El macrojuicio por las denominadas “violaciones de Mazan” busca juzgar las agresiones sexuales repetidas de Dominique Pelicot, de 71 años, a su mujer Gisèle. Dominique drogó a Gisèle de manera reiterada a lo largo de 10 años para que más de 50 desconocidos la violasen mientras estaba inconsciente. El proceso está siendo tedioso y no dejan de desvelarse nuevos horrores; en uno de los últimos testimonios, uno de los acusados, Jean-Pierre M, considerado el “discípulo de Dominique”, admitió haber violado a su esposa en reiteradas ocasiones bajo la influencia de ansiolíticos, siguiendo las instrucciones de Pelicot, a quien había conocido a través de una plataforma en internet.
Jean-Pierre M. afirmó: “He sido un violador criminal”, y reconoció el daño irreparable que había causado. Explicó que entre 2015 y 2020, drogó a su esposa en al menos diez ocasiones para abusar sexualmente de ella. Los ansiolíticos que utilizaba le habían sido suministrados por Dominique Pelicot, quien también participaba en los abusos. Según la acusación, este tipo de comportamiento estaba inspirado en los crímenes que Pelicot había cometido previamente contra su propia esposa.
Excusas y explicaciones
En un intento desesperado de aportar contexto a su comportamiento, el co-acusado relató algunos detalles de su infancia, que estuvo marcada por abusos sexuales a manos de su padre. Jean-Pierre M. confesó que estos episodios de violencia habían influido profundamente en su comportamiento adulto. “Mi padre nos recompensaba para que le practicáramos actos sexuales”, explicó al tribunal. Según Jean-Pierre, estas experiencias traumáticas de su niñez, que incluyeron abusos tanto físicos como psicológicos, fueron clave en su desarrollo emocional, aunque durante años mantuvo el silencio sobre lo ocurrido. Según dijo, nunca había hablado de estos hechos hasta que su hermano lo reveló durante el proceso de investigación.
Jean-Pierre M. también detalló cómo empezaron sus interacciones con Dominique Pelicot, a través de internet en 2013. Pelicot, de mayor edad, fue descrito por Jean-Pierre como una figura “imponente” que le recordaba a su propio padre. “Si no hubiera conocido a Pelicot, nunca habría pasado al acto”, declaró. Según su testimonio, fue Pelicot quien lo incitó a drogar a su esposa y a grabar los abusos cometidos contra ella. En varias ocasiones, intercambiaron mensajes de texto, algunos de los cuales fueron presentados como pruebas en el juicio. Estos mensajes, que incluían expresiones como “lol”, que significa “me río”, revelan la relación de complicidad entre ambos hombres, y que se tomaban sus actos a la ligera.
Los violadores
Frente al juzgado, Jean-Pierre M. expresó remordimientos por sus acciones, aceptando que merecía ser castigado severamente: “Lo que hice fue horrible, quiero un castigo duro”. Explicó que había comenzado a asistir a un programa de tratamiento psicológico desde hacía 42 meses, un intento de confrontar los crímenes que había cometido. “He aprendido lo que es la violencia conyugal”, agregó, reconociendo al menos el alcance del daño infligido a su esposa.
El propio Dominique Pelicot también testificó por fin en el juicio, y admitió su participación en los hechos, aunque trató de distanciarse parcialmente de la responsabilidad. Pelicot afirmó que, si hubiera conocido el pasado abusivo de Jean-Pierre M., nunca lo habría involucrado en sus crímenes. Pero a pesar de estas declaraciones, las pruebas presentadas por la fiscalía, incluidas las grabaciones de los abusos y esos mensajes de texto, sí que sugieren una colaboración continuada entre ambos durante varios años.
Uno de los momentos más espeluznantes del juicio fueron las menciones a los vídeos de las violaciones que Jean-Pierre M. y Pelicot compartieron entre sí. En total, se han identificado al menos doce incidentes en los que la esposa de Jean-Pierre M. fue abusada, diez de los cuales contaron con la participación directa de Pelicot. El tribunal también reveló que las violaciones fueron planeadas en detalle mediante mensajes de texto, algunos de los cuales incluían bromas sobre los actos cometidos.