El primer debate presidencial entre Joe Biden y Donald Trump ha dejado más preguntas que respuestas en el panorama político estadounidense. Celebrado en un plató pequeño y sin público, este encuentro arrancó en un silencio sepulcral, sin siquiera un apretón de manos entre los candidatos. Y terminó con acusaciones mutuas de provocar una tercera guerra mundial si cualquiera de los dos regresa a la Casa Blanca tras las elecciones del 5 de noviembre. Ambos aspirantes ofrecieron una performance que solo sirvió para reforzar los prejuicios ya existentes en su contra.
¿Cómo estuvo Joe Biden en el debate?
Joe Biden, con voz ronca y temblorosa, comenzó el debate con respuestas inconexas que incrementaron las dudas sobre su capacidad para liderar el país. Aunque su ritmo mejoró con el paso de los minutos, no logró articular correctamente ni siquiera su minuto final. Y estamos hablando de la parte más preparada de los debates. Los problemas de Biden con la articulación de las palabras y su tendencia a mezclar términos, como cuando intercambió “prohibición” por “iniciativa” al hablar sobre la seguridad fronteriza, acabaron provocándole intervenciones difíciles de seguir y alimentaron las preocupaciones sobre su estado físico y su salud mental a los 82 años.
¿Cómo estuvo Donald Trump en el debate?
Por otro lado, Donald Trump mostró una energía notablemente mayor, aunque no se contuvo en su inclinación a propagar falsedades y exageraciones. A lo largo del debate, evitó comprometerse a aceptar incondicionalmente los resultados electorales, una postura que preocupa profundamente a los defensores de la democracia. Trump también criticó severamente a Biden. Le acusó de permitir la inmigración descontrolada y de apoyar el aborto en etapas tardías del embarazo. Una serie de afirmaciones que Biden negó de manera enérgica.
¿Cuál fue el momento más tenso del debate presidencial?
El debate fue moderado por Jake Tapper y Dana Bash, quienes intentaron sin mucho éxito mantener el orden y la coherencia en las discusiones. En el segmento dedicado a la economía, Trump desvió rápidamente el tema hacia la inmigración. Arguyó que “miles de personas llegan de prisión y centros para enfermos mentales” a través de la frontera y están “destrozando el país”. Esta declaración fue seguida por la intervención de Tapper, pidiendo a Trump que se ciñera a las preguntas. Sin embargo, el expresidente de Estados Unidos continuó desviándose del guion previsto.
Uno de los momentos más tensos del debate se produjo cuando Biden cuestionó a Trump sobre el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. Biden preguntó si Trump condenaba a las personas que participaron en el ataque, pero el expresidente desvió la culpa hacia la entonces líder de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, por la falta de seguridad en el edificio. Trump, manteniéndose en su línea habitual, calificó el sistema judicial de “manipulado” y “asqueroso”, y llamó “criminal” a Biden.
¿Qué va a pasar con el aborto en Estados Unidos?
El tema del aborto fue otro punto álgido. Trump acusó a los demócratas de querer permitir el aborto “a los ocho y nueve meses” de embarazo e incluso de “matar al bebé después del parto”. Biden, en una de sus respuestas más claras, desmintió estas acusaciones, tildándolas de mentiras. Trump, consciente del rechazo que generan sus modos, se presentó más moderado que en debates anteriores, alineándose con la postura de permitir excepciones al aborto en casos de violación, incesto y riesgo para la vida de la madre.
“Eres el peor presidente que ha tenido Estados Unidos”… al hablar sobre golf
En el plano internacional, las declaraciones fueron menos contundentes. Biden reafirmó su compromiso con la OTAN y su apoyo a Ucrania. Así como su propuesta de un alto el fuego entre Israel y Palestina. Trump, en cambio, evitó profundizar en asuntos geopolíticos y se centró en criticar a Biden por, según él, mostrarse débil frente a los palestinos.
El debate finalizó con una trifulca sobre la capacidad de ambos para jugar al golf. Biden describió a Trump como “el peor presidente de la historia de Estados Unidos”, a lo que el magnate norteamericano respondió diciendo que su rival era “el peor presidente, de lejos”. Este intercambio, aunque parece trivial, reflejó el tono general del debate. Una confrontación llena de ataques personales y pocas propuestas concretas. Es decir, no hubo ningún ganador claro, solo un horizonte de preocupación.