Desde que decidió que volvería a presentarse, una tercera vez, Donald Trump volvió al centro de la escena política. Figura controvertida y emblemática, su trayectoria desde que accedió a la presidencia en 2016 ha estado marcada por éxitos, fracasos rotundos y grandes desafíos. Y en 2024, parece que este halo de controversia y populismo a partes iguales no va a desaparecer.
Si en verano intentó virar hacia la moderación, tras el abandono de Joe Biden en su carrera a la Casa Blanca, las últimas semanas han dejado ver al Trump más histriónico, faltón y xenófobo. ¿Un aviso de lo que será su presidencia?
Un ‘outsider’ convertido en presidente
Donald Trump no era un político. Este empresario tan mediático, ha tenido un profundo impacto en la industria del entretenimiento así como en un nuevo modo de hacer política en Estados Unidos. Posee un estilo único, extravagante, y se ha convertido en el adalid de la comunicación directa, a menudo a través de las redes sociales.
Su elección en 2016 sorprendió a muchos observadores y desencadenó una ola de apoyo sin precedentes entre los votantes republicanos, pero también virulentas críticas de la oposición. Tras abandonar la Casa Blanca en enero de 2021, Trump nunca reconoció su derrota, lo que causó uno de los episodios más negro de la historia de la democracia en Estados Unidos: el asalto al Capitolio. Tras mantener un perfil más bajo, desde que volvió a la primera línea con su candidatura republicana ha demostrado que desempeña un papel central dentro del Partido Republicano, ejerciendo una influencia considerable sobre su base electoral.
Y es esta capacidad para movilizar a un amplio público, que son devotos del magnate, lo que ha demostrado ser una baza importante para los resultados en Estados Unidos. Trump sigue atrayendo a impresionantes multitudes a sus mítines, donde pronuncia discursos cargados de populismo y nacionalismo. Su mensaje gira en torno a la promesa de «hacer América grande de nuevo», una frase que aún resuena con fuerza en la mente de muchos votantes.
Una candidatura controvertida
Sin embargo, el camino hacia la presidencia ha estado sembrado de escollos para Trump. Las polémicas que marcaron su presidencia y su posterior mandato han dejado huella. Sus intentos de impugnar los resultados de las elecciones de 2020 y su papel en el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 siguen lastrando su imagen. A pesar de ello, Trump parece estar habitado por una asombrosa resiliencia. Ha capitalizado estos acontecimientos para reforzar su discurso victimista, presentándose como paladín de los valores conservadores y opositor al «sistema» establecido.
Al mismo tiempo, los cargos penales que se le imputan, especialmente en relación con asuntos financieros y acusaciones de corrupción, son elementos que podrían debilitar su presidencia. Será algo inédito en Estados Unidos. Sin embargo, el magnate siempre ha sabido convertir los ataques en oportunidades políticas, galvanizando a sus bases jugando con el sentimiento de injusticia y persecución.
La gran baza de la economía
La economía, la gestión de la inmigración y las tensiones internacionales, en particular con respecto a China y Rusia, son algunos de los temas candentes. Trump hace hincapié en sus éxitos económicos pasados y sus promesas de recuperación, tratando de convencer a los votantes de que su regreso a la Casa Blanca podría garantizar la estabilidad y la prosperidad.