Violencia de género

A prisión el exministro kazajo que mató a su mujer a patadas

Kuandyk Bishimbayev, exministro de Economía en Kazajistán, se enfrenta a 24 años de cárcel por asesinar a su mujer a patadas

Asesinato de Kuandyk Bishimbayev - Internacional
Grabación de las cámaras de seguridad en el momento de los hechos Haber Global

El reciente juicio y condena de Kuandyk Bishimbayev, exministro de Economía de Kazajistán, ha sacudido profundamente al país y ha desencadenado un debate a escala nacional sobre la violencia doméstica y la justicia. Bishimbayev fue sentenciado a 24 años de prisión por el brutal asesinato de su esposa, Saltanat Nukenova, tras un ataque salvaje en un restaurante de Astaná, la capital. Este caso ha puesto de manifiesto la grave situación de la violencia contra las mujeres en Kazajstán y ha cuestionado la eficacia del sistema judicial y las reformas prometidas por el gobierno.

El crimen cometido por Kuandyk Bishimbayev no solo fue un acto de violencia extrema. También simboliza la impunidad con la que ciertos individuos poderosos creen poder actuar. Las imágenes de CCTV del ataque mostradas durante el juicio fueron tan impactantes que algunos miembros del jurado no pudieron contener las lágrimas. Estas imágenes mostraron a Bishimbayev pateando repetidamente a Nukenova, tirándola al suelo y golpeándola en la cabeza hasta quedar inconsciente. Lo más escalofriante es que, tras el ataque, Bishimbayev consultó a un adivino en lugar de buscar ayuda médica inmediata. Nukenova murió horas después debido a las heridas en la cabeza. Un trágico final que podría haberse evitado.

El contexto de la violencia de género en Kazajstán

La condena de 24 años ha sido criticada por muchos activistas de derechos humanos y defensores de los derechos de las mujeres. Zhanar Sekerbayeva, cofundadora del grupo de derechos de las mujeres “Feminita”, expresó su indignación al considerar la sentencia demasiado indulgente. Argumentó que, dada la brutalidad del crimen, Kuandyk Bishimbayev debería haber recibido una condena a cadena perpetua. Esta opinión es compartida por muchos en Kazajstán. Un país donde la violencia de género sigue siendo un problema alarmantemente común.

Saltanat Nukenova fue asesinada por el exministro Kuandyk Bishimbayev

Saltanat Nukenova fue asesinada por el exministro Kuandyk Bishimbayev (AP)

Según Naciones Unidas, más de 400 mujeres mueren cada año en Kazajistán como resultado de la violencia de género. Sin embargo, la cifra real podría ser mucho mayor debido al encubrimiento de algunos casos. Una de cada seis mujeres kazajas ha sufrido violencia por parte de su pareja. Esta estadística dibuja la verdadera magnitud del problema. En 2017, el Gobierno despenalizó la violencia de género. Según muchos críticos, esta decisión provocó un aumento inmediato de los casos de abuso. La decisión fue un retroceso significativo en la protección de los derechos de las mujeres. Y ha conducido a una situación donde muchas víctimas no tienen acceso a la justicia o la protección adecuada.

La respuesta del Gobierno de Kazajistán

El Gobierno kazajo, bajo la presidencia de Kassym-Jomart Tokayev, ha tenido que lidiar con una una enorme presión para abordar la violencia de género de manera más efectiva. En respuesta a la indignación pública por el caso Kuandyk Bishimbayev, se aprobó una ley que convierte la violencia de género en un delito nuevamente. Sin embargo, muchos críticos argumentan que esta legislación aún es insuficiente y que se necesitan medidas más severas y una implementación efectiva para proteger verdaderamente a las víctimas y prevenir futuros abusos.

El juicio de Kuandyk Bishimbayev también ha sido una prueba de fuego para las promesas del presidente Tokayev a la hora de eliminar el amiguismo y la corrupción en Kazajistán. Bishimbayev ya había sido condenado anteriormente a diez años de prisión por corrupción. Sin embargo, cumplió menos de tres años antes de ser indultado por el entonces presidente Nursultán Nazarbáyev. Este historial de indulgencia y favoritismo ha generado escepticismo sobre la seriedad del Gobierno en su lucha contra la corrupción y la violencia de género.

La transmisión en vivo del juicio fue un intento del gobierno de demostrar esa transparencia y compromiso con la justicia. Sin embargo, para muchos ciudadanos, el hecho de que Kuandyk Bishimbayev no recibiera la máxima condena posible fue una señal de que aún queda mucho por hacer para asegurar que todos, independientemente de su posición o influencia, sean verdaderamente responsables de sus actos.