Este sábado, la Plaza de San Pedro no solo será el escenario del último adiós al Papa Francisco, sino también el tablero simbólico de un complejo ajedrez internacional. Al igual que en los funerales de Juan Pablo II en 2005, el protocolo de la Santa Sede ha optado por un sistema que combina el orden alfabético en francés de los países con la jerarquía diplomática de sus representantes. Un protocolo que, si bien busca ser equitativo, refleja también las tensiones y afinidades geopolíticas del momento. En total, la Oficina de Protocolo de la Secretaría de Estado del Vaticano tiene 130 delegaciones confirmadas, entre ellas unos 50 jefes de Estado y diez soberanos reinantes.
Los mandatarios se sentarán en el lado derecho. La disposición de los asientos sigue el orden alfabético francófono, lo que sitúa, por ejemplo, a Estados Unidos bajo la “E” de États-Unis. Sin embargo, la importancia del jefe de delegación también influye. Por ello, un jefe de Estado se ubicará más cerca del epicentro de la ceremonia que un embajador. Italia (Giorgia Meloni) y Argentina (Javier Milei), países estrechamente ligados al pontífice, tendrán lugares preferenciales en la primera fila, seguidos por monarquías católicas, luego otras casas reales, y después líderes de gobierno y representantes internacionales.
Cómo fue en el funeral de Juan Pablo II
Para tener una idea de lo que esto supone, el funeral de 2005, ya dejó estampas curiosas como al entonces heredero al trono británico, el príncipe Carlos (Reino Unido), sentado al lado del polémico dictador Robert Mugabe (Zimbabue). Mientras que los entonces Reyes de España (católicos), Juan Carlos y Sofía, así como la reina danesa Margarita II y su esposo el príncipe Henrik se sentaron más cerca del ataúd y delante que, por ejemplo, los presidentes de Estados Unidos, George W. Bush, que atendió junto a Laura Bush, y el presidente francés, Jacques Chirac, y su esposa Bernadette. En 2005, el expresidente Bill Clinton acompañó a la delegación de Estados Unidos, por lo que son muchos los que se preguntan si Joe Biden, el segundo presidente católico del país, acuda también a la despedida del Papa Francisco muy a pesar de Donald Trump.

Trump entre países africanos y con Macron cerca
Uno de los detalles más llamativos es la posible ubicación de Trump, quien anunció su asistencia junto a Melania Trump, coincidiendo con su 55º cumpleaños. El presidente de EE UU y su esposa llegarán este viernes a Roma, sobre las 22.50. Según informa el diario “La Repubblica”, el magnate republicano podría estar sentado en el funeral de Francisco entre las delegaciones de Esuatini y Etiopía. Aunque como parece que sus jefes de Estado no asistirán, Trump terminará muy cerca de Emmanuel Macron, presidente de Francia. De momento, será el presidente de Finlandia el que separe al magnate de Macron. En cambio, el mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski, estaría en una posición más alejada, por la “U”, aunque ya ha solicitado una reunión con su homólogo estadounidense al margen de la ceremonia, tras el fatídico encuentro en la Casa Blanca.

Realeza presente, pero con ausencias notables
La ceremonia contará con una significativa presencia de casas reales europeas. El príncipe Guillermo representará a Reino Unido junto al primer ministro Keir Starmer. España estará representada por los reyes Felipe y Letizia, sin Pedro Sánchez. También asistirán los monarcas de Bélgica, Suecia, Noruega y Mónaco. No estarán presentes los reyes de Países Bajos, debido a la coincidencia con la celebración del Día del Rey, festivo nacional. Con todo, Máxima, católica y argentina, expresó su pesar por no poder asistir.

Putin, Netanyahu y la incógnita china
Entre los ausentes más destacados están el presidente ruso Vladimir Putin y el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu. Ambos están requeridos por la Justicia internacional. Rusia enviará a la ministra de Cultura, mientras que Israel estará representado únicamente por su embajador ante la Santa Sede. China, por su parte, ha aceptado que Taiwán esté representado por un exvicepresidente católico, en un delicado equilibrio diplomático con el Vaticano.
Una despedida global, una lección de diplomacia
También estarán presentes los líderes de las instituciones europeas (Ursula Von der Leyen, Antonio Costa y Roberta Metsola) así como el secretario general de la ONU (Antonio Guterres). Y es que el funeral del Papa Francisco se perfila no solo como un evento religioso de magnitud histórica, sino como un ejercicio de diplomacia silenciosa, donde cada asiento refleja años de relaciones internacionales, alianzas, tensiones y respeto. La Santa Sede, una vez más, orquesta con precisión milimétrica un evento que será observado no solo espiritualmente, sino también con un enfoque político. El funeral dejará estampas inéditas y mezclará aliados y adversarios bajo el mismo techo.