El juicio por la violación de Giséle Pélicot comenzó el 2 de septiembre de 2024 en la corte criminal de Vaucluse, en Aviñón, Francia.
Dominique Pélicot, esposo de la víctima, está acusado de drogar a su mujer hasta dejarla inconsciente y permitir que casi cien hombres la violaran durante casi una década. Pélicot se enfrenta a cargos por violación agravada, junto con 50 hombres más, quienes participaron en los abusos que él facilitó al contactar con desconocidos por internet. El juicio durará hasta el 20 de diciembre.
La defensa de Dominique ha alegado que él actuaba por una “adicción sexual” de la que, supuestamente, no podía escapar. Según declaró uno de los psicólogos que intervino en el caso, Pélicot “se ha mostrado incapaz de detenerse y recibió su arresto con cierto alivio.” No obstante, su propia familia es quien duda de su versión: entre otros, su hija Caroline ha afirmado que su padre “solo confiesa cuando no tiene más remedio.”
Caroline también reveló que su padre la fotografió desnuda sin su consentimiento y distribuyó esas imágenes en internet. “Descubrí que mi padre me había fotografiado sin que yo lo supiera. ¿Por qué?”, dijo Caroline en su declaración. Con su testimonio, la percepción de que Dominique es un “perverso manipulador”, tal como lo describieron los expertos, cobra todavía más fuerza.
Un caso traumático
Giséle Pélicot, de 71 años, fue la primera en testificar al inicio del juicio, donde expresó su deseo de que el proceso fuera público para ayudar a otras víctimas de abusos sexuales. Durante su declaración, afirmó: “Estos hombres no me violaron a punta de pistola. Lo hicieron de forma consciente.”
La investigación comenzó en 2020 cuando la policía detuvo a Dominique Pélicot por filmar a mujeres sin su consentimiento en un supermercado. Intentó grabar bajo sus faldas con el móvil. Tras la incautación de su teléfono y ordenador, los investigadores descubrieron miles de vídeos gráficos que documentaban los abusos cometidos contra su esposa. La policía encontró más de 4000 vídeos y miles de imágenes, que mostraban a más de 90 hombres diferentes violando a Giséle Pélicot mientras ella estaba drogada.
Otro factor espeluznante es la cuestión de la “sumisión química”, término utilizado para describir el uso de drogas para incapacitar a las víctimas y facilitar los abusos. Los toxicólogos que testificaron confirmaron que Giséle había sido drogada repetidamente con una combinación de medicamentos que le impedían recordar los ataques que sufría. La víctima contrajo al menos cuatro enfermedades de transmisión sexual debido a los múltiples violadores, y podría haber fallecido por las dosis de los fármacos.
Ninguna mujer a salvo
Además de Giséle y Caroline Pélicot, otras dos mujeres de la familia también sufrieron el horror de los abusos de Dominique. Céline, esposa de uno de sus hijos, y Aurore, exesposa de otro hijo, relataron cómo Dominique Pélicot también les hizo fotos desnudas y distribuyó sus imágenes en internet sin su conocimiento. “Eran fotos de mí embarazada, desnuda, tomadas sin que yo lo supiera”, explicó Céline en el tribunal.
La familia Pélicot, devastada por los hechos, se ha visto profundamente afectada por la doble vida de Dominique, quien era considerado un “abuelo cariñoso” por el día, pero cometía actos atroces durante la noche. Como afirmó la propia Giséle durante su testimonio, “pensaba que éramos una pareja unida, pero todo se derrumbó cuando vi las pruebas.”
A medida que el juicio continúa, se espera que Dominique suba al estrado para proporcionar su testimonio en las próximas semanas. Por el momento, ha sido excusado en varias ocasiones debido a problemas de salud, lo que ha retrasado su participación directa en el proceso judicial. Sin embargo, el tribunal sigue con la presentación de pruebas y testimonios clave en su ausencia. En breves, testificarán varios de los 51 acusados; aunque muchos han intentado alegar que fueron manipulados por Dominique Pélicot, la víctima ha rechazado estas justificaciones, diciendo que los hombres “respetaron el protocolo y participaron conscientemente.”
Descubrir a los violadores
Para identificar a los violadores, la policía llevó a cabo una extensa investigación utilizando facturas telefónicas y un software de reconocimiento facial para identificar a los violadores. El comisario Jérémie Bosse Platière explicó que, tras analizar las pruebas, se identificaron a 72 sospechosos, de los cuales 50 fueron formalmente detenidos. Este trabajo incluyó rastrear llamadas telefónicas entre Dominique y los agresores, y sus contactos por un chat online centrado en contenido sexual no consentido.
La investigación fue facilitada por las miles de fotos y vídeos que Dominique había registrado y clasificado en un disco duro. Cada violador tenía su propio “dossier”, lo que permitió a los investigadores identificar a los agresores por apodos como “Chris el bombero” o “David el Black”, basándose en las comunicaciones telefónicas y los intercambios en línea.
Además de las llamadas telefónicas, los investigadores utilizaron un software de reconocimiento facial que permitió identificar a un tercio de los agresores a partir de las imágenes extraídas. Este minucioso proceso de investigación se extendió durante casi dos años y fue clave para avanzar en el caso contra los acusados.