Ursula von der Leyen quería presentarse al examen con los deberes hechos. De cara a la votación que decidirá su reelección como presidenta de la Comisión Europea, lleva meses negociando y debatiendo con los grupos a la izquierda y a la derecha de su propio partido, el Partido Popular Europeo (EPP). Pero se le ha dificultado la tarea, ya que muchas de las demandas de sus aliados ‘garantizados’ chocan con los requisitos necesarios para lograr el apoyo de la ultraderecha de Giorgia Meloni, la de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR).
Para ser reelegida como presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen necesita una mayoría absoluta en el Parlamento Europeo. Esto significa al menos 361 votos a favor, considerando que hay 720 eurodiputados en total. Aunque, en teoría, contaría con el apoyo seguro de los Socialdemócratas, los liberales de Renew, y su propio EPP, que juntos suman 140 escaños, el voto es secreto y se prevé hasta un 15% de abstención.
La votación tendrá lugar hoy jueves 18 de julio, a las 14h. Y será un momento clave para todo el bloque, ya que Bruselas ha dejado claro que no hay un plan B si Von der Leyen no es confirmada.
El voto de los conservadores de Meloni, que son 78, otorgaría a Von der Leyen una mayoría holgada y supondría un alivio. Pero le ha resultado muy difícil compaginar las demandas de la ultraderechista italiana, que se encuentra dividida entre su propia ideología política y la necesidad de parecer más moderada para aplacar a la comunidad internacional, y las de los Verdes, grupo a la izquierda del Parlamento cuyo apoyo Von der Leyen también desea.
El factor Meloni
La votación para ratificar la reelección de Ursula von der Leyen como presidenta de la Comisión Europea surge tras su nominación por los líderes europeos para otro mandato de cinco años, después de meses de especulación y negociaciones secretas. Este proceso ha generado tensiones, especialmente para la líder italiana de extrema derecha, Giorgia Meloni, quien fue excluida de un acuerdo entre líderes liberales como Emmanuel Macron, los conservadores centristas de Von der Leyen, y los socialistas de Olaf Scholz y Pedro Sánchez. Esta exclusión ha dejado a Meloni furiosa y ha planteado un posible problema para Von der Leyen en el Parlamento Europeo, ya que la italiana ha descartado ordenar a sus diputados que respalden a Von der Leyen para un segundo mandato.
Apoyar la candidatura de von der Leyen podría consolidar la posición de Meloni como una voz moderada en los asuntos europeos. Y no apoyar a von der Leyen podría marginar a su partido y a Italia de manera similar a Hungria. La situación plantea un dilema doloroso para Meloni, quien debe buscar el equilibrio tras su exclusión del acuerdo en Bruselas.
Pese a la presión política desde la extrema derecha en Italia, hay buenas razones para que Meloni decida respaldar a la presidenta de la Comisión Europea. Italia, con su frágil situación económica, ha dependido de la Comisión Europea, liderada por Von der Leyen, para aprobar fondos esenciales del plan de recuperación post-pandemia. Además, von der Leyen ha mostrado flexibilidad en asuntos importantes para el partido de Meloni, como la migración y la política agrícola. El apoyo de Meloni dependerá también de que se le otorgue un puesto significativo en la nueva Comisión Europea, lo que podría incluir un papel en la distribución de fondos y una vicepresidencia. Aunque no se espera que el partido anuncie públicamente su decisión, si von der Leyen obtiene una gran mayoría, será evidente que Meloni jugó un papel clave.
Sin embargo, enfrenta un dilema político delicado debido a su popularidad interna en Italia y las presiones de aliados euroescépticos, como Matteo Salvini, que se oponen a von der Leyen. Aunque podría alinearse estratégicamente con otros grupos de derecha y euroescépticos para bloquear indirectamente la reelección de von der Leyen, también debe considerar las repercusiones a largo plazo de su decisión en el contexto político europeo.
Una de las opciones que tiene ahora sería utilizar esta oportunidad para negociar condiciones específicas que beneficien a Italia o a su partido, como obtener ese papel relevante en la nueva Comisión Europea o influir en políticas clave como la distribución de fondos y las reglas fiscales europeas.
Von der Leyen, debilitada por las vacunas
Otro problema al que se enfrenta Ursula von der Leyen es la reciente decisión del Tribunal General de la UE, que determinó que la Comisión Europea no cumplió con los estándares de transparencia en relación con los contratos de vacunas contra el Covid-19. El fallo, que llega en mal momento justo antes de la votación, criticó a la Comisión, liderada por von der Leyen, por haber redactado en exceso detalles cruciales en los contratos antes de hacerlos accesibles al público.
El caso fue iniciado por eurodiputados verdes que buscaban la divulgación completa de los contratos de vacunas y documentos relacionados para garantizar transparencia sobre los acuerdos entre la Comisión y los fabricantes de vacunas. La Comisión solo había proporcionado acceso parcial a ciertos contratos, argumentando razones como la protección de intereses comerciales y la privacidad. Sin embargo, el Tribunal General se alineó parcialmente con los eurodiputados, anulando la decisión de la Comisión de redactar partes de los contratos. Sobre todo, cuestionó la justificación para ocultar disposiciones relacionadas con la indemnización y los detalles personales de los funcionarios involucrados en las negociaciones.
Eurodiputados verdes criticaron las implicaciones más amplias del fallo, sugiriendo que sienta un precedente muy malo para futuras adquisiciones conjuntas por parte de la Comisión, no solo en salud sino también potencialmente en defensa. Según el Tribunal, hacen falta justificaciones sólidas al proteger intereses comerciales en tales acuerdos, lo que indica la necesidad de que la Comisión ajuste su enfoque respecto a la transparencia y las solicitudes de acceso a documentos.
Escarmentada, la Comisión ya ha revelado su intención de revisar cuidadosamente las decisiones del tribunal y considerar opciones legales dentro del plazo establecido para apelar. Pero este caso involucra directamente a von der Leyen, y la debilita horas antes de su votación decisiva.