La exalcaldesa de Barcelona Ada Colau y el eurodiputado Jaume Asens denunciaron durante la mañana del martes haber sufrido un ataque con gases lacrimógenos por parte del ejército de Israel. Los políticos catalanes, que formaban parte de una delegación internacional organizada por “Progressive International” y “National Lawyers Guild” -con parlamentarios, activistas y expertos legales internacionales-, afirmaron en redes sociales haber sido víctimas de un ataque sin provocación previa.
“Estamos en Qusra, donde se intenta recoger las olivas por parte de la población palestina. Nada más llegar, sin mediar palabra, llegaron los colonos armados y el ejército, y empezaron a disparar gases y bombas de sonido, a la altura de las personas, poniéndolos gravemente en peligro”, comentó Colau.
Mientras de fondo todavía veía nubes de gases lacrimógenos, la ex alcadesa prosiguió: “Ahora hay una calma tensa, nos mantenemos aquí, estamos hablando de algo tan inocente y sencillo como recoger olivas, que se ha convertido por parte de ellos como un acto de guerra. Estamos aquí para defender los derechos humanos, y nos quedamos al lado del pueblo palestino a recoger sus olivas”.
El otoño es la época del año en que los agricultores palestinos recogen sus cosechas de olivos en Cisjordania, una actividad que supone la supervivencia económica de miles de familias, y que además tiene un especial simbolismo, ya que representa el arraigo de los palestinos a sus tierras. Habitualmente, las familias almuerzan bajo la sombra de los olivos tras los largos días de trabajo.
Frecuentemente, los agricultores son hostigados por colonos judíos violentos, que descienden de los asentamientos construidos en las alturas de las colinas. Armados con piedras, palos y armas, actúan con total impunidad, habitualmente ante la presencia de soldados del ejército israelí. Con la extrema derecha en el poder en Israel y la sed de venganza desatada tras la masacre del 7 de octubre, los colonos han redoblado los ataques -incluyendo quemas de olivos- para aterrorizar a agricultores y pastores palestinos. Fruto de ello, varias comunidades aisladas en Cisjordania se han visto obligadas a abandonar sus tierras.
Asens confirmó el relato de Colau, afirmando que el ejército “disparó balas ensordecedoras, no solo contra los campesinos, sino también contra la delegación internacional sin mediar palabras”. El eurodiputado de los comunes creyó que “nuestra presencia aquí podría haber sido algo disuasoria, pero no ha sido así. Veremos que sucede en las próximas horas, pero podemos constatar que, sin cumplir con la legalidad internacional, han disparado a la altura de la cara”.
El día antes, la organización “Rabinos por los derechos humanos”, que recluta activistas israelíes y judíos para ayudar y proteger a los campesinos palestinos durante esta temporada crucial del año, denunció otra agresión en el Valle del Jordán. Durante la recogida de olivos, apareció Moshe Sharbit, un agresivo colono -sancionado económicamente por EE.UU.-, y agredió al grupo. Tiró comida, dio golpes, y rompió un teléfono. Tres soldados hebreos acudieron, y advirtieron a los voluntarios que no podrían regresar a la zona el día posterior. Luego, Sharbit amenazó de muerte a la familia palestina. “Es la octava familia que será desahuciada por Sharbit desde el 7 de octubre de 2023”, denunció la ONG.
El incidente ocurrió mientras la guerra en Gaza y el Líbano continua, y en las últimas horas se reportaron 137 muertos por bombardeos israelíes en ambos territorios. El día anterior, el gobierno de Benjamin Netanyahu y buena parte de la oposición aprobaron dos leyes para prohibir que UNRWA (agencia de la ONU para los refugiados palestinos) opere en Israel, algo que dificultará mucho sus actividades en la Franja de Gaza y Cisjordania.
Pese a la oposición internacional generalizada, incluido el descontento de Washington, que alertó de que el movimiento agravaría la dramática situación humanitaria en la Franja de Gaza, el gobierno de Netanyahu avanzó la medida, como penalización por la participación de varios miembros de la UNRWA en la masacre perpetrada por Hamás el 7 de octubre de 2023.
El organismo de la ONU consideró que “supone un peligroso precedente, que agravará el sufrimiento de los palestinos”, pero Netanyahu aclaró que “estamos preparados para trabajar con nuestros aliados internacionales para asegurar que la ayuda humanitaria llegue a los civiles de Gaza, sin dañar la seguridad de Israel”.