Culpable de los 34 cargos de los que se le acusaba. Ese fue el contundente veredicto del jurado popular que juzgó a Donald Trump en un Tribunal de Manhattan por falsificar los datos de sus negocios.
Trump pasa así a la historia como la primera persona que ha pasado por la presidencia de Estados Unidos en ser condenada en un juicio criminal. Además, deja al país en una inédita situación meses antes de las elecciones presidenciales de noviembre, en las que intentará recuperar la Casa Blanca frente al demócrata Joe Biden.
El exmandatario, de 77 años, enfrentaría una pena máxima de cuatro años y no tendría ningún impedimento para desarrollar su campaña presidencial, ni tampoco para asumir el cargo si así fuese el caso, pero el veredicto supone un revés grave para él y sus aspiraciones. La sentencia será anunciada por el juez Juan Merchan el 11 de julio y hasta entonces no se conocerá si Trump deberá ingresar en prisión. La mayoría de juristas han señalado en los últimos días que es improbable que lo haga, dado que no tiene antecedentes penales y su edad.
Tras conocer la decisión, Trump no tardó en calificarla de “vergonzosa” y “amañada”, y volvió a negar su culpabilidad. “El juicio fue un amaño y una gran vergüenza. El veredicto real lo dará el 5 de noviembre el pueblo de Estados Unidos”, declaró el republicano a la prensa tras su salida de la sala, de nuevo arremetiendo como otras veces contra el juez y clamando contra una supuesta persecución política.
La pregunta es si la mayoría de estadounidenses comprarán ese argumento. Los doce miembros del jurado no lo han hecho. Fueron semanas de juicio, tras las que deliberaron durante dos días hasta llegar a una decisión que, adoptada por unanimidad, hace tambalearse los cimientos de la democracia estadounidense.
Culpable de soborno
El juicio había centrado la atención en el pago de dinero que Trump hizo a la estrella porno Stormy Daniels antes de las elecciones presidenciales de 2016. Trump le entregó a su entonces abogado Michael Cohen 130.000 dólares para comprar el silencio de Daniels.
El jurado consideró que ha quedado probado “más allá de toda duda razonable” que Trump ocultó la verdadera finalidad de esos pagos en un intento de influir en el resultado de las elecciones de 2016, lo que constituye un delito de falsedad en los negocios.
La declaración de Daniels atrajo la atención debido a los detalles que la actriz reveló ante el jurado. Fueron dos días de revelaciones escabrosas sobre el encuentro sexual que supuestamente mantuvo en un torneo de golf con Trump en 2006 en los que dio detalles tan específicos como que él no usó preservativo y en los que se enganchó en un tenso intercambio con la abogada de Trump.
La actriz porno fue tan gráfica en sus descripciones que la defensa de Trump solicitó la anulación del juicio, argumentando que los comentarios de Daniels eran innecesariamente despectivos y no tenían relevancia para aclarar los hechos por los que se acusaba a Trump: ocultar los pagos a su entonces abogado Michael Cohen para asegurar el silencio de Daniels sobre su supuesto encuentro con ella.
La reacción de su rival no se hizo esperar. La campaña del presidente Biden consideró que el veredicto contra el exmandatario muestra que “nadie está por encima de la ley”.
En un comunicado, el equipo de Biden afirmó que Trump había “creído erróneamente” que no afrontaría consecuencias por “violar la ley para su beneficio personal”, pero hoy la realidad demostró que no es así.
Lo que viene para Trump
Ante el veredicto, los abogados de Trump pueden intentar retrasar la fecha de sentencia, posiblemente incluso después de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre. Pero, es poco probable que Merchan conceda tal demora sin una razón de peso.
Trump, entretanto, será libre de hablar con la prensa, viajar y continuar su campaña presidencial. No estará ya sujeto a la orden que le prohibía hacer declaraciones sobre testigos, jurados y miembros de la familia del juez, entre otros.
Los presentes en la sala relataron que Trump mantuvo una expresión impávida mientras escuchaba como la palabra “culpable” se repetía hasta 34 veces, tantas como cargos se le imputaban.
De sus declaraciones a la salida de la sala, se deduce que Trump convertirá la condena en un elemento más de su campaña, y seguirá presentándose como una víctima del sistema ante sus partidarios, muchos de los cuales están convencidos de las teorías de conspiración.