Estados Unidos

Biden desata la alarma tras sus lapsus en el debate con Trump

Los demócratas entran en pánico después del primer cara a cara. Las mentiras del republicano quedan en un segundo plano con los balbuceos, confusiones y falta de voz del presidente

Joe Biden y Donald Trump en el debate de esta pasada noche EFE

El bloque dedicado al aborto era la gran oportunidad del presidente Joe Biden para poner contra las cuerdas a Donald Trump en el primer debate entre ambos candidatos antes de la elección presidencial de noviembre celebrado en Atlanta en la noche del jueves. Pero no fue la noche de Biden.

El presidente arrancó el debate con una afonía que hacía difícil oírle y en gran parte de sus intervenciones balbuceó y confundió datos hasta el punto de que costó entender sus respuestas. En mitad del debate, su equipo difundió que llevaba unos días resfriado. Si antes del debate había dudas sobre si está en condiciones de ejercer el cargo, no han hecho sino aumentar.

Trump no dudó en explotarlo. Una de las muchas veces que su rival se atascó, dijo: “Realmente, no sé lo que ha dicho al final de esa frase y no creo que él tampoco sepa lo que ha dicho”.

Trump

El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante el debate en Atlanta

El formato del debate, dividido en bloques temáticos, le dio pronto a Biden la oportunidad de atacar uno de los que, según las encuestas, es uno de los puntos débiles de su rival: el aborto.

La ofensiva republicana contra el aborto que ha hecho más difícil acceder a él, impulsada por una decisión del Tribunal Supremo que Trump pobló con una mayoría de jueces conservadores, es una de las principales preocupaciones de las votantes, y se esperaba que Biden le sacara partido, pero tampoco en ese tramo resultó convincente.

El aborto

Biden atacó a Trump por la decisión del Supremo de revertir la doctrina del caso Roe contra Wade, que había garantizado el acceso al aborto a nivel federal: “Es algo terrible lo que hizo”, le dijo y recordó que el debate se celebraba en el estado de Georgia, en el que “a las seis semanas, cuando ni siquiera sabes si estás embarazada, no puedes ver a un doctor”. Pero las dificultades de Biden eran tan evidentes que captaban la atención del espectador más incluso que los mensajes que trataba de lanzar.

Trump llevaba bien preparada su defensa, en la que, como es su costumbre, no faltaron las mentiras. “Todo el mundo quería que el asunto volviera a los estados. Todo el mundo sin excepción, demócratas, republicanos, liberales, conservadores, líderes religiosos… y lo que hice fue poner tres grandes jueces en el Tribunal Supremo y resultó que votaron por tumbar Roe contra Wade y devolvieron el tema a los estados”.

En realidad, la cuestión del aborto está muy lejos de concitar el consenso del que habla Trump, que no dudó en acusar a los demócratas de ser “radicales” que “acabarían con la vida de un niño en el octavo o noveno mes de embarazo, o incluso después de nacido”. De todas las mentiras del debate, esta fue la más flagrante. Ni Roe contra Wade permitía semejante cosa ni ningún demócrata ha ha abogado por ello.

Consciente de que se mueve en terreno resbaladizo en el tema del aborto, Trump trató de alejarse del perfil de antiabortista radical que, según las encuestas, puede perjudicarle. Afirmó que no se opondría a la píldora abortiva que recientemente acaba de ser validada por el Supremo y que creía que debía haber excepciones en la prohibición de abortar para las víctimas de incesto o violación.

Biden no acertó a poner de manifiesto las contradicciones de su rival ni hizo mayor énfasis en el tema que a priori le resultaba más propicio. De hecho, desconcertó a muchos cuando él mismo sacó a colación un tema que los republicanos están utilizando en su contra, el de la niña Jocelyn Nungaray, violada y asesinada en Houston, presuntamente por dos inmigrantes irregulares venezolanos.

Se supone que intentó poner de manifiesto la doble moral de los republicanos, que instrumentalizan la muerte de una menor pero le impiden a abortar a las que quedan embarazadas como resultado de violaciones intrafamiliares, pero el presidente no logró articular un mensaje coherente. Trump no dejó escapar la oportunidad y volvió a la carga con el mantra de su campaña: el “caos en la frontera” y la entrada ilegal de miles de “criminales”.

Y cuando llegó el momento de lanzar su mensaje final a los votantes, Biden ni siquiera mencionó el tema del aborto, descolocando de nuevo a los comentaristas, que ven este tema como uno de los que mejor podría explotar.

Para las estadounidenses, el del aborto fue prácticamente el único tema sobre ellas que se abordó. Asuntos como la brecha salarial, el alto coste de las guarderías y el hecho de que sobre las mujeres recae la mayor parte de las tareas domésticas apenas fueron mencionados por los candidatos. A la vista de como transcurrió el debate, ninguno de esos parece ahora el tema dominante. La aptitud de Biden eclipsará todo lo demás a partir de ahora.