Así será el Ramadán de las mujeres en el mundo árabe

Su importancia en la cohesión y la organización de los hogares marca la importancia de las mujeres durante mes sagrado de los musulmanes

Ramadán
Musulmanas realizando una oración vespertina llamada «Tarawih» en la primera víspera del mes sagrado islámico de ayuno del Ramadán en la mezquita Istiqlal de Yakarta, Indonesia Efe

Con ligeras diferencias en el calendario, este fin de semana comienza el Ramadán, el mes sagrado de los musulmanes. Varios centenares de millones de ciudadanos de países árabes y globalmente más de mil millones de musulmanes celebrarán con el ayuno, la reflexión, la oración y la comunidad los 30 días del noveno mes del calendario islámico. La exigencia religiosa, sin duda, más conocida del mes sagrado es la del ayuno diurno, al que están obligados los adultos sanos. La pubertad marca el momento en que tanto niños como niñas comienzan a estar obligados a no poder comer y beber desde el amanecer hasta la caída del sol.

Por razones culturales y religiosas el Ramadán como fiesta religiosa es distinto para mujeres y hombres. Una de las pocas excepciones a la exigencia del ayuno en personas adultas sanas es la menstruación.

Desde un punto de vista espiritual, el papel y las tradiciones de las mujeres en el mes sagrado del calendario islámico son también diferentes. “Las mujeres tienen mucha más responsabilidad que los hombres en el seno del hogar durante el Ramadán por la cantidad de tareas domésticas que desempeñan, empezando por la de cocinar para toda la familia, sobre todo las madres y esposas”, explica a Artículo14 la presidenta de la Fundación Adyan y doctora en Estudios Islámicos por la Universidad de San José de Beirut Nayla Tabbara.

Ramadán

Cuentas de oración a la venta en una tienda antes del ayuno sagrado musulmán del Ramadán, en Kabul, Afganistán

La especialista y docente libanesa explica además a este medio cómo en algunos países como el Líbano tanto entre población femenina chiita como sunita -las dos comunidades islámicas representan más de la mitad de la población- “se está consolidando en los últimos años la tradición de ir a rezar colectivamente las mujeres a la mezquita, una oración que los suníes denominan tarawih, durante la noche entera una vez han terminado las tareas domésticas durante el Ramadán”.

Culturalmente, el rol de las mujeres en las familias del mundo árabe es fundamental e insustituible durante todo el año y, de manera particular, en el mes sagrado del calendario islámico. Cada tarde, al caer el sol, las familias musulmanas se reúnen para celebrar el iftar -o ruptura del ayuno- con mesas generosas donde no faltan los dulces, los dátiles, la leche o la sopa. La exigencia de santificar cada una de las jornadas -como también ocurre con la Fiesta del Cordero- suele hacer mella en los bolsillos de las familias más humildes durante los siguientes meses del año.

Ramadán

Venta de dátiles antes del ayuno sagrado musulmán del Ramadán, en Kabul, Afganistán

Salvo excepciones, las encargadas de tamaño despliegue culinario diario durante todo un mes son las mujeres. Son las mujeres las encargadas de hacer la compra y hacer acopio de los productos necesarios y las encargadas también de cocinar durante toda la jornada -en la que, a pesar del esfuerzo y la inevitable tentación que comporta palpar y oler las delicias de las cocinas del norte de África y Oriente Medio, no podrán probar bocado- para regocijo de sus familias al ponerse el sol.

Al respecto, la investigadora libanesa en el campo de los estudios islámicos Maryam Ballout explica a Artículo14 que “algunas mujeres pueden sentir que tienen menos tiempo para rezar debido al que emplean en preparar el iftar, pero el culto en el islam va más allá de la oración ritual y el ayuno. El profeta Mahoma dijo: ‘Aquellos a los que Dios ama son quienes son más beneficiosos para los demás. También afirmó que ‘ser proveedores de tu familia es como esforzarse en el camino de Dios’”.

Ramadán

Los musulmanes realizan una oración vespertina llamada «Tarawih» en la primera víspera del mes sagrado de ayuno islámico del Ramadán en la mezquita Istiqlal de Yakarta

Servir a la familia, ayudar a los pobres y a los demás en general son actos sublimes de devoción y culto que pueden ser practicados tanto por hombres como por mujeres”, concluye la joven residente en Estados Unidos y máster en relaciones islamo-cristianas, quien confiesa que “cada año mi madre y yo hacemos trabajo voluntario cocinando para los demás durante el Ramadán, lo que para nosotros es una bendición”.

Apreturas en los hogares

Por otra parte, la subida de los precios de los productos alimentarios en toda la extensa región del norte de África y el Próximo Oriente -una tendencia que viene registrándose en los últimos años- obligará a millones de las amas de casa de familias musulmanas a apretarse el cinturón para que la abundancia y la exuberancia habituales en la mesa durante el Ramadán no se resienta este año.

Por ejemplo, en Marruecos el propio rey Mohamed VI anunciaba esta semana la suspensión de las celebraciones de una fecha tan señalada como el Aid el Kebir, la Fiesta del Cordero, por el encarecimiento de los precios y la escasez de estos animales con objetivo de no castigar a las rentas más bajas.

TAGS DE ESTA NOTICIA