Caso Mazan

Dominique Pelicot, ¿violador en serie y asesino?

Las autoridades vinculan ahora a Dominique Pelicot con ocho violaciones a otras mujeres. También con el caso Sophie Narme, una agente inmobiliaria de 23 años, violada y asesinada en París en 1991

Gisèle Pelicot
Gisèle Pelicot

Continúa en Mazan, región de Aviñón, el macrojuicio a los 51 hombres acusados de violar a Gisèle Pelicot. Gisèle, de 71 años, fue drogada regularmente por su exmarido Dominique durante toda una década, para ser violada por desconocidos que Dominique, principal acusado del juicio, encontraba por internet. Según la investigación, Dominique reclutaba a estos hombres a través de una plataforma de citas sexuales llamada “À son insu”, especializada en contenido sexual no consentido.

De los 51 acusados, catorce han admitido su participación en los hechos, confesando haber violado a Gisèle. Los otros 37 hombres, sin embargo, niegan haber cometido violación, argumentando que fueron engañados por Dominique Pelicot. Afirman que él les hizo creer que Gisèle estaba simulando estar dormida y que consentía en todos los actos, a pesar de que los videos e imágenes grabados por Dominique durante las violaciones dejan claro que Gisèle no daba en ningún momento su consentimiento, estando inconsciente todo el tiempo.

Dominique Pélicot - Violencia contra las mujeres

Dominique Pélicot, el monstruo de Francia que aterroriza al mundo

Dominique Pelicot ha admitido su responsabilidad en la organización de estos encuentros, pero ha utilizado la excusa de haber sufrido abusos en su juventud para justificar su comportamiento.

¿Violador en serie de agentes inmobiliarias?

A raíz del juicio, se han abierto investigaciones adicionales que vinculan a Dominique Pelicot con más delitos aún. Los investigadores descubrieron similitudes entre su modus operandi y varios crímenes sin resolver en Francia, en los que las víctimas eran también mujeres jóvenes, principalmente agentes inmobiliarias. Entre los casos más destacados se encuentra el de Sophie Narme, una agente inmobiliaria de 23 años, violada y asesinada en París en 1991. La escena del crimen reveló que el agresor había utilizado un paño impregnado en éter, una técnica similar a la que Pelicot presuntamente empleó en otros crímenes. Aunque Pelicot ha negado su participación en el asesinato de Narme, los investigadores han reabierto el caso y están comparando su ADN con las muestras recogidas en la escena del crimen. Según los informes de ‘Le Parisien’, el ADN de Pelicot aún no ha sido concluyente en este caso debido a la pérdida de pruebas clave, como el esperma encontrado en la escena, que fue destruido accidentalmente por el laboratorio forense en 1991.

Además del caso Narme, Pelicot también está siendo investigado por la violación de otra agente inmobiliaria en Villeparisis, en 1999. En este incidente, la víctima, de 18 años en aquel entonces, relató cómo un hombre que se hacía pasar por comprador de propiedades la atacó cuando estaban solos en una visita a un inmueble. El agresor la inmovilizó con una cuerda y luego le colocó un paño con éter en la boca, intentando dejarla inconsciente. Afortunadamente, la joven logró fingir que estaba inconsciente y, en un momento de descuido del agresor, pudo escapar tras agredirle físicamente. El caso permaneció sin resolver hasta que, en 2020, tras la detención de Pelicot por filmar debajo de las faldas de mujeres, la Policía decidió cotejar su ADN con el encontrado en la escena de la violación de Villeparisis. Para sorpresa de las autoridades, el ADN de Pelicot coincidió con el hallado en una gota de sangre en el zapato de la víctima, lo que llevó a su confesión.

Dominique Pelicot

La víctima Gisèle Pelicot llega al Palacio de Justicia para asistir a la 12ª sesión del juicio en los tribunales de Aviñon, Francia, este miércoles

Y a medida que los investigadores ahondan en el pasado de Dominique Pelicot, han surgido más casos con similitudes preocupantes. Entre 1991 y 2004, se han identificado al menos cinco agresiones sexuales a agentes inmobiliarias que siguen sin resolver, todas con un patrón similar: un hombre que contactaba a las mujeres haciéndose pasar por un cliente interesado en propiedades, para luego agredirlas sexualmente. En varios de estos casos, las víctimas describieron cómo fueron inmovilizadas y, aunque no todas mencionaron el uso de éter, los investigadores creen que el perfil del agresor es coherente con el de Pelicot.

Además, las investigaciones han sacado a la luz una serie de errores policiales y judiciales que permitieron a Pelicot seguir cometiendo crímenes durante años sin ser detenido. El primero de estos errores tuvo lugar en 1991, cuando se destruyó el ADN recogido en la escena del asesinato de Sophie Narme. Sin esta prueba crucial, la policía no pudo avanzar en la identificación del sospechoso. El segundo error ocurrió en 2010, cuando Pelicot fue arrestado por primera vez por filmar bajo las faldas de mujeres en un supermercado en la región de París. Aunque las autoridades le tomaron una muestra de ADN, que posteriormente coincidió con el encontrado en la escena de la violación de Villeparisis en 1999, la fiscalía de Meaux, encargada del caso en ese momento, desestimó la conexión y no reabrió la investigación, permitiendo que Pelicot continuara con sus actividades criminales.

Se le permitió seguir violando

Estas omisiones resultaron ser trágicas, ya que, un año después, en 2011, Pelicot comenzó a drogar a su esposa y a invitar a hombres a su casa para violarla mientras él grababa los actos. La negligencia de las autoridades en seguir investigando a Pelicot en 2010 retrasó el descubrimiento de sus crímenes, permitiéndole continuar sus abusos durante casi una década más. Fue solo en 2020, tras su segundo arresto por grabar en un supermercado en el sur de Francia, que las autoridades finalmente decidieron revisar sus archivos y encontraron los vídeos que había estado grabando de los ataques a su esposa, lo que llevó a su detención definitiva.

Además, Florence Rault, abogada que representa a la familia de Sophie Narme y a la víctima de Villeparisis, ha cuestionado abiertamente la versión de Pelicot y ha señalado la improbabilidad de que no haya cometido más delitos entre 1999 y 2011. “Un depredador no espera hasta la jubilación para empezar“, comentó Rault en una entrevista con ‘Le Parisien’, sugiriendo que es altamente probable que existan otras víctimas que aún no han sido identificadas.

La abogada Beatrice Zavarro, representante de Dominique Pelicot.

Por otro lado, la defensa de Pelicot, liderada por Béatrice Zavarro, ha tratado de minimizar la relevancia de estas nuevas investigaciones, calificándolas como intentos de “demonizar” a su cliente aún más. Zavarro ha afirmado que Pelicot niega categóricamente su participación en el asesinato de Narme y en otras agresiones, y ha pedido que se respeten los derechos de su cliente hasta que se presenten pruebas concluyentes en su contra.

La cultura de la violación

El caso ha generado un gran revuelo tanto en Francia como en el extranjero, debido a la magnitud del delito y las implicaciones sociales que conlleva. Gisèle Pelicot ha decidido hacer público su testimonio, con la esperanza de concienciar sobre la violencia sexual y la sumisión química; su caso pone de relieve la llamada “cultura de la violación” en la sociedad francesa. Los expertos señalan que este tipo de casos no son anomalías, sino parte de un continuo de violencia sexual que muchas veces se tolera o se minimiza. El juicio, que se espera que se prolongue hasta diciembre de 2024, ha comenzado a cuestionar profundamente las dinámicas sociales y culturales que permiten que este tipo de crímenes ocurran.