El presidente estadounidense, Joe Biden, le dijo a uno de sus aliados políticos que sopesa retirar su candidatura a la reelección presidencial tras la pobre imagen mostrada en su debate con Donald Trump, según publicó este miércoles The New York Times en una información rápidamente desmentida por la Casa Blanca como “absolutamente falsa”, pero que agravó las crecientes dudas sobre su liderazgo.
La información cayó como una bomba en la Casa Blanca, que trató de apagar el incendio a toda costa. En un mensaje enviado a sus donantes de campaña, Biden escribió: “Estoy en esta carrera hasta el final”. Horas antes, a su secretaria de Prensa, Karine Jean-Pierre, le preguntaron si efectivamente Biden contempla tirar la toalla y contestó que “categóricamente, no”.
Según la información del Times, que cita fuentes anónimas, Biden habría dicho en una conversación privada con uno de sus aliados tras el debate que quizá no pueda mantener a flote su candidatura si no logra convencer al publico en los próximos días de su aptitud para el cargo, puesta en tela de juicio tras un debate en el que se le vio débil y titubeante, y en el que en varias ocasiones llegó a perder el hilo de lo que estaba diciendo.
El presidente, no obstante, confía en recuperar la credibilidad perdida con una intensa agenda en los próximos días. Este viernes se examinará en una entrevista con el periodista George Stephanopoulos en la cadena ABC. Según The New York Times, una persona que se había reunido con el presidente en las últimas 24 horas dijo que “sabe que si hay dos episodios más como ese (en referencia al debate), estaremos en otra situación”.
La presión sobre el octogenario presidente no ha dejado de crecer desde su fracaso en el debate y ya han surgido voces dentro del Partido Demócrata que le piden que dé un paso a un lado. El martes fue el congresista por Texas Lloyd Dogett el que dijo que “admitiendo que, al contrario que con Trump, el primer compromiso del presidente Biden ha sido siempre con su país, confío en que tomara la difícil y dolorosa decisión de retirarse”. Y el miércoles se sumó el representante por Arizona Raúl M. Grijalva, que le pidió que tenga en cuenta que en las elecciones de noviembre muchos demócratas se juegan también seguir en el Congreso.
En el coro de voces que le han pedido a Biden que desista están referentes demócratas como el economista Paul Krugman, el fundador de Netflix Reed Hastings, que es uno de los mayores donantes del partido, y hasta el panel editorial de The New York Times.
Las encuestas tampoco le ayudan. La última, publicada este miércoles, muestra un aumento de la ventaja que le lleva su rival republicano, Donald Trump: 49% a 43%.
A estas alturas, todas las miradas se vuelven sobre la primera dama, Jill Biden, la única que parece en condiciones de convencerle de retirar su candidatura. Pero ella no ha dado hasta ahora muestras de compartir la opinión de que deba hacerlo. Si tras el debate el pasado jueves, apareció junto a él para animar a una alicaída multitud de seguidores en Atlanta y reafirmar las posibilidades de victori de su marido, este miércoles estuvo en una reunión con simpatizantes demócratas en Traverse City, Michigan en la que proclamó que “Joe es el candidato demócrata y va a derrotar a Donald Trump igual que hizo en 2020”.
Jill Biden se ha convertido, sin duda, en la gran protagonista femenina de esta historia. Pero podría haber otras esperando a que se les asigne un papel. La gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, es una de las que más ha sonado como candidata alternativa si Biden acaba claudicando.
Las encuestas muestran que la que tendría más posibilidades de derrotar a un Trump cada vez más crecido es otra primera dama, Michelle Obama, pero ella ha dicho varias veces que no está interesada en competir por la presidencia. No se atisba una salida fácil para los demócratas.