Desde que Kim Jong-un asumió el liderazgo de Corea del Norte en 2011, ha habido mucha especulación sobre quién sería su sucesor. En un país hermético y gobernado por una dinastía de poder absoluto, el futuro siempre ha sido incierto. Sin embargo, en los últimos años, una figura ha emergido con fuerza en el escenario norcoreano: Kim Ju-ae, la hija del actual líder. Esta joven, nacida en 2012, ha empezado a ser vista en eventos oficiales junto a su padre, lo que ha generado numerosas especulaciones sobre su futuro y el del país.
Kim Ju-ae fue alejada del ojo público hasta 2022, cuando hizo su primera aparición significativa durante el “Missile Industry Holiday”, un evento donde se lanzó el misil balístico intercontinental Hwason-17. En este acto, las imágenes de la televisión estatal mostraron a la hija de Kim Jong-un siendo reverenciada por adultos. Un claro indicio de su importancia dentro del régimen. Desde entonces, ha estado presente en varias ceremonias oficiales, incluyendo la conmemoración del 75 aniversario de la fundación de Corea del Norte en Pyongyang.
La creciente visibilidad de Kim Ju-ae ha coincidido con señales de debilitamiento en el liderazgo de Kim Jong-un. La salud del líder norcoreano ha sido una preocupación constante. Con tan solo 40 años, padece varios problemas de salud, incluyendo diabetes y problemas cardíacos. Además, la situación económica del país es crítica: casi el 45% de la población está desnutrida, según un informe de la ONU publicado en 2023. En este contexto, la exposición de la hija del líder de Corea del Norte podría ser una estrategia para consolidar la continuidad de la dinastía Kim y asegurar la estabilidad del régimen.
La sucesión en Corea del Norte, ¿una oportunidad para el cambio?
El proceso de formación de Kim Ju-ae ha sido meticuloso y calculado. Siguiendo una tradición que se remonta a su abuelo, Kim Il-sung, y a su bisabuelo, Kim Jong-il, Ju-ae ha sido introducida al público con títulos honoríficos y ha participado en eventos militares y políticos de alto perfil. El Songun o “política de prioridad militar” ha sido un componente esencial en su formación. Lo que refleja la importancia de las fuerzas armadas en la estructura de poder norcoreana.
La reciente aparición mediática de Kim Jong-un junto a su hija, Kim Ju-ae | TV
El linaje Paektu, al que pertenece Kim Ju-ae, se considera casi divino en Corea del Norte. Esta dinastía ha gobernado el país prácticamente desde su fundación y ha cultivado un culto a la personalidad alrededor de sus líderes. La introducción de Ju-ae en este linaje no es solo un movimiento político. También es una estrategia para mantener la cohesión y el control dentro del país.
A pesar de su juventud, Kim Ju-ae tiene por delante una serie de retos enormes. La situación económica y social de Corea del Norte es precaria. El país sigue siendo objeto de sanciones internacionales debido a su programa nuclear. Además, la transición de poder en un régimen tan hermético y autoritario es siempre un proceso delicado, lleno de intrigas y potenciales conflictos internos.
Sin embargo, la posible ascensión de Kim Ju-ae también podría representar una oportunidad para el cambio en Corea del Norte. Aunque es poco probable que el régimen norcoreano se liberalice de manera significativa, la presencia de una líder joven y educada podría abrir nuevas vías de comunicación y negociación con la comunidad internacional. ¿Quién sabe? Puede que Kim Jong-un vea en su hija a una potencial continuación de su legado. Pero tal vez su hija tenga otros planes para la nación norcoreana.