La hija de Gisèle Pelicot considera que su padre merece “morir en la cárcel”. Dominique Pelicot fue condenado en diciembre a 20 años de prisión por drogar a su madre e invitar a decenas de desconocidos a violarla en su propia casa. “Debería morir en la cárcel, es un hombre peligroso”, declara Caroline Darian en el programa Talking to Emma Barnett de la BBC, que se emitirá esta noche a través de BBC Two, el segundo canal de la corporación británica.
Era la primera entrevista que ofrecía desde que finalizara el pasado 19 de diciembre en Aviñón el histórico juicio de Mazan. En el adelanto ofrecido por la cadena, Darian, que utiliza un pseudónimo compuesto de los nombres de sus hermanos, a pesar de haber adoptado el apellido de su marido Pierre, reitera su convicción de que también ella ha sido víctima de su padre. Vio fotos suyas que no reconocía en las que aparecía inconsciente, tumbada en la cama en ropa interior.
“Estoy convencida de que me drogaron para violarme, pero no tengo pruebas. Siempre lo ha negado, pero cada vez ha dado versiones diferentes”, lamenta en alusión a su padre. “Cuando miro atrás, no recuerdo realmente al padre que creía que era. Miro directamente al delincuente sexual. Creo que hay dos Dominiques coexistiendo en él, y decidió elegir el lado oscuro. No sé si es un monstruo, pero sabía perfectamente lo que hacía. No está enfermo”, confiesa a la BBC.
“I am convinced that he raped me. Yes.”
Caroline Darian – daughter of convicted rapist Dominique Pelicot – tells @EmmaBarnett in an exclusive interview she doesn’t believe her father’s denial that he did not touch her, saying he is ‘always lying’.
— BBC Radio 4 Today (@BBCr4today) January 11, 2025
El sábado, The Guardian se adelantó y publicó en exclusiva otra entrevista con la hija de Gisèle Pelicot. “¿Cómo puedes reconstruir cuando tu padre es el peor depredador sexual en décadas?”, titulaba el rotativo británico. A lo largo de la conversación, Darian reflexiona sobre la “aplastante doble carga” de ser hija de víctima y agresor, y de la tortura mental de no saber lo que le hizo.
“No te puedes imaginar la tristeza y la soledad. Tengo una parte de su ADN. Y es difícil ser la hija del mayor criminal sexual de los últimos 10, 20, incluso 30 años, y al mismo tiempo ser la hija de un icono como mi madre… No sé si es mejor ser la hija de Gisèle o peor ser la hija de Dominique Pelicot. Tendré que vivir con ello”, lamenta.
La gran olvidada
En el juicio de Mazan, que conmocionó a Francia y el resto del mundo, 51 hombres fueron declarados culpables y condenados por violar a Gisèle Pelicot, convertida en icono de la lucha feminista por negarse a que la causa se celebrara a puerta cerrada. “La vergüenza debe cambiar de bando”. Ese era el mantra.
Según el testimonio de Caroline, a Gisèle le costó aceptar la idea de que su exmarido también la hubiera podido agredir a ella, a su hija. “Para una madre, es difícil asimilar todo eso a la vez”, asume. Durante el juicio, del que dice ser “la gran olvidada”, Caroline tuvo un choque violento con su “progenitor”, a quien exigió “decir la verdad” sobre si ella había sufrido el mismo trato que su madre.
“¡Morirás en la mentira! Solo, solo en la mentira, Dominique Pelicot”, gritó en plena audiencia, después de que él negara una vez más haberla violado. “Sé que abusaste de mí. No tienes el valor de decírmelo”, dijo en otra ocasión a su padre ante el tribunal. Solo recibió evasivas por parte de Dominique Pelicot, que dijo que nunca había tocado a su hija y que no sabía quién había tomado aquellas fotos.
Darian, sin embargo, considera a su madre “la verdadera víctima de toda esta historia”. “Estoy muy orgullosa de mi madre. Ha abierto la puerta. Ha abierto el camino a otras víctimas de violencia sexual. Les ha dicho que ya no están solas. Eso es fuerza. Para mí es una heroína… Y lo ha hecho de forma brillante”, insiste en la entrevista con The Guardian. “Entró en el tribunal todos los días con cientos de periodistas, sometida al escrutinio de todo el mundo, humillada por todos esos abogados [de la defensa]. Francamente, hay que ser fuerte para hacer eso… Es una mujer independiente y fuerte. Y lo hizo con dignidad”.
Dos libros y una fundación
Dominique Pelicot aceptó su condena a 20 años de cárcel. Aseguró que no recurriría, a diferencia de otros 17 condenados en la misma causa.
La investigación contra él comenzó hace cuatro años, cuando fue detenido por filmar a mujeres en un supermercado con una cámara que llevaba oculta en una bolsa. Es entonces cuando las autoridades confiscan sus teléfonos, su ordenador y su disco duro y encuentran miles de archivos, miles de imágenes y vídeos, que demostraban que había drogado a su mujer y luego la había filmado, inconsciente, mientras él y decenas de desconocidos la violaban en su propia cama. Habían sido al menos 70 hombres, de edades comprendidas entre los 26 y los 74 años.
Esas prácticas se extendieron durante casi diez años. En todo ese tiempo, Dominique Pelicot escondió cámaras en baños y dormitorios, y fotografió en secreto a las esposas de sus hijos desnudas para difundirlas en Internet, donde se jactaba de estar “rodeado de putas”.
Entre las personas grabadas sin consentimiento figuraban Gisèle Pelicot y su hija Caroline, que tenía entonces 30 años. En noviembre de 2020, cuando su madre se lo contó, Darian se sintió como si le golpeara “una ola”. “Fue un cataclismo. Todos mis cimientos se derrumbaron”, rememora.
Ella lo hizo público en 2022, cuando la investigación seguía en curso, a través de un libro titulado Et j’ai cessé de t’appeler Papa (Y dejé de llamarte papá). Ahora escribe el segundo. Darien también ha fundado No me sometas (#MendorsPas), una fundación para concienciar y apoyar a las víctimas de violaciones por sumisión química en Francia.
Sin pruebas
Recuerda el juicio –al que asistió en compañía de sus hermanos David, de 50 años, y Florian, de 38– como un “calvario”, una experiencia “durísima desde el punto de vista humano”. En especial por la forma en que su madre era interrogada por los abogados defensores sobre si podría haber inducido a aquellos hombres a cometer las violaciones. “Sentí rabia. Son unos cobardes”, resume.
En el proceso judicial, Darian declaró que estaba segura de que Dominique Pelicot la había drogado, violado y maltratado. “No es una hipótesis, es la realidad, lo sé”, hizo saber a los jueces. Pero sin pruebas, a diferencia de su madre, Darian dijo sentirse más como el 99% restante de las mujeres que alegan haber sido drogadas, incapaces de saber nunca la verdad, encerradas en la “duda y el silencio”.