Análisis

Una gira de intenciones

Sánchez regresó ayer a España tras su visita a África sin explicar que hará ante la situación de emergencia que vive Canarias

Pedro Sánchez a su llegada a Dakar, Senegal. EFE/EPA/JEROME FAVRE

Promesas sin iniciativas y objetivos concretos, contradicciones en el discurso y un tono casi de sermón dominical resumen la gira del presidente del Gobierno por Mauritania, Gambia y Senegal de esta semana. Una visita, la primera de la agenda internacional del jefe del Ejecutivo tras el parón estival, que se ha producido en medio de una situación de emergencia en Canarias por el repunte en la llegada de cayucos desde la región y de otro pico en las tentativas de entrada de jóvenes a la ciudad autónoma de Ceuta desde Marruecos -en menor medida, de llegadas de pateras a las costas del Levante y Baleares procedentes de Argelia, un país con el que, a diferencia de los anteriores, los puentes diplomáticos se tambalean. Para el presidente el balance de los tres días africanos fue “muy positivo”.

Si hay algo que pueda generar consenso entre Gobierno y oposición al respecto de la cuestión migratoria es que la dimensión del problema exige una estrategia multidisciplinar que combine medidas policiales con iniciativas de carácter social y económico en origen y tránsito, iniciativas a corto, medio y largo plazo y una coordinación y concepción europea. Si dedicó sus encuentros como los presidentes de Senegal, Gambia y Mauritania a elogiar las bondades de la cooperación económica y de la migración circular y regular, Sánchez regresó ayer a Madrid sin explicar qué pretende hacer a corto plazo ante la situación extrema que se vive en el archipiélago canario.

Mauritania es un país muy pobre y poco poblado -unos 4,7 millones de habitantes— con una superficie que duplica la española y convertido este año en el primer punto de origen de los emigrantes que tratan de alcanzar suelo europeo a través de la ruta atlántica. Jóvenes malienses, senegaleses, sudaneses, guineanos o marroquíes huyen del hambre o la violencia y la inestabilidad que ganan cada vez más terreno en el Sahel y África subsahariana.

“No hay en estos momentos una política migratoria por parte del Gobierno”, sintetiza para ARTÍCULO 14 el consultor José Carlos Cabrera Medina. Al respecto de la visita de Sánchez, “el aspecto más positivo de la visita es poner sobre la mesa y ante la opinión pública la migración circular, que es verdaderamente una alternativa a la irregular. “Es una apuesta, al menos, medioplacista”, sintetiza el especialista en política migratoria y docente universitario.

Para ello, afirma Cabrera Medina, “hace falta un poco de pedagogía para explicar muy bien qué es la migración circular”. “Por ejemplo, los empresarios no saben lo que es, así que es necesario crear una serie de foros donde poder conectar la posibilidad de que los puestos de difícil cobertura acaben siendo cubiertos por personas que emigren por vías legales, seguras, sin arriesgar sus vidas y que ello pueda ser alternativa a la migración irregular”, abunda el investigador a este medio

¿Rectificación, incoherencia, descuido o exceso malintencionado de celos de medios y la oposición? Lo cierto es que Sánchez empezó el martes, en su primera escala en Mauritania, instando a no definir la emigración como problema para defender al día siguiente las devoluciones de quienes llegan de manera irregular y la necesidad de que los gobiernos de sus países respectivos las acepten. “Para combatir esta amenaza que afecta a la estabilidad y la seguridad de nuestras sociedades, es imprescindible también el retorno de quienes han llegado a España ilegalmente. Principalmente porque su retorno traslada un mensaje desincentivador nítido, claro y contundente a las mafias y a quienes se ponen en sus manos”, dijo literalmente el presidente del Gobierno.

Lo más concreto y prometedor en lo que ha iniciativas se refiere ha sido la apuesta por la migración irregular, lo que significa contratación estacional, de temporada o campaña en países de origen. Una iniciativa que las autoridades españolas ya practican -con cifras aún modestas; en 2023 se acogieron a este modelo 17.400 trabajadores, de los cuales solo 141 eran senegaleses– con países como Marruecos o Senegal y ahora el Ejecutivo pretende ampliarla a Mauritania y Gambia.

Coincidencia o no, mientras Sánchez ponía en valor las posibilidades de la migración circular en Nuakchot, el Gobierno imponía la exigencia de un visado de tránsito aeroportuario para los ciudadanos mauritanos en sus escalas en Madrid -decenas de ellos en las últimas semanas aprovechaban el tránsito para solicitar asilo— con vistas a tratar de poner coto a otra vía de entrada irregular de personas a territorio nacional.

Además, el presidente del Gobierno anunció también en Dakar en la tarde del miércoles una prometedora iniciativa bautizada como Alianza África Avanza, aunque sin anunciarse dotaciones, inversiones o herramientas concretas. El objetivo de la iniciativa es contribuir al impulso de inversiones concretas en el África Occidental y fomentar el desarrollo económico y productivo en la región, generando empleo y aprovechando el capital humano existente en el continente. Según avanzó Moncloa, Alianza África Avanza contará con la colaboración del Banco Europeo de Inversiones, el Banco Mundial y el Banco Africano de Desarrollo, así como con el apoyo de diferentes empresas.

Por otra parte, Sánchez abandonó ayer la región sin hacer mención a lo prometido -qué iniciativas han arrancado y con qué resultados— a las autoridades mauritanas en Nuakchot en febrero pasado junto a la presidenta de la Comisión Europea a. El presidente prometió entonces 300 millones de euros para distintos programas destinados a la modernización de las infraestructuras y economía de Mauritania, los cuales se sumaron a los 210 millones de euros ofrecidos por la jefa de la Comisión, a cambio de estrechar la cooperación en la lucha contra la migración irregular.