El primer ministro francés, Michel Barnier, ha presentado por fin su propuesta de gobierno al presidente Emmanuel Macron, en el Palacio del Elíseo, donde ambos líderes mantuvieron una reunión de aproximadamente cincuenta minutos.
Durante este encuentro, Barnier ofreció al presidente los nombres de los miembros que conformarían su nuevo gabinete, que busca ser equilibrado con paridad de género y respetar todas las sensibilidades políticas en ese momento de crisis para Francia, después de que las elecciones legislativas dejaran un parlamento dividido.
El nuevo gobierno propuesto por Barnier está compuesto por 38 ministros, de los cuales 16 son ministros de pleno ejercicio. Entre los cargos más destacados, se incluye al senador conservador Bruno Retailleau como ministro del Interior y a Jean-Noël Barrot, exministro de Asuntos Europeos, para el cargo de ministro de Asuntos Exteriores. Sébastien Lecornu, actual ministro de Defensa, sería uno de los ministros que mantendría su puesto. El equipo también refleja una colaboración entre su partido, Les Républicains, y el partido centrista de Macron, Renaissance, con un total de siete ministros macronistas y tres republicanos en el gabinete.
Intentar equilibrar el gobierno
Gabriel Attal, antecesor de Barnier y actual líder del grupo de Macron en la Asamblea Nacional, fue uno de los primeros en informar sobre los detalles del nuevo gabinete a los diputados centristas. Según Attal, el nuevo gobierno refleja un esfuerzo por mantener un equilibrio político difícil, con representación de varios partidos, aunque la inclusión de figuras de izquierda ha sido un desafío, con solo un miembro del bloque izquierdista formando parte del equipo.
Uno de los principales obstáculos que enfrentó Barnier en la formación de este gobierno ha sido la negativa de varias figuras prominentes de aceptar puestos clave. Laurent Wauquiez, líder de Les Républicains en la Asamblea Nacional, rechazó la cartera de Finanzas, y en su lugar se designó a Patrick Hetzel para el ministerio de Enseñanza Superior. Pero a pesar de dificultades de este tipo, el gobierno incluye un total de nueve figuras de Les Républicains, distribuidas entre diferentes ministerios, para reforzar la participación del partido conservador en el nuevo ejecutivo.
Durante la presentación del gabinete, Barnier afirmó que su gobierno estaba “listo para actuar en servicio de los franceses”, y destacó la necesidad urgente de abordar cuestiones clave como la seguridad, la inmigración, la gestión de las finanzas públicas y la mejora del poder adquisitivo de los ciudadanos. En ese sentido, el nuevo primer ministro se comprometió a no aumentar los impuestos sobre las clases medias, una promesa reiterada por Attal en sus conversaciones con los diputados centristas.
No están todos contentos
La composición del gabinete ha sido recibida con cierto escepticismo por algunos sectores políticos. En particular, la izquierda ha criticado la falta de legitimidad política de Barnier para liderar un gobierno de unidad, debido a que su partido, Les Républicains, no ganó las elecciones legislativas de julio. Por eso, los líderes de la coalición de izquierdas han prometido oponerse al nuevo gobierno en la Asamblea Nacional, donde la situación sigue siendo tensa debido a la ausencia de una mayoría clara.
Otro de los retos más inmediatos para el nuevo gabinete será la presentación del presupuesto para el año 2025 en la Asamblea Nacional. La gestión de la deuda pública y el déficit presupuestario son dos temas cruciales para Barnier, quien tendrá que encontrar una solución que satisfaga tanto a los sectores centristas como a los conservadores. Según algunas fuentes, Barnier ha barajado aumentos fiscales para las grandes empresas y las rentas más altas, aunque esta idea ha sido rechazada por varios partidos de su coalición.
A lo largo del día, se fueron filtrando informes sobre tensiones entre Macron y Barnier, quienes habrían tenido una reunión tensa a principios de semana. Macron, según una fuente anónima, habría expresado su malestar por la fuerte presencia de figuras de derecha en el gabinete, indicando que no se podían entregar las carteras más importantes, como Finanzas o Interior, exclusivamente a Les Républicains. Pero a pesar de estos roces, la relación entre el presidente y el primer ministro sigue siendo cordial, y se espera que el nuevo gobierno sea anunciado formalmente en los próximos días. Según anunció Matignon, el gobierno de Barnier se haría público antes del domingo, tras completar las verificaciones deontológicas necesarias.