El dilema de Gaza en la campaña de Kamala Harris

Kamala Harris se enfrenta a la creciente oposición dentro de su propio partido en torno a su postura sobre el conflicto israelí-palestino

Las protestas propalestinas en Estados Unidos son otro desafío más en la carrera electoral de Kamala Harris
Las protestas propalestinas en Estados Unidos son otro desafío más en la carrera electoral de Kamala Harris Efe

En plena efervescencia de su campaña electoral, Kamala Harris está teniendo que lidiar con protestas significativas por parte de activistas propalestinos, quienes critican su apoyo percibido a las políticas de Israel. Particularmente, en relación con la ofensiva militar en Gaza. Las manifestaciones en su contra han sido especialmente visibles durante eventos clave de su campaña. Eso incluye su mitin en Nueva York, donde miles de manifestantes hicieron oír su voz contra lo que consideran una complicidad en los ataques israelíes contra Gaza.

El descontento no se limita solo a la base progresista del partido. Dentro del entorno más amplio de la Convención Nacional Demócrata, se han producido tensiones que reflejan un partido dividido entre una generación más joven y progresista, que aboga por una política exterior más crítica hacia Israel, y un liderazgo que hasta ahora ha mantenido una postura más tradicional. Este conflicto interno está complicando los esfuerzos de Kamala Harris para unificar al partido en un año electoral crucial.

Las protestas propalestinas en Estados Unidos y su impacto en la carrera hacia la Casa Blanca

Las protestas han sido un recordatorio constante de los desafíos que tiene por delante Kamala Harris si pretende derrotar a Donald Trump y llegar a la Casa Blanca. Ésta es una carrera de fondo, no un sprint. En la Convención Nacional Demócrata de Chicago, los manifestantes propalestinos se manifestaron en masa, con lemas como “Genocide Joe” dirigidos no solo contra el presidente Biden, sino también contra Harris, a quien acusan de ser cómplice en lo que describen como un “genocidio” en Gaza.

El dilema de Gaza en la campaña de Kamala Harris

Kamala Harris aplaude con la bandera estadounidense detrás | EFE

La presencia de estas manifestaciones subraya un problema más amplio para Harris: cómo navegar la creciente división en su partido en torno a la cuestión de Palestina. Mientras que algunos demócratas de línea dura continúan apoyando a Israel, un número cada vez mayor de votantes jóvenes y progresistas está exigiendo una postura más crítica y una revaluación del apoyo incondicional de Estados Unidos a Israel.

La respuesta de Kamala Harris ante la alargada sombra de Palestina

Kamala Harris ha intentado, hasta cierto punto, abordar estas preocupaciones. En varios discursos, ha expresado su simpatía por los civiles palestinos afectados por el conflicto. No obstante, sigue reafirmando el derecho de Israel a defenderse. Para muchos activistas, estas declaraciones de simpatía son insuficientes. De hecho, ven en Harris una figura que continúa con la tradición de políticas exteriores estadounidenses. Unas políticas que consideran injustas y perjudiciales para el pueblo palestino.

El dilema de Gaza en la campaña de Kamala Harris

La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, durante un mitin en Atlanta | EFE

La presión sobre Kamala Harris para que adopte una postura más firme podría aumentar a medida que avance la campaña. Si bien su enfoque hasta ahora ha sido mantener una posición equilibrada, cualquier cambio significativo podría alienar a los votantes más moderados. Pero, al mismo tiempo, no hacer nada podría costarle el apoyo crucial de los sectores progresistas dentro del partido. En resumidas cuentas, no hay un punto medio para ella. Tarde o temprano, tendrá que mojarse sobre esta cuestión. El silencio solo la perjudicará a largo plazo.

Definitivamente, Kamala Harris se encuentra en una encrucijada en su camino hacia la Casa Blanca. La sombra del conflicto en Gaza y la creciente voz de los activistas propalestinos están creando una situación complicada que podría definir no solo su campaña, sino también la dirección del Partido Demócrata. En gran medida, su éxito electoral podría depender de esta cuestión. Aunque no hay que olvidar que al otro lado del cuadrilátero espera Donald Trump. Al final, los progresistas no tienen mucho más donde elegir.

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