Golpe a Hizbulá

“Recibieron un mensaje en los ‘buscas’ y la bomba les estalló a muchos en los ojos”

Temor a una escalada. Aumenta la posibilidad de que Hizbulá ejecute la venganza prometida tras la cadena de explosiones simultáneas de los 'buscas' y los 'walkie talkies'

Hizbulá
Mujeres asisten al cortejo fúnebre de cuatro personas que murieron un día antes en explosiones de buscapersonas, en el suburbio sur de Beirut, EFE/EPA/WAEL HAMZEH

Líbano contiene, una vez más, la respiración. La posibilidad de que Hizbulá acabe ejecutando la venganza prometida tras la cadena de explosiones simultáneas de los ‘buscas’ y los ‘walkie talkies‘ con los que supuestamente los miembros de la organización se comunican -evitando así los teléfonos móviles- y atribuida a Israel gana enteros. Y con ella la de que la escalada acabe convirtiéndose en una nueva guerra en suelo libanés.

Dos son las principales hipótesis que se barajan para explicar las cadenas de explosiones registradas en distintos puntos del país, desde el sur hasta el valle de la Becá pasando por el sur de Beirut, y de la que se hace eco la prensa de Oriente Medio y de todo el planeta: una, que Tel Aviv proporcionó una partida de dispositivos que escondían explosivos a la militancia de la organización chií y dos, que la Inteligencia israelí hizo estallar las baterías activándolas remotamente. Ambas hipótesis son avaladas por especialistas de Inteligencia citadas por medios israelíes como ‘Haaretz’.

Líbano

Caos en Líbano tras las explosiones de los ‘buscas’ que han dejado miles de heridos en Líbano.

En cualquiera de los casos, a nadie se le escapa que ha sido una de las mayores brechas de seguridad de Hizbulá en muchos años, quizás la mayor desde su fundación oficial en 1985, en plena guerra civil libanesa, gracias a los auspicios de la República Islámica de Irán.

Asciende el balance de muertos

El balance oficial del Ministerio de Sanidad en esta durante la tarde del miércoles ascendía ya a 12 muertos, entre ellos dos niños, además de 3.000 heridos de distinta consideración. Tras la segunda cadena de explosiones, esta vez a través de los ‘walkie talkies’, los muertos ascendieron hasta los 26. Dos centenares de heridos se encuentran heridos graves o muy graves, por lo que es previsible que el goteo de fallecidos siga elevándose en las próximas horas. Las autoridades libanesas hicieron ya el martes un llamado a los ciudadanos de todo el país a donar sangre y al personal sanitario a que acudiera a hospitales y clínicas a auxiliar a los heridos.

Sin distinción, tanto hospitales situados dentro de las fronteras de Dahiyeh como fuera del suburbio controlado por Hizbulá atienden a esta hora a los centenares de heridos que las explosiones provocaron en Beirut. Las grabaciones procedentes de cámaras de seguridad o teléfonos inteligentes que circulan desde la tarde del miércoles muestran cómo otras víctimas del pirateo israelí tenían los ‘buscas’ guardados en los bolsillos de los pantalones o en las manos.

Hizbulá

Soldados libaneses y miembros de Hezbolá se reúnen a las puertas de un hospital al que estaban siendo trasladadas personas heridas, tras un incidente con dispositivos inalámbricos de miembros de Hezbolá en Dahieh, Beirut, sur de Líbano

Con todo, una gran parte de los heridos han sufrido daños graves en el aparato ocular, según un testimonio recogido por este medio en uno de los hospitales de Beirut que atiende a las víctimas. “Muchos de ellos recibieron un mensaje en los ‘buscas’ y cuando miraron la pantalla les explotó la bomba”, revela a Artículo14 la misma fuente. Uno de quienes ha perdido al menos uno de los ojos al estar próximo a uno de estos aparatos es el propio embajador de la República de Irán en Líbano Mujtaba Amani.

El martes Hizbulá admitió la muerte de dos de sus combatientes: Yousef Madi Aloui, nacido en 1986, y Hasan Ahmad Mahmud, de 32 años. Entre los muertos está también el hijo del diputado de Hizbulá Ali Ammar, según confirmó en la misma puerta de su domicilio en Borj Brashne, uno de los sectores de Dahiye, el propio parlamentario. También resultaron heridos el hijo del diputado de Hizbulá Hassan Fadlallah y el vástago de uno de los responsables de la organización, Wafik Safa.

Obligados a actuar

La espectacularidad del error de seguridad obliga al ‘partido de Dios’ a actuar antes o después contra su archienemigo, “el ente sionista”, con o sin la participación de Irán, ante el riesgo de que la reputación de la milicia siga perdiendo enteros. El pasado 29 de julio Israel volvió a burlar la seguridad de Hizbulá al eliminar en el edificio en que descansaba en Dahiyeh, su bastión al sur de Beirut, al ‘número dos’ Fuad Shukr. Horas después haría lo propio con el líder político de Hamás Ismail Haniyeh en una zona altamente vigilada de Teherán, adonde había acudido con motivo de la toma de posesión del presidente iraní Masud Pezeshkian.

Los libaneses aguardan con la expectación habitual y propia la intervención televisada anunciada para este jueves del secretario general de la organización, Hassan Nasrala, que debería servir aclarar las incógnitas sobre la naturaleza de una eventual respuesta a gran escala de la milicia proiraní en las próximas fechas.

La gente observa al líder de Hizbulá, Hassan Nasrala, pronunciando un discurso televisado en una cafetería en el suburbio sur de Beirut, Líbano, en agosto

Entretanto, reunido esta mañana el Gobierno en funciones ha asegurado haber abordado “los posibles escenarios en caso de extensión de los ataques. El primer ministro Nikati -un suní- aseguró citando al ministro de Economía que “los stocks de alimentos son suficientes para más de tres meses y que va a llegar un barco con 40.000 toneladas de cereales y harina”. Además, se espera la llegada de 50.000 raciones alimentarias “proporcionadas por terceras partes” sin precisarse la procedencia.

Incertidumbre cotidiana

Nadie sabe aquí lo que va a ocurrir esta tarde, mañana, pasado. Así vivimos. Estamos acostumbrados”. Lo afirma Ligaya, empleada del hogar filipina, más de 30 años en Beirut. Su país activó un protocolo para repatriar a sus ciudadanos en Líbano después de la pandemia y la explosión del puerto de la capital en agosto de 2020, pero ella no tiene intención de marcharse. “Prefiero estar así con la incertidumbre que volverme a Filipinas”, confiesa a Artículo14.

Buena parte de los centros escolares y las universidades no han abierto este miércoles en un país en estado de shock. Más de medio país, obligada la referencia etno-religiosa -cristianos, musulmanes suníes, drusos, etcétera-, discrepa cuando no rechaza abiertamente al verdadero poder ejecutivo de este país-Estado fallido y les responsabiliza de estar aproximando a Líbano al abismo. Un rechazo solo equiparable al que sienten los libaneses por Israel. Nadie quiere una guerra en este país, pero a nadie se le escapa tampoco que poco importa la voluntad de los libaneses para quienes decidirán -una vez más- el destino a corto plazo de esta tierra.

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