016/Ni una más

Caso Pelicot: Not All Men, ¿campaña feminista o machista en Francia?

Los franceses no quieren verse en el mismo saco que Dominique Pelicot y los otros 50 acusados de violar a Gisele, pero con ese eslogan se rechazan las “razones objetivas por las que las mujeres tienen miedo de los hombres”

Francia
La campaña Not All Men (No todos los hombres) es tema de debate en Francia por el caso Pelicot KiloyCuarto

La intención puede ser buena, pero es también un arma de doble filo. La etiqueta #NotAllMen (“no todos los hombres”) vuelve a circular con fuerza en las redes sociales en Francia. Lo que empezó en internet desde hace años como una respuesta reaccionaria al #MeToo, la frase viral ahora refleja la inquietud de los hombres de verse metidos en el mismo saco que Dominique Pelicot y los otros 50 acusados de violar su mujer mientras estaba drogada. Pero, al querer distinguirse de los “malos”, los hombres que difunden el hashtag olvidan escuchar -y combatir- la realidad de la violencia contra las mujeres.

Francis Dupuis-Déri, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Quebec y autor de “Les hommes et le féminisme” (Los hombres y el feminismo, sin traducción), critica la falta de visión de quienes defienden el slogan #NotAllMen. Para este especialista en movimientos masculinos, se trata de un argumento que se niega a ver las “razones objetivas por las que las mujeres tienen miedo de los hombres”. Y es que o ellas han sido víctimas de violencia cometida por un hombre, o probablemente ya la han presenciado o conocen a otras víctimas.

Algunos de los acusados de violar a Gisele Pelicot, en el banquillo en los tribunales de Aviñon, Francia.

“Es normal que uno quiera decir que no es violador, pero esta afirmación despolitiza el problema y enflaquece nuestra lucha”, aseveró Elsa Labouret, portavoz de la asociación Osez le Féminisme, a Artículo14. Este tipo de respuesta ocurre siempre que un grupo dominado o minoritario busca avanzar en la relación con el grupo que detiene el poder -ya sea en cuestiones de sexualidad o racismo, por ejemplo.

La necesidad de autocrítica

Según Labouret, hay dos elementos importantes de autocrítica que escapan al slogan. Primero, esconde la violencia ordinaria a la que las mujeres son sometidas; segundo, no compromete a los hombres a ser proactivos contra la violencia. Al revés, ellos se ven cómodamente protegidos detrás del hecho de que no son violadores, y ya está.

La cuestión es que no hace falta ser un violador como Dominique Pelicot para cometer o beneficiarse de un sistema que violenta a las mujeres. “Puede que muchos (de los que defienden el #NotAllMen) no sean violadores, pero si se callan cuando un colega de trabajo les hace un chiste sexista, o si creen que es normal acostarse con una mujer solo porque les ha invitado a una copa, ahí hay un problema”.

Gisele Pelicot, en una de sus llegadas al tribunal de Aviñón

La activista es incansable en señalar que “no basta con afirmar que ‘yo no soy así’, hay que combatir activamente la violencia contra las mujeres”. Entre los coacusados de violar Gisèle Pelicot mientras estaba drogada con ansiolíticos por su marido Dominique, algunos han declarado en el juicio haber desistido de mantener relaciones sexuales con la víctima al notar que ella estaba dormida y, por eso, no estaría al tanto de lo que iba a suceder. Pero ninguno de ellos acudió a la Policía para denunciar a Dominique. “Los hombres se protegen entre ellos, forman bando”.

“El único hombre que ha sido activo contra la violencia fue el vigilante”, afirma Labouret, en referencia al profesional de seguridad del mercado en donde Dominique Pelicot un día grabó con su móvil por debajo del vestido de una clienta. El vigilante, incómodo, no solo regañó al hombre y advirtió a la clienta, sino que la incitó a denunciar a la Policía el caso. Fue algo imprescindible. A raíz de dicha denuncia se descubrieron los crímenes que el señor de entonces casi 70 años practicaba desde hacía una década.

Nuevas apropiaciones

Algunas feministas francesas se han apropiado del hashtag para repensarlo. La Fondation des Femmes la utilizó, agregando una pregunta al final. “NotAllMen, ¿pero cuántos aliados?”, se llama la campaña de captación de fondos para ayudar en la lucha contra la violencia sexual. La idea es crear un fondo de solidaridad para las organizaciones que ofrecen apoyo psicológico, asistencia jurídica y otros servicios a las mujeres víctimas de violencia.

Gisele Pelicot acompañada por sus abogados a la salida del tribunal penal en Aviñón

Otro ejemplo de la apropiación crítica del slogan fue el manifiesto escrito por la ensayista Morgan N. Lucas y publicado en la prensa, en el que propone una especie de pequeño manual de cómo los hombres pueden combatir la violencia y, así, llegar a prescindir de decir #NotAllMen. El rapero Gaël Faye, el actor Waly Dia o el cantante Eddy de Pretto son algunas de las 200 personalidades masculinas en Francia que han firmado el texto. Con su gesto, los signatarios ofrecen su empatía hacia Gisèle. Pero también afirman querer concienciarse de que la violencia contra las mujeres, en sus más variados niveles, es algo tan cotidiano que ultrapasa en larga medida el actual juicio de Aviñón. Para ello, sugiere Morgan N. Lucas, los hombres deben estar listos para la incómoda tarea de cambiar sus comportamientos y mentalidades más arraigados.

El pequeño manual termina con un llamamiento a escuchar a las mujeres. Para Labouret, este es en realidad el primer paso, y decisivo. “Empezad por escuchar a las mujeres que os rodean, sin juzgarlas. Veréis lo difícil que es, y cómo es importante”. El consentimiento -algo que le fue negado a Gisèle Pelicot- pasa justamente por saber escucharlas y respetar cuando “solo sí es sí”.