El Partido Demócrata, a lo largo de su historia, se ha enfrentado a numerosos momentos críticos que han forzado a sus líderes a tomar decisiones drásticas. En 1968, el presidente Lyndon B. Johnson sorprendió al país al anunciar que no buscaría la reelección. Cincuenta y cuatro años después, Joe Biden ha seguido un camino similar, renunciando a su candidatura para 2024 en favor de Kamala Harris. Esta repetición histórica nos ofrece una oportunidad única para analizar cómo y por qué el Partido Demócrata ha llegado a este punto.
Lyndon B. Johnson y la crisis de 1968
En 1968, Estados Unidos estaba sumido en la guerra de Vietnam, un conflicto que desgastó su imagen internacional del país y fracturó el consenso interno. Lyndon B. Johnson, quien había asumido la presidencia tras el asesinato de John F. Kennedy, se encontró entre la espada y la pared. Atrapado entre la necesidad de mantener la política exterior y las crecientes protestas internas. A medida que su popularidad se desplomaba, la presión dentro del Partido Demócrata aumentaba.
La decisión de Johnson de no buscar la reelección fue un intento de unificar al partido y evitar una derrota segura en las elecciones. Al retirarse, permitió que su vicepresidente, Hubert Humphrey, tomara la batuta, aunque este finalmente perdió ante Richard Nixon. El Partido Demócrata se enfrentaba entonces a la difícil tarea de reconstruir su identidad y recuperar la confianza del electorado.
¿Cuáles son los paralelismos con Joe Biden?
El escenario político en 2024 muestra paralelismos sorprendentes con 1968. Joe Biden, que cuenta con una baja popularidad y se enfrenta a duras críticas tanto externas como internas, ha decidido no buscar la reelección después de mucho pensárselo. Su mandato ha estado marcado por desafíos globales, como la pandemia de COVID-19 y el conflicto en Ucrania, además de problemas internos como la inflación y la polarización política.
La decisión de Joe Biden se ve influenciada por varios factores clave. Primero, la presión dentro del Partido Demócrata ha sido intensa, con figuras prominentes como Barack Obama y Nancy Pelosi instando a un cambio de liderazgo para revitalizar la campaña. Segundo, las encuestas han mostrado que Kamala Harris tiene una ligera ventaja sobre Biden en términos de popularidad, aunque sigue siendo una figura divisiva.
Tanto en 1968 como en 2024, el Partido Demócrata se ha visto obligado a tomar decisiones estratégicas difíciles para evitar una derrota electoral. En ambos casos, el presidente en funciones ha cedido el paso a su vicepresidente, con la esperanza de que una nueva cara pueda unificar al partido y atraer a un electorado más amplio. Sin embargo, hay diferencias notables entre los dos periodos. En 1968, la guerra de Vietnam fue un conflicto militar directo con un impacto claro y visible en la sociedad estadounidense. En 2024, los problemas son más diversos y multifacéticos, abarcando desde la economía global hasta la salud pública y la justicia social.