Cuando Úrsula von der Leyen anunció, por fin, las carteras de la nueva Comisión Europea, el cargo de comisaria de Igualdad fue adjudicado a Hadja Lahbib, representante de Bélgica en el ejecutivo, una decisión que no ha sido del todo bien recibida en su país de origen, sede de la mayoría de las instituciones europeas. Lahbib es una figura polémica y ha tenido un recorrido político relativamente breve. Fue nombrada ministra de Asuntos Exteriores de Bélgica en 2022, pero tras una larga carrera en el periodismo, principalmente como presentadora de noticias en la cadena RTBF.
Bélgica había presentado a Lahbib como candidata con la esperanza de asegurar un puesto destacado en la Comisión, ayudando a equilibrar la representación de género en el ejecutivo europeo. Sin embargo, la candidatura de Lahbib se percibe más bien como una jugada arriesgada, incluso por algunos sectores en Bélgica, donde se la considera una política débil. Su nuevo puesto abarca la gestión de la igualdad, la ayuda humanitaria y la gestión de crisis, un ámbito que, aunque importante en ciertos momentos, suscita dudas entre algunos diplomáticos que sugieren que, en situaciones de crisis de gran envergadura, es Von der Leyen quien asume el liderazgo directamente.
Orígenes periodísticos
Hadja Lahbib nació el 21 de junio de 1970 en Boussu, una pequeña localidad cerca de Mons, en el corazón de la región minera de Bélgica. De origen humilde, su familia proviene de la comunidad bereber de Kabylie, en el norte de Argelia, donde su padre trabajaba como pastor antes de emigrar a Bélgica. Criada en una familia musulmana practicante, Lahbib pronto se interesó por otras corrientes espirituales, desarrollando una atracción hacia el budismo, una creencia que ha mencionado en varias entrevistas a lo largo de los años.
Lahbib se graduó en periodismo por la Universidad Libre de Bruselas (ULB), para convertirse en conocida reportera y presentadora de noticias en RTBF, la radiotelevisión pública francófona de Bélgica. Durante su etapa como periodista, cubrió conflictos internacionales de gran envergadura, como las guerras de Afganistán e Irak, así como las tensiones en Israel y los territorios ocupados. A lo largo de dos décadas, no solo fue la cara visible de los informativos, sino que también dirigió y presentó varios documentales que destacaron su interés por los temas sociales y culturales.
Entre sus trabajos más conocidos se encuentra un documental sobre las mujeres en Afganistán y otro sobre las mujeres inmigrantes en Bélgica, donde exploró las dificultades y los desafíos que enfrentan las mujeres en situaciones de marginación. Luego, en 2019, dejó de presentar los informativos para centrarse en la gestión pública dentro de RTBF y más tarde asumió cargos destacados en organizaciones como el Consejo Superior de la Educación Mediática en la Federación Valonia-Bruselas.
Falta de popularidad
Pese a su éxito como periodista, la transición de Hadja Lahbib a la política fue abrupta y controvertida. En julio de 2021, apenas un año antes de ser nombrada ministra de Asuntos Exteriores de Bélgica, Lahbib visitó Crimea para asistir a un festival de teatro. Este viaje, organizado por las autoridades rusas, generó fuertes críticas porque Crimea es un territorio anexionado ilegalmente por Rusia desde 2014, ocupación que la comunidad internacional, incluida la Unión Europea, no reconoce. Aunque Lahbib explicó que su visita tenía fines culturales y no políticos, fue criticada por no haber sido transparente sobre los detalles del viaje y por la percepción de que legitimaba la ocupación rusa. En aquel momento, como periodista, no se vio obligada a asumir responsabilidades políticas por esa visita, pero la controversia resurgió cuando fue nombrada ministra de Exteriores.
Además, al asumir el cargo de ministra en julio de 2022, Lahbib fue vista como una sorpresa, incluso para ella misma. Hasta ese momento, no había tenido ninguna experiencia política formal ni había sido miembro de un partido. Sin embargo, fue presentada como un símbolo de renovación, alguien que podía aportar una perspectiva fresca y diversa a la política belga, habiendo pasado la mayor parte de su vida profesional en los medios de comunicación.
Durante esta etapa como ministra de Exteriores, Lahbib enfrentó varios desafíos importantes, incluyendo la guerra en Ucrania, las crecientes tensiones en el Medio Oriente, y la gestión de las relaciones diplomáticas de Bélgica en un contexto internacional cada vez más volátil. Uno de los episodios más difíciles de su gestión ocurrió en 2023, cuando se le criticó duramente por conceder visas a funcionarios iraníes, incluidos a destacados miembros del gobierno de línea dura de Teherán, para asistir a una conferencia en Bruselas.
La polémica llevó a que varios miembros del gobierno belga pidieran explicaciones y, aunque Lahbib defendió la decisión como parte de los esfuerzos diplomáticos para negociar la liberación de ciudadanos belgas retenidos en Irán, el incidente dejó su imagen muy afectada.
La comisaria de igualdad
A pesar de los contratiempos políticos en su papel como ministra de Exteriores, Hadja Lahbib fue seleccionada en 2024 como la candidata belga para la Comisión Europea, en un intento de Bélgica por mantener una presencia femenina en el ejecutivo europeo. La cartera que se le ha asignado, si logra superar las audiencias en el Parlamento Europeo, incluirá la igualdad, la gestión de crisis y la ayuda humanitaria. En este nuevo puesto, Lahbib será responsable de coordinar las políticas de igualdad dentro de la Unión Europea, un tema que abarca desde la lucha contra la discriminación de género hasta la promoción de derechos humanos en los Estados miembros.
Además, tendrá que gestionar la respuesta de la Unión Europea ante crisis humanitarias a nivel global. Dado el contexto internacional, con conflictos como el de Ucrania y las tensiones en Gaza, esta responsabilidad coloca a Lahbib en el centro de decisiones clave para la política exterior y humanitaria de la UE. Se espera que juegue un papel importante en la supervisión de grandes proyectos de ayuda humanitaria, asegurando que los derechos humanos y el respeto al derecho internacional sean pilares en la respuesta de la UE ante las crisis globales.