Frente a la Kiryá, la comandancia central del ejército israelí en Tel Aviv, Einav Zangauker esperó para dar la bienvenida a la comitiva del primer ministro israelí, que se desplazó de urgencia para ordenar los bombardeos sobre Gaza. “Primero están los rehenes, luego el resto de los asuntos, como sus intereses políticos. Devuélvelos a todos de golpe, es lo que pide el pueblo, tu eres el único que no lo desea”, clamó la madre de Matan Zangauker, convertida en el símbolo de la lucha por la liberación de los cautivos. Y aclaró: “No nos rendiremos, la sociedad israelí es la esperanza, no tu gobierno vergonzoso”.
Las últimas encuestas publicadas el mes pasado indican que la mayoría de israelíes está de acuerdo con la demanda de los familiares. Hay un apoyo mayoritario a parar la Guerra para lograr devolver a los rehenes a casa, pese a que se estima que más de la mitad de los 59 que quedan en manos de Hamás ya estarían muertos. Entre los simpatizantes del gobierno, se apuesta por seguir con la guerra hasta la “victoria total”, pese a que los 15 meses de combates, que arrasaron la franja, no lograron liquidar el control islamista sobre el territorio.
Families of Deceased hostages: "Unfortunately, it was too late for us. But for other hostages—it is not too late. THEIR LIVES CAN STILL BE SAVED."
Following the collapse of the ceasefire, families of deceased hostages whose bodies were recovered made a statement in Jerusalem.… pic.twitter.com/UJAT2G1oCy
— Bring Them Home Now (@bringhomenow) March 18, 2025
Movilizaciones de urgencia
Poco después de la reanudación de los bombardeos, el Foro de Familiares de rehenes se movilizó de urgencia, y convocó concentraciones en Tel Aviv y Jerusalén. Sylvia Cunio, superviviente a la masacre del 7 de octubre, sigue agonizando por sus dos hijos David y Ariel, cautivos en Gaza y de los que no sabe nada. “Estoy aterrada por lo que pueda pasarles. Les rogué que detengan los bombardeos, pero no nos escuchan”, contó al diario Ma’ariv.

Einav Zangauker, madre del rehén israelí Matan, secuestrado durante los atentados de Hamás del 7 de octubre
Si bien durante los primeros compases de la guerra los familiares de los rehenes evitaban presionar al gobierno -por temor a que afectara al bienestar de sus seres queridos-, hace tiempo que critican duramente a “Bibi”. La madre de los Cunio alegó que “Netanyahu y su gobierno parece que tienen cierto objetivo, y no quieren el retorno de los rehenes. Así lo siento”. Además, acusó al premier de “no tener corazón”, y de estar dispuesto a sacrificar las vidas de más soldados combatiendo en Gaza.
“Estáis matando a los rehenes”
Yarden Bibas, el viudo de Shiri y los pequeños Ariel y Kfir, asesinados por Hamás durante su cautiverio, se expresó en el mismo sentido. “Detened la guerra, estáis matando a los rehenes. Así es como perdí a mi familia”, dijo. Yarden insistió en que la “presión militar” solo acabará con las vidas de los rehenes, mientras que un acuerdo logrará devolverlos a casa.
Frente a la Knesset, el Parlamento israelí en Jerusalén, la concentración de emergencia levantó la voz para recordar que “sus vidas todavía pueden salvarse”. En un ambiente marcado por la ansiedad y el agotamiento general, Ayelet Svatitzky recordó el infierno que vive desde hace más de año y medio. Su hermano mayor, Roi, fue asesinado en el kibutz Nirim. Su otro hermano, Nadav, fue secuestrado junto a su madre Channah. La madre fue liberada en la tregua de noviembre de 2023, pero en junio de 2024 supo que su hermano secuestrado también fue asesinado.
Activismo internacional
“Durante meses, viajé por el mundo, para intentar lograr desesperadamente que me devuelvan a mi hermano. Desgraciadamente, fue demasiado tarde para nosotros, y para tantas familias cuyos seres queridos fueron asesinados en cautiverio. Pero para otros, todavía no es tarde”, recordó.
Los rehenes que siguen vivos en Gaza están sufriendo un verdadero infierno. Los últimos cautivos liberados contaron como los retenían encadenados, bajo constantes torturas, y privados de alimentos y medicinas. “Debemos devolverlos ya. Vuelvan a la tregua y las negociaciones para asegurar su liberación. No dejen que otras familias pasen por lo que nosotros sufrimos”, imploró Svatitzky.
Bandera roja
Merav Svirsky, hermana de Itay Svirsky, también pagó el peor precio por el colapso de las negociaciones, ya que su hermano no sobrevivió al cautiverio del grupo islamista. “Hoy levantamos la bandera roja y avisamos: renovar la guerra costará más vidas de rehenes vivos. Debemos volver de inmediato a la mesa de negociación y lograr el acuerdo para devolverlos. Paren la guerra y devuelvan a todos”, exigió.
En los últimos días, Netanyahu ha operado en todos los frentes para garantizar su supervivencia política. Por un lado, anunciando la intención de destituir a Ronen Bar, jefe de los servicios secretos internos, a quien responsabiliza por no haber avisado a tiempo para evitar la masacre del 7 de octubre. Por otro lado, satisfaciendo la voluntad de la extrema derecha judía, que abandonó parcialmente la coalición tras firmarse la tregua. Para los familiares de los rehenes, no hay “victoria total” sin el retorno de sus seres queridos a casa. “Los vivos para rehabilitarse, y los muertos para un funeral digno”, concluyen.