La voz contundente, casi cortante, se dirige a Marine Le Pen en plena vista: “Usted repite las cosas, no son respuestas a las preguntas que le hacemos”. Bénédicte de Perthuis, la presidenta de la sala 11º del Tribunal de París, ha dado su impronta en un proceso a punto de finalizar y que puede desembocar con la inhabilitación a la líder ultraderechista por malversación de fondos públicos. ¿Quién es, de dónde viene la jueza De Perthuis?
Madre de cinco hijos, pasó a los 37 años del gabinete Ernst & Young a la magistratura. Y para ganar un salario tres veces menor. La mujer que dirige las mediáticas audiencias a 27 miembros encausados del partido de Le Pen, Agrupación Nacional (RN, en francés), es una voz respetada, pero también temida por la mayoría de los acusados. En un caso en el que es necesaria una cierta clarividencia para analizar nóminas y otros documentos contables, De Perthuis, antigua consultora en Ernst & Young, no se deja embaucar fácilmente en los debates.
“No estamos en política”
Uno de los mejores ejemplos de esa rectitud sucedió el pasado 6 de noviembre, durante una de las varias comparecencias de Marine Le Pen. Consciente de las técnicas dilatorias de los políticos, secó a la líder ultra: “Aquí (en el tribunal) no estamos en política, esto es un Tribunal Correccional. Me da la impresión que (ustedes) viven en un mundo paralelo (…) No se puede estar todo el rato repitiendo las cosas que ya se han dicho”, advirtió la jueza.
Esas cosas que Le Pen ha repetido hasta la saciedad: la deslealtad de la parte de la instrucción, que, según su versión, ha recolectado pruebas contra ella que en realidad no lo son, y el derecho que tenía a usar los asistentes parlamentarios de la Eurocámara como lo hizo entre 2010 y 2016: “Tengo el sentimiento de no haber cometido la menor irregularidad (…) todo lo que hicimos, teníamos derecho a hacerlo“, ha declarado en las vistas Marine Le Pen.
Sin embargo, la Fiscalía no ha pensado lo mismo al haber apreciado “un sistema organizado” con el objetivo de “servir a los intereses del partido” con fondos públicos del Parlamento Europeo. Para Le Pen, quien ha declarado su intención de presentarse a las elecciones presidenciales en 2027, se solicitó una pena de cinco años de cárcel, tres exentos de cumplimiento, 300.000 euros de multa y cinco años de inhabilitación, lo que la dejaría fuera de la carrera del Elíseo.
La magistrada Eva Joly la inspiró
De Perthuis (1962) no parecía abocada a la carrera de la magistratura. Llevaba una confortable vida en la consultora Ernst & Young como experta contable. Pero, tras 10 años en esta multinacional, su carrera profesional dio un giro. “Mientras más avanzamos en este tipo de empresa, más nos alejamos del contacto con la realidad, del terreno, y eso que a mí me gusta“, contó De Perthuis en el podcast ‘Declic’ publicado por Tootak en noviembre de 2020, en una de las escasas entrevistas que se le conocen.
Ese ‘clic’ surgió una tarde-noche mientras veía la televisión con su marido, un alto cargo en una empresa. La entonces consultora conoció el trabajo de Eva Joly, la implacable y premiada jueza instructora de origen noruego que llevó a juicio casos de corrupción y de malversación de fondos que en los años 1990 implicaron a Bernand Tapie (ex presidente del Olympique de Marsella y antiguo ministro de François Mitterrand) y el caso de la refinería ELF Aquitania.
11 plazas para 3.600 candidatos
Esta licenciada en Derecho en la prestigiosa Science Po, impresionada por la labor de Joly, dudó en un primer momento -“no nos hacemos magistrados a los 37 años”-, pero, animada por su marido, se presentó a las oposiciones. Eran 3.600 candidatos para 11 puestos. “Eso me dio la idea de que era algo serio”, rememora. ¿Cómo logró prepararse una oposición de ese calibre con cinco hijos pequeños? “Todo reposaba sobre el marido y la babysitter“, cuenta, entre risas.
Una vez lograda la plaza, comenzó a escalar en la jerarquía judicial, con una primera experiencia en Le Havre (norte de Francia) como jueza de Asuntos Familiares. “Juzgar es que te gusta escuchar, intentar comprender y decidir“, parafrasea De Perthius. De allí pasó por varios otros destinos, entre ellos la presidencia de una sala de Asuntos Financieros, hasta la sala 11º del Correccional de París.
El juicio al que se enfrentan dirigentes del Agrupación Nacional (RN) por malversación de 4,5 millones de fondos del Parlamento Europeo se termina este 27 de noviembre, pero es probable que la sentencia de los jueces presididos por De Perthuis no se conozca hasta dentro de un par de meses. Sólo entonces se sabrá si Marine Le Pen se quedará inelegible sin derecho a recurso y, en caso afirmativo, quien será su sucesor en la escena política en Francia.