Con las espadas en alto en el Partido Demócrata, una mera rueda de prensa, eclipsó toda la cumbre de la OTAN en Washington. La expectación por la conferencia a los medios que suele organizar el anfitrión, que este año recaía en el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, era máxima. Si las ruedas de prensa del mandatario estadounidense acostumbran a tener más aforo que el resto de los 31 miembros de la Alianza, (en la cumbre de Madrid hasta había que tener un pase especial para entrar y hacer fila media hora antes para asegurarse una silla), la del jueves a las 19:30 (hora local) superó con creces cualquier intervención de la organización atlántica.
Presionado desde sus propias filas, Biden no sólo debía convencer con sus respuestas a los centenares de periodistas internacionales acreditados en la OTAN, sino a su partido, y de paso, a toda la nación.
Máxima expectación
Los analistas estadounidenses, incluso antes de que se produjera, ya tildaban la rueda de prensa como uno de los “momentos más importantes de su presidencia”. Para tener una idea de la magnitud de la convocatoria, sólo en el canal en streaming de la agencia AP, para verlo en directo, éramos 107.000 personas conectadas a la 1 am (hora española). Es su primera conferencia de prensa en solitario desde noviembre.
Again and again, the United States and our Allies chose unity over disunion, progress over retreat, freedom over tyranny, and hope over fear.
Our NATO Alliance today remains as powerful now as it was 75 years ago. Together, we are stronger. pic.twitter.com/SlJZeV2ktb
— President Biden (@POTUS) July 11, 2024
A pesar de que en las últimas 48 horas, los jefes de Estado y de Gobierno que mantuvieron reuniones bilaterales con Biden arroparon al mandatario, confesando a sus delegaciones que “estaba en buena forma”, como por ejemplo contó el primer ministro Keir Starmer a la prensa británica, un lapsus previo a la rueda de prensa auguraba lo peor.
Biden llamó a su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, “presidente Putin”. En las imágenes, que a esta hora ya corrían como la espuma, se puede escuchar al mandatario demócrata aseverar que “ahora quiero darle la palabra al presidente de Ucrania, que tiene tanto coraje como determinación, señoras y señores: el presidente Putin”.
Tras un breve e incómodo silencio -cabe recordar que Putin está llevando a cabo una sangrienta invasión a gran escala en Ucrania– Biden se da cuenta de su error, y Zelenski le echa un cable. “Soy mejor”, indicó Zelenski. “Eres mucho mejor que Putin”, espetó Biden, quien achacó su gafe precisamente a sus enormes ganas de vencer a Putin. Después retomó la frase: “Va a derrotar al presidente Putin. El presidente Zelenski”.
Today, I addressed the NATO-Ukraine Council. Our fight is not just about Ukraine defending against Russia’s full-scale aggression, but about protecting the rules-based world order. pic.twitter.com/N8JkBZySzR
— Volodymyr Zelenskyy / Володимир Зеленський (@ZelenskyyUa) July 11, 2024
Pero el lapsus no podía llegar en peor momento. Desde el debate contra el expresidente Donald Trump el 27 de junio, un goteo de demócratas ha salido públicamente a expresar su rechazo a que Biden sea el candidato de las elecciones de noviembre.
La avanzada edad de Biden ha estado sometida al escrutinio de la opinión pública prácticamente desde que se presentó a las elecciones de 2020. Ya se convirtió en el presidente más longevo de EE UU. A sus 81 años, en caso de ser reelegido terminaría el mandato con 86 años. Pero no ha sido hasta su pobre desempeño en el debate frente a Trump que en el partido del burro les ha chirriado.
En lugar de darle una tregua como anfitrión de la cumbre de la OTAN, tanto dentro de las filas demócratas como en los medios de comunicación más progresistas, han aumentado la presión.
Por fin, tras dos horas de retraso, (en un primer momento se había programado para las 17:30, hora local) el mandatario salió al escenario. A diferencia de otros líderes, cuando Biden habla, su atril no es el oficial de la cumbre de la OTAN, sino el presidencial. Ya sea en Madrid o en Vilna, el presidente viaja acompañado de su propio soporte personalizado.
Flanqueado por las banderas de Estados Unidos, Biden comenzó alabando los logros de la OTAN. Con tono rápido, defendió la labor de la Alianza Atlántica y los esfuerzos de Ucrania en defenderse de la agresión rusa.
Biden recordó que él fue quien advirtió al mundo de que Putin estaba agolpando tropas en la frontera con Ucrania antes de febrero de 2022.
“Los que pensaban que el tiempo de la OTAN había pasado, se llevaron un duro despertar cuando Putin invadió Ucrania”, aseveró el mandatario.
“La OTAN es más fuerte. Hoy Kiev sigue en pie”, aseveró el presidente. “Y la OTAN sigue en pie, más fuerte que nunca”. “La OTAN no sólo es más fuerte, la OTAN es más grande”, insistió, antes de soltar un un rotundo: “No me doblegaré ante Putin”.
Y en tono de campaña, comenzó a criticar a su “predecesor” por su falta de compromiso con la Alianza Atlántica y por sus alabanzas a Putin. De vez en cuando, una tos le interrumpía, y a veces tenía que aclararse la garganta, aunque cuando llegó el turno de preguntas, desaparecieron.
En la primera pregunta, le preguntaron directamente por su reelección y los demócratas que ya no le apoyan como candidato. Biden respondió que “soy la persona más cualificada. Le gané una vez, y le ganaré una segunda”.
Asimismo, señaló que “va a seguir adelante” y que no es “inusual” que haya dudas sobre su candidatura en este punto de la carrera presidencial y es que, en su opinión, todavía queda un “largo camino” por delante.
También le preguntaron si estaba cansado por la noche. Él lo negó, simplemente se limita a organizar mejor sus largos días. “Desde que cometí ese estúpido error en el debate mi agenda está llena. Tengo unos 20 eventos al día. Si tengo un acto de recaudación prefiero que empiece a las 8 que a las 9 de la noche”. Añadió que al próximo debate, no viajará la semana de antes por 15 husos horarios distintos. “Tengo que tomármelo con más calma”.
“Yo tengo la agenda llena, Trump está en el carrito de golf” desde el debate, confesó.
Otro lapsus a costa de Harris
Los periodistas le interpelaron directamente por Kamala Harris, la vicepresidenta de Estados Unidos, que suena como sucesora del mandatario. La primera vez que se refirió a ella, tuvo otro lapsus y la llamó “vicepresidenta Trump”. Dijo de ella, que estaba preparada para el cargo “desde el principio”.
Después, Biden elogió a su “número dos”. En primer lugar, destacó su labor defendiendo los cuerpos de las mujeres y cómo “ha manejado la cuestión de la libertad de la mujer”. En segundo lugar, su capacidad para abordar casi cualquier asunto. Finalmente, concluye que antes de ser vicepresidenta fue fiscal y senadora y es “una persona de primera categoría”.
“He decidido presentarme”, insistió Biden. “Creo que es importante que disipe los temores”.
Los reporteros también le interrogaron sobre su salud neurológica. “Me he sometido a tres importantes e intensos exámenes neurológicos” tan recientes como el de febrero, dice el presidente Biden. Los médicos “dicen que estoy en buena forma”. “Si los médicos creen que debo hacerme otro examen neurológico, lo haré”, admitió.
A lo largo de los casi 60 minutos de conferencia, Biden intentaba sonar cordial, seguro, contestando con frases largas, con datos complejos, parecer lo más “presidencial” posible. Con todo, la gran pregunta en el aire es si esta rueda de prensa servirá para contener a las voces que quieren que se retire de la campaña presidencial.