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¿El fin del macronismo?

Emmanuel Macron
En qué beneficia al presidente francés, Emmanuel Macron, blindar el aborto Efe y Artículo14

Una bofetada con consecuencias políticas de largo alcance. Tras la derrota sufrida por la mayoría presidencial en las elecciones europeas y la victoria de la extrema derecha, el Presidente de la República ha disuelto la Asamblea Nacional y ha programado las futuras elecciones legislativas para los días 30 de junio y 7 de julio.

Tanto en la izquierda como en la derecha, la disolución por sorpresa del presidente suena como un llamamiento a la formación de un frente unido para ganar las próximas elecciones legislativas: un frente de izquierdas -en referencia al frente popular de 1936- contra un frente de derechas.

La segunda implicación no es en absoluto insignificante, a saber, la suspensión inmediata de todos los asuntos parlamentarios. Todos los textos en curso se consideran abandonados, incluido el proyecto de ley sobre el final de la vida.

¿Una disolución sin precedentes? Aunque esta decisión pueda parecer novedosa en el contexto posterior a las elecciones europeas, tal arma ya se había utilizado en varias ocasiones bajo la V República.

¿Estamos asistiendo al fin del centrismo? ¿Resiste el ascenso del partido de extrema derecha Rassemblement National (RN)? La opinión pública está más estructurada en torno a las cuestiones de identidad, laicidad, islam y seguridad. La reactivación de la división izquierda/derecha por el propio Emmanuel Macron en numerosas ocasiones ha contribuido a la escisión de su coalición electoral.

Para la izquierda, la cuestión del posicionamiento político y del liderazgo será central, ya que definirá, en parte, su capacidad para obtener un buen arrastre de votos de los electores centristas y moderados en la segunda vuelta. En la derecha, la base electoral de RN se parece cada vez más a la del antiguo presidente Sarkozy. Las elecciones europeas confirmaron el éxito de la estrategia de “normalización” del Rassemblement National. Por último, los resultados de La France Insoumise (LFI), el Parti Socialiste (PS) y Europe-Ecologie les Verts (EELV) demostraron una vez más la gran fluidez que existe en el electorado de izquierdas entre todas estas “marcas” políticas, cuyos resultados varían según la naturaleza de las elecciones y el contexto político en el que se desarrollan.

¿Estamos asistiendo al final del Macronismo tal y como se construyó en 2017? Los resultados de las elecciones europeas así lo sugieren. Muy claramente, es la división en torno a cuestiones de identidad, laicismo, islam y seguridad lo que más estructura la opinión.

Por su parte, las mayores empresas francesas han advertido de un riesgo importante de que la economía francesa y europea caigan en un declive a largo plazo, dependiendo del resultado de las elecciones parlamentarias anticipadas en Francia, y han pedido a los partidos políticos que sean fiscalmente responsables. El voto de los franceses determinará la capacidad de las grandes empresas y de sus millones de empleados para proseguir su desarrollo, innovar y mantener el empleo y el poder adquisitivo.

El adelanto de las elecciones legislativas ha hecho temer a los agentes económicos franceses que los extremos lleguen al poder. Como muestra de este temor, la semana pasada los mercados castigaron duramente a la Bolsa de París, que registró su peor semana desde principios de 2022. También subieron los tipos de interés de los empréstitos del Estado francés, lo que incrementó el coste de la deuda del país.

El programa económico de RN inquieta a las grandes empresas francesas La llegada al poder de este partido, en caso de victoria en las elecciones legislativas, sumiría a Francia en una gran incertidumbre, con su vago programa económico que amenaza con descarrilar gravemente las ya exangües finanzas públicas del país. Mientras que el partido de extrema derecha sitúa el patriotismo económico y el poder adquisitivo de los franceses en el centro de su programa en una serie de cuestiones clave de política económica, la posición de RN carece de claridad, con medidas que son a la vez vagas y cambiantes. Por ejemplo, aunque la RN critica el aumento de la deuda pública (en torno al 110% del PIB), prevé una gran cantidad de gastos (bajada del IVA de los productos energéticos al 5,5%, jubilación a los 60 años en determinados casos, exención del impuesto sobre la renta para los menores de 30 años, construcción de 100.000 viviendas sociales al año, etc.).

Por su parte, el programa del Nuevo Frente Popular promete, entre otras cosas, congelar los precios de los bienes de primera necesidad, reactivar el impuesto sobre las grandes fortunas y fijar el objetivo de la jubilación a los 60 años. La presentación del programa de esta coalición de izquierdas provocó una nueva caída de los mercados financieros.

Los programas del Nouveau Front Populaire y del Rassemblement National son muy peligrosos para la economía francesa y poco realistas. Hoy tenemos dos bloques extremos que han elegido programas económicos que no se basan en una ética de la responsabilidad y que prometen a los ciudadanos regalos que no están financiados.

Al final de las elecciones europeas, nos preocupaba que Europa fuera mortal, que pudiera morir, pero no teníamos ni idea de que el golpe de gracia podría darlo Francia disuelta en sus extremos.

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