Donald Trump ha sido muy claro al respecto de lo que piensa sobre su nueva rival política, Kamala Harris. Después del destierro obligatorio de Joe Biden, quien a todas luces no era rival para el magnate estadounidense y estaba perdiendo cualquier tipo de credibilidad, la vicepresidenta Harris ha cogido el testigo y se ha propuesto darle la vuelta al marcador.
Las últimas encuestas parecen darle la razón al cambio del Partido Demócrata. Algunos creen que es demasiado tarde, sobre todo después del intento de asesinato a Trump. Sin embargo, los últimos sondeos parecen colocar a Harris por encima del líder conservador.
Quizás por ese motivo Donald Trump está echando el resto en materia política. O, mejor dicho, en materia populista. Ese es su estilo, lo que mejor sabe hacer, aquello que lo llevó a ser presidente en 2016 y lo que podría llevarle de vuelta a la Casa Blanca este mismo año, si Kamala Harris no lo impide. Y es que en su última intervención pública el líder del Partido Republicano ha puesto toda la carne en el asador y ha llegado a decir que no va a permitir que una mujer se haga con el poder en Estados Unidos. Una mujer y una socialista. Según Trump, así no es cómo deberían ser las cosas en su nación.
“No vamos a tener una presidenta socialista, y especialmente una mujer”
“Kamala Harris no va a ser vuestra primera mujer presidenta”, declaró el expresidente Donald Trump y candidato conservador a una segunda legislatura en las próximas elecciones estadounidenses durante su último mitin electoral. “No lo va a ser. Así no es cómo se supone que debería ser Estados Unidos. No vamos a tener una presidenta socialista, y sobre todo una mujer. Eso no va a suceder. No lo vamos a permitir. Y no va a pasar”.
“No vamos a permitir una Presidenta socialista. Y menos aún a una mujer” https://t.co/h9XTHFDHI3
— Ignasi Guardans (@iguardans) July 24, 2024
Las declaraciones, desde luego, son impactantes. Hace unos días, en Artículo 14 hablábamos con la experta Jessica L. Waters sobre si Estados Unidos está preparado como país para tener una mujer presidenta. “Sí”, contestó Waters, aunque matizó su respuesta “¿Se enfrentará Kamala Harris a la misoginia y al racismo durante la campaña? Por supuesto que sí. Obviamente, vimos cómo se desarrollaba esta misoginia con la campaña de Hillary Clinton, y la volveremos a ver”. Donald Trump no ha tardado ni una semana en darle la razón.
En términos estrictamente socioculturales, cabe preguntarse cómo el discurso marcadamente misógino de Donald Trump puede calar en el electorado femenino de Estados Unidos. Tal vez estos próximos meses, claves para saber quién llegará con un poquito más de ventaja en las elecciones más apretadas de la historia del país, vayan endureciendo poco a poco el discurso trumpista contra Kamala Harris, y eso de alguna forma empuje a las votantes indecisas a apostar por la democracia frente al populismo.