Mercado floreciente

El ‘boom’ del negocio online de las píldoras abortivas en Marruecos

A través de las redes sociales, se venden medicamentos con misotropol diez veces más caros. "Es un negocio que pisotea los derechos de las mujeres y se aprovecha de la angustia y el desamparo para ganar dinero"

Un auténtico boom. En Marruecos, donde abortar es ilegal y tabú, usuarios anónimos proponen en Facebook la venta de píldoras que contienen misoprostol, una sustancia que provoca las contracciones uterinas y la expulsión del embrión.

En 2018, dos medicamentos a base de misoprostol, Artrotec y Cytotec, utilizados para reumas y úlceras, fueron retirados de la venta en Marruecos -al igual que en Francia—por su uso sin seguimiento médico para las interrupciones voluntarias del embarazo.

Farmacia

Un cartel anunciando una Farmacia en una calle de Marruecos

A pesar de la prohibición, las píldoras siguen vendiéndose en Marruecos, donde se importan o roban de los hospitales para luego venderse diez veces más caras de su precio original en los países donde se venden sin receta. Con arreglo a la Asociación Marroquí para la Lucha contra el Aborto Clandestino (AMLAC), cada día se producen en el país norteafricano entre 600 y 800 abortos en secreto. “En Marruecos las píldoras han existido durante muchos años como métodos abortivos, pero en los últimos tiempos han ganado popularidad por ser una alternativa más barata que los procedimientos quirúrgicos y una opción más segura que los métodos artesanales”, explica a ARTÍCULO 14 la socióloga marroquí Adiba Naoua.

Entre seis meses y dos años de cárcel

La ley marroquí solo autoriza el aborto en caso de peligro para la salud de la mujer. Si no es el caso la mujer en cuestión se enfrenta a entre seis meses y dos años de cárcel por una interrupción voluntaria del embarazo. La persona que le ayude puede ser condenada a entre uno y cinco años de cárcel, y hasta el doble si la paciente muere. En abril pasado, tres personas, incluida una enfermera, fueron detenidos en la ciudad de Kenitra por haber participado en un aborto y tráfico de medicamentos.

“En Marruecos, el aborto es permitido en casos de peligro inminente de muerte para la persona embarazada, pero los peligros pueden ser también sociales, económicos o psicológicos, que no se tienen en cuenta”, recuerda Naoua. “El peligro de leyes represivas y contra las libertades es su ceguera ante realidades omnipresentes y que ponen en peligro a los ciudadanos”, sentencia la investigadora en cuestiones de género en la Universidad Hassan II de Casablanca.

Por su parte, la activista marroquí Ibtissame Betty Lachgar, recuerda cómo “en 2012, nuestro Movimiento Alternativo por las Libertades Individuales (MALI) invitó a la ONG neerlandesa Women on Waves, que proporciona píldoras abortivas en países con leyes restrictivas, a participar en una acción para pedir la legalización del aborto en Marruecos y a destacar el método medicinal, seguro y recomendado por la OMS”.

Activista de Marruecos

La feminista marroquí Betty Lagchar

“Desde entonces hemos organizado varias campañas y establecido vías de contacto para las mujeres. Al poco tiempo de llevar a cabo nuestra acción se puso más difícil conseguir el medicamento en las farmacias: se necesitaba receta. Y en 2018, cuando acabábamos de lanzar una nueva campaña, el Ministerio de Sanidad retiró el medicamento del mercado. Y también porque Francia lo había hecho”, abunda la psicóloga clínica marroquí a ARTÍCULO 14. “Y a partir de ahí empezó a repuntar el tráfico, asevera Lachgar a este medio. “Por todas partes. Mucho de él online, sobre todo en Facebook, pero también a través del propio personal sanitario. Hay un tráfico real: el mercado está floreciendo”, asegura la psicóloga clínica.

Más del doble del precio legal

A juicio de Lachgar, el de las píldoras abortivas vendidas a través de las redes sociales “es un auténtico negocio que pisotea los derechos de las mujeres y se aprovecha de la angustia y el desamparo de las mujeres para ganar dinero y hacer negocio a costa de ellas”, explica a Artículo14 Lachgar. “Una vez más, estamos ante un sistema patriarcal y capitalista. Los ginecólogos, que en un 99% son hombres, no son diferentes”, lamenta la escritora.

Los traficantes que venden Artrotec y Cytotec en Facebook los adquieren en el extranjero o las roban de hospitales marroquíes. Quienes las ofrecen piden por ellas entre 1.500 y 2.000 dírhams (entre 140 y 190 euros) por unidad: más de diez veces más caras que su precio legal, según la agencia AFP. Además, en los anuncios no se ofrecen instrucciones de uso, lo que agrava el peligro.

“El aborto se ha convertido en un negocio lucrativo que a menudo implica prácticas de riesgo. Es caro, quienes pueden permitírselo no tienen protección, y es muy peligroso para los menos afortunados, quienes se ven obligados a recurrir a métodos artesanales”, explica Naoua.

Un peligro para la vida de las mujeres

Lachgar relata a este medio cómo MALI viene asistiendo desde hace doce años a mujeres marroquíes -entre 1.500 y 2.000— que acuden al colectivo en busca de asistencia para poder abortar. “Las mujeres se ponen en contacto con nosotras a través de las redes sociales. Nos arriesgamos a cinco años de cárcel. Estamos formadas para prestar este apoyo. Y condenamos enérgicamente todas estas redes criminales”. Además, la activista y escritora marroquí advierte de las consecuencias del alza en el mercado online. “Estas personas malintencionadas no conocen el protocolo a seguir y ponen en peligro la salud y la vida de esas mujeres”.

“Las vidas de las mujeres están en peligro, así como los futuros bebés cuyos destinos quedarán condenados. ¿Cómo puede vivir y se puede cuidar a un bebé en un mundo en el que no es deseado o donde no se dan las condiciones para su bienestar?”, se pregunta la socióloga marroquí Adiba Naoua.

Defensa de la interrupción médica del embarazo

“Muchas ONG y representantes políticos defienden en Marruecos una ley para la interrupción médica del embarazo para autorizarla en casos de violación, incesto, incapacidad mental o malformación fetal severa. A pesar de contar con el apoyo del rey Mohamed VI en una intervención de mayo de 2015, la propuesta encalló aquel año y desde entonces en el Parlamento”, recuerda la investigadora de la Universidad Hassan II de Casablanca.

Ningún Estado debe tomar decisiones en materia de embarazo ni privar a las mujeres y niñas de servicios de salud reproductiva y sexual básicos, y ello se está convirtiendo no solo en una tendencia en Marruecos, sino en todo el mundo”, deplora la socióloga Adiba Naoua.

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