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Dos años sin Mahsa Amini: la llama que encendió la libertad en Irán

“Vivir en Irán es imposible para cualquier mujer. Nuestros derechos ya estaban violados antes, pero ahora nuestras vidas están en peligro”, señalan las entrevistadas iraníes a Artículo14

Irán
Una manifestante lleva el retrato de Mahsa Amini durante una manifestación Efe

Hace dos años, en septiembre de 2022, el mundo fue testigo de un trágico suceso que conmocionó tanto a Irán como al resto del planeta: la muerte de Jina Mahsa Amini, una joven de 22 años, mientras se encontraba bajo custodia de la llamada “Policía de la Moral” iraní. Amini fue arrestada en Teherán, supuestamente por no llevar el velo de acuerdo con las estrictas normas impuestas por el gobierno iraní. A las pocas horas de su detención, fue trasladada al hospital en estado crítico, falleciendo tres días después.

Las protestas comenzaron en su funeral, en su ciudad natal de Saqqez, una localidad kurda en el oeste de Irán y rápidamente se extendieron por todo el país. Las mujeres, mayoritariamente jóvenes, lideraron las protestas quitándose el velo, con el lema: Mujer, vida, libertad.

Las mayores protestas

Estas manifestaciones se convirtieron en las protestas más grandes y prolongadas desde la fundación de la República Islámica en 1979. El gobierno respondió con represión y violencia generalizadas. Aunque es difícil obtener cifras precisas, según organizaciones de derechos humanos independientes, las fuerzas de seguridad iraníes mataron al menos a 527 manifestantes, incluidos 17 menores de edad, entre el 16 de septiembre de 2022 y finales de enero de 2023.

Irán

Mujeres iraníes de negro en Teherán conmemoran el martirio del Imán Hussein

La población iraní sigue hoy sufriendo las consecuencias devastadoras de la brutal represión ejercida por las autoridades durante el levantamiento “Mujer, vida, libertad”, según un informe de Amnistía Internacional en vísperas del segundo aniversario de las protestas. Según este informe, hasta la fecha no se ha llevado a cabo ninguna investigación efectiva, imparcial o independiente sobre los hechos, y entre los abusos documentados están el uso desproporcionado de la fuerza y de armas letales por parte de las autoridades que, además, han venido silenciando a los familiares de las víctimas mediante detenciones arbitrarias, juicios injustos, amenazas de muerte y otras formas de hostigamiento.

A través de redes sociales se reciben denuncias de estos hostigamientos, como la de Milad Mohammadi, hermano de una de las víctimas de las protestas de 2022: “Las fuerzas de seguridad asaltaron brutalmente la casa de mi madre Dayeh Mina, en Boukan. No responde a las llamadas, y no tenemos información sobre ella. Hago responsable a la República Islámica de la vida de mi madre”.

La activista por los derechos humanos Mahtab, de 26 años, residente en Irán, que nos pide no revelar su apellido por temor a represalias de las autoridades, nos dice: “Estoy convencida de que estas protestas han cambiado de forma permanente las relaciones políticas y sociales en la sociedad iraní. Uno de los cambios más importantes es la nueva actitud de las mujeres en espacios públicos. A pesar de las sanciones más severas, como las multas, muchas mujeres se niegan a llevar el velo obligatorio, ya que lo consideran un símbolo de represión y humillación sistémica”.

Discriminación sistémica

Mahtab añade: “Durante décadas, las mujeres iraníes han sido víctimas de discriminación. El informe del Foro Económico Mundial también lo refleja. En el Informe de la brecha de género de 2022, Irán se situó en el puesto 143 de un total de 146 países. Este informe evalúa la igualdad de género en áreas como negocios, educación, salud y política, siendo la participación política de las mujeres un factor clave. Lamentablemente, las mujeres iraníes, que han desempeñado un papel importante a lo largo de la historia, viven hoy una realidad que las margina y niega sus derechos”.

Irán

Una mujer compra un velo en una tienda del norte de Teherán, Irán

Para conocer más sobre la situación de las mujeres iraníes tras dos años de protestas, Artículo14 habla con Sahar, una iraní de 32 años que lleva tres viviendo en Madrid, a donde llegó en busca de una vida más libre. Sahar nos cuenta: “Vivir en Irán es imposible para cualquier mujer. Nuestros derechos ya estaban violados antes, pero ahora nuestras vidas están en peligro. Soy una persona que no quiere llevar velo, ¿por qué me lo imponen? Aquí en Madrid me muevo como quiero, visto como quiero, nadie invade mi privacidad. La libertad es el sentimiento más hermoso de la vida. Hablo con mis amigas y familiares en Teherán y me dicen lo difícil que está todo. En abril de 2024, las autoridades lanzaron una nueva campaña, ‘Plan Noor‘, con un aumento visible de patrullas a pie, en moto, coches y vehículos policiales para imponer el velo obligatorio. Espero que se haga justicia para las familias de las víctimas y que las mujeres consigan pronto sus derechos. Eso es lo que deseamos en Irán. La mujer iraní es educada, ambiciosa y libre”.

Ataque a la cultura islámica

Desde la Revolución Islámica, la imagen de la mujer ha sido crucial en la ideología del Estado. Una mujer sin velo se percibe como un símbolo del estilo de vida occidental liberal, lo que los sectores conservadores ven como un ataque a la cultura islámica. La imagen promovida por el régimen no es solo la de una mujer que lleva velo, sino la de una mujer obediente y sumisa.

Mujeres iraníes

Una mujer mira a otra sin velo en las calles de Teherán

Dos años después de la muerte de Mahsa Amini, su memoria sigue siendo un faro de libertad en Irán. Su trágico final encendió una revolución que desafió al régimen y avivó la esperanza en millones. Pese a la represión, el valor de las mujeres iraníes no se apaga. Esta lucha no es solo contra el velo obligatorio, es una batalla por la dignidad y la libertad. El sueño sigue vivo: que la libertad derrote al miedo y a la opresión.

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