La presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, escaló un viejo desencuentro con España: no invitó al Rey Felipe VI a la toma de posesión el próximo 1 de octubre tras diversas peticiones al país de que “pida perdón” por los abusos que cometió durante la Conquista, entre ellos, dos masacres en Cholula y el Templo Mayor.
Fue su antecesor, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien envío la carta en la que demandó al monarca español que pidiera perdón. De ahí que tanto en México como en el exterior se pregunten cómo será el próximo sexenio y la independencia o no de Sheinbaum de su mentor.
¿Continuismo o ruptura?
Si, efectivamente, a la mentalidad de las generaciones las separa una década como sostienen los sociólogos, la presidenta entrante y el saliente, López Obrador, están en un peligroso filo: ella tiene 61 años, él, 71, un tiempo exacto que puede inclinarse hacia símiles u opuestos.
Fotografía cedida por la Casa de Campaña Claudia Sheinbaum donde se observa a la presidenta electa mientras posa al término de un mensaje en la Ciudad de México
Quienes consideran que la primera mujer que gobernará México podría convertirse en un títere del popular mandatario, les sobran motivos. Quienes creen que podría deslindarse, fincan esperanzas en las diferencias de personalidad, historias de vida y formación profesional. Claudia Sheinbaum ha sugerido, por su parte, que será un péndulo entre su antecesor y sus propias convicciones: “Continuidad con sello propio”, le llama.
La herencia
Para el analista político y financiero, Juan Pablo Spinetto, lo que recibirá Claudia Sheinbaum será un cetro todopoderoso que no logró totalmente por sí misma sino con la ayuda de la popularidad y el carisma de López Obrador y eso la mantendrá en un dilema. “Ella hereda una fabulosa maquinaria electoral (Morena), posiblemente uno de los movimientos políticos más poderosos del mundo, con autoridad legislativa suficiente para cambiar por sí sola el nombre oficial de México si así quisiera”.
Esa maquinaria que tiene la mayoría absoluta en el Congreso mostró su músculo en los últimos días con la autoría de AMLO quien prácticamente dio poder absoluto.
El presidente de México Andrés Manuel López Obrador habla durante una conferencia de prensa en el Palacio Nacional de la Ciudad de México
El mandatario empujó la reforma que eliminó instituciones independientes que servían de contrapeso al Gobierno, como el organismo de transparencia INAI; además, consolidó una revolución en el sistema judicial que permitirá la elección de jueces por voto popular.
Un puesto para el hijo de AMLO
A cambio, Sheinbaum aceptó que la mitad de su gabinete sea gente de la más cercana a su antecesor quien, además, dejó bien puesto a su hijo Andrés Manuel López Beltrán como secretario del partido que él fundó e incluso le dejó un estilo de vida: la presidenta dará conferencias de prensa todos los días a las 7:00 de la mañana; no viajará en vuelos comerciales ni hará constantes viajes internacionales y vivirá en el Palacio Nacional, entre otras costumbres.
Continuará con los programas sociales de subsidios, como las becas y las pensiones a adultos mayores; adelantó que no pedirá créditos internacionales y buscará la soberanía energética y alimentaria.
La candidata presidencial del oficialismo Claudia Sheinbaum, participa en un acto de campaña en la ciudad de Puebla (México)
Algunos politólogos coinciden en que más allá de las imposiciones AMLO y Sheinbaum están unidos por el mismo proyecto “de la izquierda” que se opuso a los neoliberales que gobernaron al país desde los años 90 y el trabajo en equipo desde que el presidente fue alcalde de la Ciudad de México entre 2000 y 2006.
Ya con López Obrador en la presidencia, llamaron al estilo de gobierno “Humanismo mexicano” que recoge elementos liberales y nacionalistas de la Revolución Mexicana, busca la igualdad social y la defensa de los derechos humanos, a grandes rasgos.
La nueva marca
Uno es oriundo de Tabasco, del México profundo, la provincia empobrecida; la otra, de la capital mexicana de clases medias, hija de científicos, estudiante de ciencias en la CDMX y en California, académica, técnica.
Los contrastes de personalidades de AMLO y Sheinbaum despiertan augurios sobre cambios importantes entre antecesor y sucesora. Algunos ven una inevitable separación de estilos que derivará del carácter de ella, a quien se le ve como más moderada, sin ánimo de polarizar el discurso.
“Lo mejor de Claudia es que no es AMLO y lo peor de Claudia es que no es AMLO”, observó el politólogo y ex director del diario ‘El Universal’ Jorge Zepeda Paterson.
La inseguridad en México
La inseguridad es uno de los temas que, según predicciones, hará alejarse a la nueva administración de la vieja: tendrá que responder a la crisis de los más de 30.000 muertos anuales que ocurrieron en el sexenio derivado de la lucha de organizaciones criminales por el control de territorios.
Antes de irse, López Obrador llevó al Ejército a controlar la Guardia Nacional y militarizó así la seguridad pública con la aprobación de su sucesora quien ha evitado cargar el polémico discurso de “abrazos no balazos”.
Nombró, en cambio, a Omar García Harfuch, como futuro titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, para seguir el mismo camino que dirigió cuando fue jefe policiaco en la Ciudad de México al mando de Sheinbaum: énfasis en la investigación.
García Harfuch redujo en 50% la tasa de homicidios dolosos y en 60% la tasa de delitos de alto impacto, detuvo a los líderes de la principal organización criminal local La Unión Tepito y La Anti Unión y de otros cárteles que operan en el país como el Cartel Jalisco Nueva Generación que en 2019 intentó asesinarlo con 414 balazos a su camioneta.
“Lo haremos igual que en la CDMX”, adelantó.
Hacia las energías limpias
Otra de las áreas en las que se prevé el afamado sello de diferencia es en el cuidado al medio ambiente, el cambio climático y transición energética después de que López Obrador apostó todo al petróleo para la autosuficiencia energética por ser México uno de los principales productores del mundo.
Por el contrario, Sheinbaum es una científica reconocida en el tema como parte del grupo que advirtió hace años a la Organización de las Naciones Unidas sobre los peligros de la quema de combustibles fósiles.
“Ella sabe la complejidad, la necesidad y la urgencia de cambiar la trayectoria actual hacia las energías limpias”, observó Omar Masera, investigador de ecosistemas de la Universidad Nacional.