En Venezuela, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) es la institución judicial más alta del país, encargada de interpretar la Constitución y ejercer un control sobre la legalidad de las acciones del Estado. Sin embargo, su papel ha estado rodeado de controversias, particularmente en cuanto a su independencia y parcialidad. Pero ¿cómo funciona el Tribunal Supremo de Venezuela? Después de corroborar la dudosa victoria de Maduro en los últimos comicios, ahora los ojos están puestos en la credibilidad y la honorabilidad de esta institución. En resumidas cuentas, se duda de ella.
¿Cómo es la estructura del Tribunal Supremo de Venezuela?
El Tribunal Supremo de Venezuela está conformado por seis salas que abordan diferentes áreas del derecho: la Sala Constitucional, la Sala Político Administrativa, la Sala Electoral, la Sala de Casación Civil, la Sala de Casación Penal y la Sala de Casación Social. Cada una de estas salas tiene competencias específicas que le permiten intervenir en diversos aspectos de la vida jurídica del país. Abordemos las tres con mayor influencia:
- Sala Constitucional: La Sala Constitucional es la más influyente dentro del TSJ. Tiene la facultad de interpretar la Constitución y resolver conflictos entre los poderes públicos. En muchas ocasiones, sus decisiones han tenido un impacto directo en la política del país, resolviendo controversias que, en su mayoría, han beneficiado al gobierno en funciones.
- Sala Político Administrativa: Esta sala se encarga de las controversias que surgen entre el Estado y los particulares, así como de aquellas relacionadas con la administración pública. Entre sus funciones se incluye la revisión de actos administrativos y la resolución de conflictos que involucren a entidades gubernamentales.
- Sala Electoral: La Sala Electoral es responsable de conocer los asuntos relacionados con procesos electorales, como las impugnaciones de resultados y la interpretación de las normas electorales. En un país donde los resultados electorales han sido fuertemente cuestionados, esta sala ha desempeñado un papel clave.
¿Qué atribuciones tiene el TSJ?
La Constitución venezolana le otorga al Tribunal Supremo de Venezuela un amplio conjunto de atribuciones. Estas incluyen, entre otras, la capacidad de:
- Pronunciarse sobre la constitucionalidad de las leyes
- Conocer de los delitos cometidos por los miembros de la Asamblea Nacional y otros altos funcionarios
- Dictaminar sobre la legalidad de los actos del Poder Ejecutivo
Además, el TSJ tiene la capacidad de decretar la destitución del presidente de la República en casos excepcionales. También puede determinar si existe mérito para enjuiciar al presidente, sus ministros, legisladores y otras autoridades. Y llevar a cabo esos juicios si es necesario.
¿Por qué se cuestiona la independencia judicial del Tribunal Supremo de Venezuela?
A pesar de las importantes funciones que tiene el TSJ, su independencia se ha puesto en entredicho en múltiples ocasiones. Diversas organizaciones internacionales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Misión Independiente de Verificación de Hechos de la ONU en Venezuela, han expresado preocupaciones sobre la falta de imparcialidad del tribunal.
Uno de los principales puntos de crítica es la forma en que se nombran los magistrados del Tribunal Supremo de Venezuela. En los últimos años, los magistrados han sido designados por Parlamentos controlados por el chavismo. Eso, obviamente, ha llevado a cuestionar la imparcialidad de estos jueces. De hecho, algunos de los magistrados han tenido vínculos directos con el oficialismo. Es el caso de Calixto Ortega, quien fue diputado de la Asamblea Nacional y vicecanciller durante el gobierno de Hugo Chávez. Y también la actual presidenta del TSJ, Caryslia Rodríguez, que previamente ocupó cargos políticos por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
El Tribunal Supremo de Venezuela ha jugado un papel crucial en las crisis políticas que han sacudido a Venezuela. Especialmente, en lo que respecta a la validación de elecciones. En repetidas ocasiones, el tribunal ha fallado a favor del gobierno, validando resultados electorales que han sido ampliamente cuestionados tanto a nivel nacional como internacional.
El caso más reciente es el de las elecciones presidenciales de 2024, donde el TSJ convalidó la victoria de Nicolás Maduro pese a las numerosas denuncias de fraude y la falta de transparencia en el proceso electoral. Esta decisión se ha percibido como un ejemplo más de la sumisión del tribunal a los intereses del gobierno.
Las críticas internacional tras la decisión del TSJ sobre la victoria de Nicolás Maduro
Las decisiones del Tribunal Supremo de Venezuela han atraído críticas internacionales. La Misión Independiente de Verificación de Hechos de la ONU ha descrito al tribunal como una pieza clave en la “maquinaria represiva del Estado”. Asimismo, el Centro Carter, a través de su misión de observación electoral, ha cuestionado la intervención del TSJ en los procesos electorales. Sostiene que su actuación carece de independencia.
Estas críticas se suman a las denuncias de la oposición venezolana, que acusa al Tribunal Supremo de Venezuela de ser un instrumento del gobierno para consolidar su poder y eliminar cualquier oposición significativa. En particular, los fallos que han impedido la participación de destacados líderes opositores en elecciones han sido citados como evidencia de la falta de imparcialidad del tribunal.
El gobierno venezolano, por su parte, defiende la actuación del TSJ. Como era de esperar, por otro lado. Argumenta que sus decisiones son legales y están en consonancia con la Constitución. Según las autoridades, las críticas hacia el tribunal forman parte de una campaña internacional para desestabilizar el país y socavar la Revolución Bolivariana.
El ministro de Comunicación, Freddy Ñáñez, ha sostenido que las decisiones del Tribunal Supremo de Venezuela, incluida la reciente validación de la victoria de Maduro en 2024, suponen un “acto de altísima institucionalidad” que fortalece la democracia venezolana.