El Reino Unido se enfrenta a una crisis migratoria alarmante tras la desaparición de 118 menores migrantes que estaban alojados en hoteles sin la tutela del Estado. Esta situación pone de manifiesto la vulnerabilidad de estos niños a la trata y explotación. Y resalta fallos significativos en el sistema de protección infantil del país.
¿Qué ha sucedido en Reino Unido con los menores migrantes?
El Reino Unido ha sido un destino clave para muchos menores migrantes no acompañados que huyen de conflictos y persecuciones en sus países de origen. Entre julio de 2021 y junio de 2023, se registró la desaparición de 447 menores, de los cuales 118 siguen sin ser localizados. Estos niños fueron alojados en hoteles gestionados por el gobierno, en lugar de ser colocados bajo la tutela estatal adecuada.
La decisión de alojar a estos menores en hoteles se debió a la falta de capacidad en el sistema de protección infantil del Reino Unido. Sin embargo, esta medida provisional ha resultado en un aumento de la vulnerabilidad de los niños, exponiéndolos a riesgos de explotación y trata.
Vulnerabilidad y riesgos para los menores no acompañados
Los menores no acompañados, especialmente aquellos alojados sin la debida supervisión, son extremadamente vulnerables a diversas formas de explotación. Las redes de trata de personas suelen aprovecharse de estos niños, ofreciéndoles falsas promesas de seguridad y estabilidad. Una vez en manos de estos traficantes, los niños pueden ser forzados a trabajar en condiciones inhumanas, explotados sexualmente o incluso vendidos.
Además de la explotación directa, estos menores lidian con riesgos significativos para su salud y bienestar. Sin un entorno protector adecuado, carecen de acceso regular a servicios médicos, apoyo psicológico y educación. Todo ello agrava su situación de vulnerabilidad.
Fallos en el sistema de evaluación británico
Un aspecto particularmente preocupante de esta crisis es la incorrecta evaluación de la edad de muchos menores. En 2022, más de 1.300 menores fueron clasificados erróneamente como adultos. En consecuencia, fueron alojados en centros para adultos. Esta práctica no solo pone en peligro a los menores al mezclarlos con adultos, sino que también niega a estos niños el acceso a los servicios y la protección a la que tienen derecho.
La evaluación de la edad es un proceso complejo que debe realizarse con el máximo cuidado y precisión. La incorrecta clasificación de menores como adultos es un claro indicio de fallos sistémicos en el proceso de evaluación y protección de menores en el Reino Unido.