado desde la mezquita Imam Shafie de Damasco, el líder del grupo HTS que ha derrocado a Bachar al Asad, conocido con el nombre de guerra de Abu Mohamed al Jolani que ahora se hace llamar Ahmed al Charaa.
Regreso a casa
El islamista ha reiterado su llamamiento a “toda la gente desplazada” para que regrese con la finalidad de “construir la nueva Siria”.
Pero además de escenas de júbilo en las fronteras de países como Turquía y Líbano, antes de cruzar a Siria, tanto dentro como en el exterior, hay temor a lo que pueda venir. Y ya hay sirios que están preparando las maletas para marcharse.
La paralización del asilo
Sin embargo, muchos países han decidido congelar las solicitudes de asilo. El último en sumarse a esta suspensión del derecho al asilo de los sirios ha sido Grecia, dejando a unos 9.000 solicitantes en el limbo. También Alemania, Francia, Bélgica, Países Bajos y Reino Unido las han congelado. Mientras que Austria ha dado un paso más y ha comenzado a fomentar las deportaciones a Siria.
Escenas de los rebeldes prendiendo fuego a la tumba del dictador de Hafez al Asad, padre de Bachar al Asad, y de otros miembros de su familia, se celebran y asustan a partes iguales. El mausoleo del padre de Asad, ubicado en su ciudad natal, Qardaha, el corazón de los alauíes en Latakia, ha sido incendiada.
Los mensajes del líder islamista
“Los gobiernos extranjeros no deben preocuparse por la situación en Siria”, insistió Al Charaa en una entrevista con Skynews. “La gente está agotada de la guerra, por lo tanto, el país no está preparado para entrar en una guerra nueva. El temor era de la presencia del régimen de Asad, actualmente ha caído y el país se dirige hacia el desarrollo, la reconstrucción y la estabilidad”.
Mientras que en un comunicado publicado en el canal de Telegram de la cadena estatal siria, ahora controlado por los rebeldes, Al Charaa ha asegurado que cualquier persona implicada en la tortura o asesinato de detenidos durante el régimen de Asad será perseguida y descarta más indultos.
“Los perseguiremos en Siria y pedimos a los países que nos entreguen a los que huyeron para que podamos hacer justicia”, afirmó quien hasta tres días respondía al nombre de guerra Al Jolani.