La primera ministra italiana Giorgia Meloni obtuvo el 28,7% de los votos en las elecciones europeas de hace unas semanas en Italia, siendo, como ya había ocurrido en las generales de septiembre de 2022, el primer partido del país. Pero, sobre todo, lo destacable fue el cambio de resultado que su partido, Hermanos de Italia, había dado con respecto a 5 años antes, cuando era aún un partido marginal en Europa, donde había obtenido un 6,4% de los votos y 6 escaños. Este mes de junio llegó a 25 eurodiputados.
Un resultado que convulsiona los equilibrios que hasta ahora habían reinado en las instituciones europeas, pero, en el fondo, no demasiado como para cambiar la coalición que gobernará los próximos años. Esta realidad se ha visto reflejada en los acuerdos entre populares, socialistas y liberales de las últimas semanas para la elección de los altos cargos que parece, a esta hora, que serán Ursula von der Leyen de nuevo como presidente de la Comisión Europea, el ex primer ministro socialista António Costa al frente del Consejo Europeo y la primera ministra de Estonia Kaja Kallas como alta representante de Política Exterior de la UE.
Un reparto que ha dejado fuera a Meloni y a los 83 eurodiputados que bajo su ala se encuentran en el Grupo de Conservadores y Reformistas europeos (ERC), que incluye también a los extremistas españoles de VOX, y que son el tercer grupo más numeroso en Europa. Algo inadmisible para la líder y que ha denunciado este miércoles en una comunicación parlamentaria a pocas horas de que comience el Consejo Europeo que parece decisivo para oficializar los nuevos cargos de esta legislatura.
Respeto a Italia
La líder italiana ha pedido con tono firme “respeto por el voto de los ciudadanos de uno de los países fundadores de la Europa unida. El tercero por economía y población y aquel con el Gobierno más estable”. De hecho, se ha quejado de las lógicas que han imperado en las últimas semanas “a pesar de que por parte de los ciudadanos haya llegado una indicación muy clara”.
Giorgia Meloni ha atacado a los tres grupos europeos que han realizado los acuerdos de los llamados ‘top jobs’, una mayoría que la líder italiana define sin tapujos como “frágil” y que aún tiene todo por demostrar.
“Ponerse de acuerdo sobre los nombramientos no quiere decir tener una mayoría y seguramente no quiere decir tener una mayoría sólida”, ha dicho. Pero quizás el pasaje más concreto llegó cuando expresó que estaba preparada para “volver a subrayar” todo lo expuesto en el Consejo Europeo de este jueves 27 y viernes 28 de junio. Subrayar lo que Meloni llama ante el Parlamento “el interés nacional”, que muchas veces ha determinado como su objetivo principal en Europa. De hecho, según ha publicado a través de indiscreciones la prensa italiana en las últimas horas, la primera ministra estaría dispuesta a jugar hasta el final su carta de la abstención. Su interés principal estaría en una vicepresidencia de la Comisión o un comisario importante, por ejemplo, del área económica. Algo que en este momento es completamente incierto.
Este rebote llevaba ya cocinándose desde que la semana pasada se realizó una de las reuniones informales previas más destacables entre líderes europeos para designar los ‘top jobs’ a la que no fue invitada. De hecho, Donald Tusk, el primer ministro polaco declaró que no tenía que convencer a Meloni de nada porque ya contaban con una mayoría suficiente para realizar los acuerdos europeos. Ahora la líder de Hermanos de Italia, con doble enfado y sensación de haber perdido la oportunidad de entrar de lleno en las instituciones europeas, pondrá el precio de su apoyo aún más alto.